1 multiverso, 12 pequeños problemas

La Madrastra

Pasaron los días y todos los ángeles siguieron poniendo de su parte para educar de la mejor manera a sus dioses, pero como eran jóvenes, fue inevitable que hicieran cosas de jóvenes, incluidas las relaciones amorosas.

Cierto ángel del universo dos, recién había conocido a una chica en el supermercado cuando fue a hacer las compras para su castillo, y había quedado encantadísimo con ella, por lo que acordaron tener una especie de "cita" en un restaurante.

Sour llegó a su castillo, acomodó las compras y fue rápidamente a arreglarse para su cita.

- hey! - Perú  llegó con Helles en brazos - necesito ayuda...

- ¿qué pasó? - lo miró.

- Helles se hizo en el pañal y no soporto ese terrible olor! - le entregó a la niña y se alejó un poco. Sour tampoco era un profesional cambiando pañales pero al menos ya tenía un poco de experiencia. 
La cambió y luego volvió a entregársela a Perú, pero automáticamente la bebé empezó a llorar.

- papá!!! papá!!! - estiró los bracitos hacia él.

- no llores, aquí estoy... - la cargó, cosa que le impidió arreglarse para su cita.

- ¿dónde vas? - Perú se dirigió al ángel.

- quedé con una chica para ir a cenar - le explicó - planeaba que te quedaras cuidando a la niña...

- no va a querer, sabes cómo se pone cuando no te ve por mucho tiempo - se negó.

- lo sé, y ese es el problema, ya que uno... no me he arreglado y dos... no sé qué tan desastroso resulte llevarla...

- hay otro problema - dijo el Kaio divertido - si esa chica ve a Helles va a pensar que es tu hija, aunque técnicamente lo es, y la vas a ahuyentar.

- ¿qué? - se extrañó - ¿por qué lo dices?

- nadie querrá salir con un papá soltero, ninguna chica quiere ser "la Madrastra" - dijo eso con un tono gracioso.

- muy chistoso - dijo el ángel - aunque debo decir que tu argumento no es del todo erróneo... - trató de arrullar a la pequeña para que se durmiera y así poder irse sin que se percatara, pero no lo logró.

Con mucho esfuerzo logró cambiarse de ropa y cepillar su pelo, ya que la niña en ningún momento quiso bajar de los brazos de su "papá", ni siquiera cuando ya era hora de la cita, por lo que Sour tuvo que llevarla con él.

- suerte - dijo Perú al verlos irse y Sour se despidió con un movimiento de mano.

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Cuando llegaron al restaurante fueron a una mesa de butaca, y consiguió una sillita de madera para bebé, para sentar a Helles y así todos estarían más tranquilos. Automáticamente cuando la sentó, la niña empezó a gritar llamando la atención de mucha gente en el restaurante quienes la miraban curiosos y extrañados, por lo que al pobre no le quedó de otra mas que cargar a la bebé y sentarla en sus piernas para que estuviera tranquila.

La chica llegó minutos después, iba con una hermosa sonrisa que se borró automáticamente al ver que su cita llevaba con él a una bebé.

- qué lindo... - dijo entre dientes y tratando de que su sonrisa no pareciera del todo falsa.

- hola! - el ángel fue a saludarla muy animado y ella también lo hizo dándole un beso en la mejilla, luego ambos se sentaron.

- oye - dijo ella - ahora que lo pienso, nunca dijimos nuestros nombres...

- me llamo Sour - la miró en respuesta - y ella es Helles.

- ¿es tu hermanita? ¿o tu sobrina?