¡Hakai!

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- Korn - Denia tenía cara de que quería matarlo - quiero que me des una buena explicación sobre esto...

- no es lo que parece - se levantó asqueado de tan solo pensar en arrodillarse frente a Marcarita.

- claro que lo es - dijo la otra por molestar a Denia - Korny, no seas tímido, cuéntale.

- no tengo idea de qué está hablando esa loca - negó con la cabeza y empezó a caminar.

- espero que eso sea cierto... - su amiga lo siguió - ¿ahora qué hacemos? - miró a los bebés.

Iru señaló unos trampolines enormes y aplaudió muy contento.

- ¿quieres ir ahí? - Denia sonrió - debemos convencer a tu papi...

- que quede claro que no soy y nunca seré su papi - entrecerró los ojos - ellos saben que deben llamarme Korn.

- Korn - repitió Liquir muy serio.

- papi papi - Iru llamó su atención y señaló el trampolín.

- perfecto - dijo Korn como si nada - entra ahí y de preferencia nunca salgas.

- ¡Korn! - Denia le dio un zape lo que inevitablemente hizo reír a ambos bebés.

- ¿ahora qué? - rodó los ojos.

- no seas aburrido, recuerda que estamos aquí para que los bebés se diviertan - señaló el trampolín.

- perfecto, sube con ellos - se alzó de hombros.

- no no, ambos lo haremos - dijo como si nada.

- no puedes obligarme - se molestó.

- entonces me iré - le dejó a los bebés y empezó a irse.

- ¡bien! - dijo entre dientes - saltaré con ustedes...

- así me gusta - sonrió satisfecha y fueron a los trampolines.

No eran al aire libre, sino que era un enorme salón con muchos trampolines de muchos tamaños y variedades, también habían piscinas llenas de cubos de espuma para que pudieran lanzarse ahí sin que se lastimaran. Tenía unas máquinas giratorias cuyo propósito era que saltaran o se agacharan para que no pudieran golpearlos y aros de basket ball para jugar dentro de los trampolines.

Era un lugar que se veía sumamente divertido y ambos dioses estaban ansiosos por entrar.

- lo siento - dijo el encargado de los trampolines - pero solo pueden entrar niños mayores de 5 años en adelante.

- ¡¿pero por qué?! - el ángel se enojó - eso no tiene sentido.

- Korn, calma, podemos jugar en otro lado - Denia puso una mano en su hombro.

- no no no, qué increíble - negó con la cabeza - voy a demandar a este lugar...

- discúlpelo - Denia le dijo apenada al trabajador del parque - tiende a ser muy volátil...

Korn no dijo nada por mucho tiempo y se quedó parado indispuesto a moverse, aprovechó que el encargado se distrajo para cargar a Iru y aventarlo sin cuidado dentro de los trampolines.

El bebé solo lo miró confundido.

- ¡salta! - le dijo Korn y él obediente empezó a jugar.

- ¡yo yo yo! - Liquir extendió sus brazos para hacer lo mismo.

- claro - lo cargó y lo aventó dentro mientras Denia distraía al encargado.

Ambos bebés empezaron a saltar muy contentos y jugar con los cubos de espuma.

1 multiverso, 12 pequeños problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora