Las escondidas

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En el Universo 3:

Luego de la embarazosa broma que Cognac le había hecho a Campahri, decidió que era hora de vengarse, y se le ocurrió la idea perfecta pero antes que nada fue al ciber.

- ¡yo! - Ea quiso ir, y la verdad tuvo que llevarlos ya que era imposible que los dejara solos en el castillo.

- muy bien, los llevaré pero prohibido pedirme que les compre cosas - advirtió.

Diseñó una invitación llamativa para una fiesta que él se inventó en el Universo 4, precisamente en el castillo de Cognac y en el ciber imprimió las invitaciones, hizo unas 200.

- papá... - Mule escaló sobre él hasta llegar a un lugar donde fuera visible.

- ¿qué pasó? - lo miró.

- pampam - decía cada vez que tenía hambre.

- les dije que no me pidieran nada - rodó los ojos y tuvo que comprarles unas galletas que vendían ahí. El problema es que a ellos les gustaban mucho unas llamadas Gansitos, pero solo quedaba uno, por lo que empezaron a pelear por él.

Mule era mucho más chiquito, así que Ea lo tomó y lo lanzó lejos.

- ¡No! - Campahri fue a buscarlo, no sin antes dejar a Ea sentado en una silla y quitarle los anteojos para que no pudiera ver y así no se moviera del lugar.

Luego de tantas peleas Campahri compró el Gansito y se lo regaló a una niñita que iba pasando, por lo que ambos niños empezaron a llorar pero ya no podían pelearse.

- es para que aprendan que o se comparte, o no hay - dijo él - yo tuve 11, bueno... 12 hermanos y tuve sí o sí que compartir con ellos, así que no se quejen, es más fácil partir un Gansito en 2 que en 13 pedazos.

Los volvió a dejar sentados y les compró otras galletitas a ambos, esta vez ya no estaban peleando.

- creo que el maquiavélico plan está saliendo a la perfección - Campahri empezó a reír como psicópata y luego de imprimir las invitaciones fue a entregárselas una por una a las 147 novias que Cognac tenía en ese momento.

Eran así:

Obviamente las chicas al recibir esa invitación se emocionaron demasiado, más porque algunas tenían mucho de no saber sobre su amado Cognac

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Obviamente las chicas al recibir esa invitación se emocionaron demasiado, más porque algunas tenían mucho de no saber sobre su amado Cognac.

Luego, Campahri se dirigió al Universo 4 a decorar la fachada del castillo sin que su hermano se diera cuenta con globos, listones, serpentina y todo hasta que se viera como si ahí se iba a organizar una fiesta.

Se aguantó la risa y regresó a su castillo con los bebés, no sin antes dejar una cámara escondida para que grabara todo lo que sucediera en tiempo real.

Pasaron las horas y dio la noche, Cognac estaba muy tranquilo jugando a las peleítas con sus bebés y estaban muy divertidos, de la nada se escuchó el timbre sonando.

1 multiverso, 12 pequeños problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora