Haruka Nara es ciega, pero eso no la hace delicada.
Las personas siempre la trataban con delicadeza, pensando que siempre necesitaba ayuda, aún cuando no la necesitaba.
Naruto Uzumaki fue el primero en reconocer su fortaleza, por lo que ella también...
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—¿Ella realmente no puede ver? ¿Entonces que hace en la academia? —Podía escuchar las preguntas que sus compañeros se hacían entre ello.
Haruka se sentó recta y los ignoró pronto demostraría que, a pesar de no ver, era mucho mejor que ellos.
Un aroma a papas fritas llegó a sus fosas nasales.
—¿Ella es tu prima Shikamaru?—Escuchó una coz desconocida pero al igual era añiñada así que supuso que debía ser un amigo de su primo.
—Haru, él es mi amigo Chouji. —Nos presentó.
Haru asintió, conocía vagamente al chico ya que sus clanes siempre han sido aliados, al igual que con el clan Yamanaka, aunque ella no ha convivido mucho con los miembros ya que siempre solia estar en su casa con su madre, a veces Meiko solía ser muy sobreprotectora.
Ambos chicos se quedaron conversando de algo que a ella realmente no le interesaba por lo que sigilosamente abandonó el aula para salir al patio trasero, donde se escuchaba que niños estaban jugando.
Haru cayó de sentón al no haber notado el último escalón que había en el patio, las risas de sus compañeros no se hicieron esperar y resonaron en sus oídos.
—Oye, ¿estas bien? —Escuchó la voz de un niño. Naruto le estaba extendiendo la mano para que se levantara, pero la mirada de la chica estaba perdida, así que el rubio tomó su mano y la ayudó a levantarse.
Haruka se sorprendió a que aquel niño la ayudara. —No necesitaba tu ayuda. —Dijo cruzándose de brazos. —Soy Haru.
—Naruto...—Dijo el niño.
La chica se limpió el polvo de sus ropas.—¿Tú realmente no puedes ver? —Le preguntó Naruto, que se encontraba sonrojado por la pregunta.
—Absolutamente nada. —Haru se encogió de hombros.
—¿Y como sabes donde estoy? —Preguntó el rubio, mientras se movía al lado derecho de la chica y ella volteaba en su dirección.
—Eres muy ruidoso. —Dijo simplemente. —Además eres el único que huele a Ramen instantáneo.
Naruto observó impresionado a la chica. —¿Puedes adivinar el sabor?
Haru frunció el ceño ante la pregunta tan extraña, por lo que se concentró en el olor del chico.—Yakisoba.
—¡Eres increíble, Haru-chan! —El rubio sonrió impresionado de las habilidades de la chica, ya que había adivinado el ramen que habia desayunado esa mañana.
Haru abrió los ojos ya que nadie nunca le había dicho algo así, sintió sus mejillas calentarse.—Ah que fastidio, aquí estas Haru. —Dijo Shikamaru. —Parece que ya conociste a Naruto.
