BLIND | Uzumaki Naruto

11 "What a drag"

Meiko Nara siempre protegió a su hija, de alguna forma se sentía culpable de la ceguera de su hija, tal vez no se cuidó lo suficiente cuando estaba en su vientre, al menos así pensaba en los primeros años de vida de Haruka.

Pero conforme su hija crecía, podía darse cuenta que ante cualquier obstáculo que se le presentara, siempre los superaba de maneras sorprendentes.

Como cuando cumplió cuatro años y Haru había dejado de chocar con todos los muebles de su hogar.

Cuando cumplió seis años y ya podía tener una conversación muy amena con muchos adultos.

Y finalmente se unió a la academia, en un deseo caprichoso de pasar más tiempo con niños de su edad.

Obstáculo tras obstáculo Haruka Nara los superó, ella siempre subestimaba a su hija.

Es por eso que ahora, Haru entrenando con su padre en su jardín no era una sorpresa para Meiko.

Lo único que le quedaba era apoyar todas las decisiones de su apática y holgazana hija.

—Tómense un descanso. —Les dijo saliendo con una bandeja con una jarra y vasos para su familia.

Shikatoshi se acercó a su esposa y le dio un beso con cariño.

Haru tomó el vaso y suspiró.

—Los entrenamientos son muy molestos. —Dijo en una queja. —¿Y si lo dejamos hasta aquí, papá?

Haru como ya era costumbre ni si quiera esperaba por la confirmación de su padre y siempre terminaba dormida en cualquier lugar de su hogar.

Meiko negó divertida de la habilidad de su hija para dormir en cualquier lugar.

🍥🍥🍥

Naruto podía sentir el sudor correr por su frente, y a un a pesar que continuaba acercándose a su amiga no podía acertar ni un solo golpe.

—Vamos Naruto-baka.—Dijo con una sonrisa Haru mientras esquivaba todos los golpes del rubio.

—¡Es imposible golpearte! —Se quejó el rubio.

—Eres muy ruidoso. —Dijo mientras ella lo golpeaba por la espalda.

Naruto se quejó por el golpe y Haru se carcajeó.

—Tienes que mejorar tu velocidad. —Le recomendó.

Naruto se sentó y suspiró, el rubio estaba algo decepcionado de su poco progreso.

—Pronto será tu cumpleaños. —Le dijo Haru sentándose junto a él.

El rubio abrió los ojos y observó sorprendido a la chica.

—Si puedes darme un solo golpe, tal vez considere darte un regalo. —Dijo con una sonrisa de lado con la mirada perdida frente a él.

—¡Bien! —El rubio asintió repetidas veces con una gran sonrisa.—Aunque tendremos que esperar porque iré de viaje con Ero-sennin.

—¿Te vas con Jiraiya-sama? —Preguntó sorprendida.

—¡Si! —Naruto salto a su lado. —Iremos en una grandiosa aventura.

—Entonces tendré que esperar. —Se quejó la chica. —Que molesto.

El rubio observó de reojo a su amiga y se carcajeo.

—No te preocupes Haru-chan, volveré a la aldea en un santiamén.

Eso esperaba, la aldea sin el revoltoso de su amigo sería muy aburrida.