En Manos De Una Bestia Min Yoongi +18

Capitulo 43

*Claire

Entré a la casa con Namjoon delante de mí hasta llegar a mi habitación donde ahí se encontraba Yoongi ordenando todo. 🥺

—Min... —susurre pero el no se percataba de nuestra presencia. Namjoon me miró y asintió para que hiciera lo que era correcto. Lo ví marcharse por el pasillo hasta entrar a su habitación.

—¿No piensas entrar? —me pregunto Yoongi sin mirarme.

—S-si... —entre cerrando la puerta. Su mirada era la de siempre, sin expresión o sentimiento alguno.— Yo termino de hacerlo...

—Sabes que en parte yo desordené todo ¿no? —dijo arreglando las sábanas de la cama.

—Yoongi... Yo... De verdad lo siento. —dije tratando de contener las lágrimas porque me dolía recordar lo mal que lo hice sentir.

—Ahorrate las disculpas. —dijo molesto y en cuanto terminó estuvo a punto de irse.

—Yoongi... Por favor. ¡Dije que lo siento! Sé que no es algo que quedará en el olvido, pero de verdad estoy muy arrepentida... Sé que hice mal, no tuviste la culpa de nada... Solo entiende que todo esto es mucho para mí... —dije derrumbandome entre lágrimas y sollozos frente a él.

—Claire, mi amor... —dijo con su voz grave que tanto me encanta. Se inclinó y me abrazo.— Perdóname por dejarte sola.

—Perdoname por gritarte. —dije entre lágrimas y aferrandome a él. Sentir sus brazos y su perfume es lo que más me hace sobrevivir a esta terrible pesadilla dónde lo único bueno es él.

Limpió mis mejillas y me sostuvo en sus brazos por unos minutos hasta que deje de llorar.

—Te amo mas que nada Min Yoongi... —dije viendo sus tiernos ojos que me miraban detenidamente.

—Me encanta escuchar cuando dices eso. —dijo sonriendo y sin más me besó. Me tomo en sus brazos para recostarme en la cama, mientras seguíamos besándonos.

*Yoongi

Amaba tenerla entre mis brazos y que se sintiera protegida cuando está conmigo. Sus hermosos ojos que en este momento estaban rojos me miraban con un brillo impresionante que jamás había visto en alguien.
No pude evitar besarla y recorrer su cuerpo con mis manos.

Su cuerpo era el maldito infierno porque cada vez que la acaricio su temperatura se eleva como si estuviera en llamas. Su aliento era caliente así también como su boca... Esto no es normal.

Me separé de ella y acaricié su rostro lo que a ella le desconcertó un poco y después sonrió.

—¿Todo está bien?

—Tu temperatura es demasiado alta desde que te recuperamos. Cuando estabas en la habitación hacía un calor infernal... Pero ahora me doy cuenta que eres tú.

—¿Y eso es malo?

—No lo sé... Recuerdo que las veces que te acaricié aquel día en el bar de Jackson tu temperatura nunca subió tanto como ahora.

—Tal vez sea que te extrañé demasiado... —dijo con una voz seductora que me vuelve loco.— Extrañé tus besos, tus caricias y tu mirada encantadora de hormonas.

—Si te creo, más sobre la mirada encantadora. —dije sonriendole y besando de nuevo sus labios.

Me importo poco que hace unas horas lo habíamos hecho, tenía tantas ganas de ella que la ansiedad se hizo presente y comencé a desabrochar  el overol que tenía puesto para poder meter mi mano y masajear esos lindos   senos. Sus gemidos al sentir mis manos en sus senos eran música para mis oídos...