Un amor prohibido
Un sacrificio
Claire es una chica normal (o eso es lo que cree) de 16 años que vive con su tía materna en Phoenix , quien la trata muy mal por ser ella la causante de la muerte de su propia madre.
Todo cambia cuando conoce al joven...
Al entrar a la casa ahí estaba la que se hace llamar mi tía, pase de corrido pero ella me jalo del cabello muy fuerte.
-¿¡Eres una idiota!? ¡Te dije que tenias que arreglarte bien! -vio mi teléfono y se lanzo sobre mi.
-¡Dejame! ¡Me lastimas!
-¡Me importa poco si te lastimo! -me había quitado mi teléfono después me jalo mas fuerte y me tiro al piso.- ¡Largate a cambiar!
Corri a mi habitación, no podía parar de llorar... Tome una ducha para tranquilizarme y me cambie.
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No me pondría aquel vestido tan atrevido que no va conmigo. Pase por un lado de la ventana y un auto muy lujoso estaba estacionado y de el bajo un chico de piel muy blanca y un traje negro. Me apresure a arreglarme un poco mas, cuando ya estaba lista para bajar mi tía abrió la puerta y entro agarro una maleta y comenzó a meter mi ropa en ella.
-Que ocurre... -ella no respondió y siguió en lo suyo.- ¡Porque estas empacando mi ropa!
-¡Porque te iras lejos! -senti como si me hubiese tirado una cubeta de agua helada. Termino de empacar lo necesario y yo aun seguía en shock asi que me jalo para bajar.
Y ahí estaba el chico del auto lujoso. Parado con unos papeles en la mano y sobre la mesa pude ver una maleta con mucho dinero.
-¡Que has hecho! -le grite a ella.- ¡Porque!
-Lleva lo necesario. ¡Llevátela ya! -aquella señora ya no era nada para mi... porque ella me vendió a sangre fría.
-Bien, recuerda todo lo que te he dicho. -el chico le dijo amenazante. Me llevo casi arrastrando hasta su auto... No podía luchar... no me quedaban ganas de hacerlo, ya que mas daba si lo hacia o no mi destino seria el mismo. Estar a merced de un desconocido que se ve que es de lo peor.
Llegamos a un hotel de cinco estrellas llamado HOTEL MIN. En cuanto apago el auto me volteo a ver su semblante frío e indiferente.
-Soy Min Yoongi. -dijo el con una voz tan ronca y sexy que me encanto aunque no deje que se diera cuenta de ello. ¡Espera un momento! ¿Acaba de decir MIN?
-¿E-eres el dueño de este hotel? -asintio dejándome helada... porque un chico como de el ofreció dinero por mi... ¿que es lo querrá hacer conmigo?
-Entremos para que te explique como son las reglas. -dijo saliendo del auto y sacando mi maleta.
-¿Reglas? ¿Acaso seré una sirvienta?
Baje y lo seguí hasta el ascensor. El solo tenia la mirada fija hacia el frente. En el piso 20 el ascensor se detuvo y salimos hacia una pasillo solo con varias puertas que se veían de fina madera. Frente la puerta 350 saco una tarjeta y la deslizó por donde se supone que tendría perilla, en el momento que paso la tarjeta un timbre sonó.
La habitación era tan lujosa que creí que estaba soñando con estar en un lugar así.
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-Necesito que tomes asiento. -hablo para que le prestara atención ya que estaba muy atenta a la habitación.
-Esta bien. -me senté en una silla. Lo único que hizo fue sonreir y se acerco mucho a mi.
-Sere breve. Estas aquí para complacer todos mis deseos. -lo mire a los ojos y el tenia su semblante serio.
-¡P-pero yo no puedo! -me miro intrigante.- ¡Me refiero a que yo no te sirvo para eso! -respire hondo, tenia que decirselo para que me dejara ir, tal vez con eso lo conseguía. - ¡Yo aun no he estado con un hombre!
De su parte solo escuche una fuerte carcajada. Lo mire avergonzada.
-No hablaba de eso niña tonta. -rodo los ojos y se levanto.- Eres solo una mocosa. Da lo mismo quiero una chica que siempre haga lo que yo le pida sin objeciones. ¡Eh! Pero no te emociones porque no eres mi tipo como para tocarte. ¡PERO! No intentes escapar porque si lo haces te ira muy mal. Y yo lo disfrutaré mucho. ¿¡Entendido!?
-S-si... -asenti con la cabeza gacha, su voz ronca y gruesa me asustaba.
-Saldre a hacer unas cosas así que duerme, bañate o lo que te venga en gana. MENOS ESCAPAR PORQUE LO PAGARAS CARO. -seguido de eso tomo la tarjeta y salio.