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━EQUIVOCADO━

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EQUIVOCADO

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Miraba los pequeños pájaros descender en el pequeño lago tomando un poco de agua para después verlas extender sus alas y volar nuevamente a su destino.

Les tenía un poco de envidia a decir verdad, al solo ver como eran libres de hacer lo que quisieran, sin tener que lidiar con alguien que les dijera que hacer, ni tampoco eran detenidas por nadie. Solamente volaban por los vientos para llegar a su destino, teniendo pocas paradas para descansar.

Cerré mis ojos soltando un leve suspiró disfrutando de la brisa del viento rozar mi rostro moviendo mi melena larga escarlata. Podía sentir la mirada de Ezio en mi, quien estaba acostado en mis piernas disfrutando de mis suaves caricias en su cabello platinado.

──Te veo muy pensativa desde que despertaste hace tres días. ¿En qué tanto piensas, madre? Si es que se puede saber.

──En cosas sin sentido. Nada de que preocuparte mi amor. ─le di una cálida sonrisa.

──Se que mientes pero no tengo ganas de insistir. ─confesó. ──Hoy solo se me apetecé únicamente seguir acostado ignorando todo a mi alrededor. ─cerró sus ojos acomodando sus brazos detrás de su cabeza.

──Osea lo mismo de todos los días.

──Y tú muy productivo, ¿cierto, anciano? ─le dijo a su padre quien estaba recargado en mi espalda con sus ojos cerrados sintiendo mi mano acariciar su cabello, al igual que lo hago con Ezio. ──¿Me preguntó de donde lo saque?

Solo rodé mis ojos divertida de sus conversaciones. Para ser honesta nunca había escuchado a Ezio hablar con ese toque y menos siendo irrespetuoso con su padre cuando a mi me trata bien.

Sin duda es una relación de padre e hijo que Ezio siempre soño tener. Talvez nunca me lo dijo, pero siempre sentía que él quería conocer a su progenitor. Y para que mentir diciendo que yo no lo quería conocer cuando algo dentro mío lo deseaba.

──Obviamente de tu madre. ─entre cerré mis ojos ante eso, le de un ligero golpe en su cabeza por eso, en respuesta la tomo depositando un beso en mis nudillos para terminar entrelazado nuestros dedos.

Por cosas como esas estoy comenzado a sentir todo menos odio de su presencia.

──A mi no me metan en esto. ─me cruce de brazos. ──Lo único que saco de mi son los ojos y un poco de mi poder. Ah, pero el señorito orgulloso prefiere volar que nadar. ─refunfuñe lo último. ──Como si volar fuera mejor que poder nadar y respirar en el agua.

𝐌𝐈 𝐏𝐄𝐂𝐀𝐃𝐎; 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳𝘰𝘴𝘴𝘢/𝘮𝘢𝘦𝘭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora