BLIND | Uzumaki Naruto

09 "Death behind us"

—Ya nos tienes olvidados.—Se quejó Lee. —¡Ya no entrenas tanto con nosotros!

—Eso es por que su novio Naruto abarca bastante tiempo. —Se burló Neji.

Haruka rodó los ojos, el Hyuga la estaba provocando.

—No sean celosos. —Dice tomando a ambos hombres por sus hombros. —Ya les llegará el amor.

—Ni quien lo quisiera. —Neji la apartó.

—¡El amor aumenta la llama de la juventud! —Afirmó Gai con un grito de guerra.

Rock Lee asintió repetidas veces. —¡Iré a declararme a Sakura-chan!

Tenten observando a su equipo se rio de las reacciones de los hombres, ya habían extrañado a Haruka.

—Solo te rechazará. —Negó la pelinegra.

—Primero haré cien flexiones. —Asintió el chico de corte hongo.

Bien la Nara no se quería ver arrastrada en los ejercicios extremos de su sensei, pero ya era muy tarde.

—¡Todos lo haremos! ¡Vamos chicos! ¡Que esa juventud brille!

Haruka negó cansanda, ¿Como es que la pusieron en un equipo tan energético?

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Había estado todo el día entrenando con el equipo Gai, cosa que la tenía por más que decir agotada.

Haruka casi arrastraba sus pies hacia su hogar.

—Haruka, te ves horrible. —Le dijo Ino.

—Gracias Ino. —La chica dice ironicamente. —Entrena con Gai-sensei y luego hablamos.

—¿Como está Naruto? —Preguntó Sakura. —Se veía muy afectado...

—¿De qué hablas? No me lo he encontrado. —Haruka frunció el ceño al escuchar los latidos de Sakura acelerarse.

—¿No te has enterado? —Preguntó la pelirosa. —Jiraiya-sama ha muerto.

Todo el cansancio desapareció de su cuerpo al escuchar aquella noticia.

—Me tengo que ir. —Se despide de ambas chica para correr en dirección al departamento de Naruto.

El maestro del Uzumaki había muerto, sabía de antemano que el rubio admira demasiado al Sannin. Se volvió en su figura paterna.

No podía imaginar el dolor por el que Naruto estaba pasando ahora, pero Haruka quería está ahí para él.

Al llegar a su departamento se percató que el rubio había salido, entró por su ventana y se sentó en la entrada, esperaría a que llegara, no podía tardar tanto.

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—Haru-chan. —Susurró el rubio intentando despertar a la azabache, quien tiene el sueño más pesado que un árbol.

Naruto había salido a una tienda y se había encontrado con Iruka, eso al menos le había levantado un poco los ánimos.

Al regresar se encontró con la imagen de Haruka recostada en el suelo del pasillo de su departamento.

Acaricio su mejilla, tenía varios rasguños y el rubio sospecho que estuvo entrenando todo el día.

—Bienvenido... —Susurró Haruka tallándose uno de sus ojos, se había quedado dormida y no cuenta se había dado.