Haruka Nara es ciega, pero eso no la hace delicada.
Las personas siempre la trataban con delicadeza, pensando que siempre necesitaba ayuda, aún cuando no la necesitaba.
Naruto Uzumaki fue el primero en reconocer su fortaleza, por lo que ella también...
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—En serio que ese tipo en verdad era muy molesto, pero después de desobedecer las ordenes de Danzo empiezo a creer que es un buen tipo. —Explicó Naruto.
Ambos estaban sentados en la barra de Ichiraku, donde el rubio le contaba acerca de su última misión, habían intentado traer a Sasuke de regreso pero esta había fallado.
Haruka adora escucharlo hablar, extrañaba aquello, y por supuestos gracias a la influencia de Naruto adoraba el Ramen.
—Lo siento...—Se disculpó el rubio. —Ya debes de estar cansada de tanto escuchar de mi.
La chica negó y sonrió. —Me gusta escuchar, pasaron tres años debes de tener muchas cosas que contar.
El rubio sonrió avergonzado, había notado el cambio en Haruka en cuanto la vio, si bien seguía siendo igual de holgazana, había algo que estaba diferente y Naruto no podía descifrar que era aquello.
Si bien de niño nunca le había interesado ninguna niña, Sakura era la niña más bonita que había visto, pero cuando conoció a Haruka él podía asegurar que sin dudas la niña más bonita era ella, no había comparación entre Sakura y Haru.
Sus ojos azules se pasearon por el rostro de la chica aún lado de él, su mirada se detuvo en sus labios que tenían una sonrisa casi imperceptible, el rubio recordó lo que sucedió la última vez que había estado con ella y los nervios lo invadieron.
—¿Estas bien Naruto? —Preguntó Haru llevando una de sus manos a la frente del chico. —Tienes la temperatura normal...
—Estoy perfectamente-ttebayo. —Contesto aun con los nervios a flor a piel y Haru asintió.
—¿Y que cuenta Jiraiya-san?
Naruto empezó a contarle algunas de sus aventuras con su maestro durante su viaje, también ella le contó un poco de las cosas que se perdió mientras no estaba.
—¿Y cómo llegaste a querer ser la lider del clan Nara? —Preguntó con verdadera curiosidad.
—Eso deberías saberlo, tonto. —Haru posó sus manos entre su rostro. —Fuiste tu quien me dio la idea de hacerlo.
Naruto ladeó la cabeza, No recordando el momento exacto. —¿Fue cuando te dije que quería ser Hokage?
—Sí, dijiste que querías ser reconocido por la aldea y yo dije que te apoyaría y quería escuchar a las personas aclamando tu nombre...
El corazón de Naruto latió tan rápido como el de Haruka.
—Decidí que, si tú planeabas convertirte en Hokage, yo debía poner mi grano de arena...—Suspiró. —Hay muchas cosas que podría hacer para apoyarte.
Aquel sentimiento cálido recorrió a Naruto, era parecido a lo que sentía cuando Iruka y Ero-sennin lo reconocían. Aunque había algo diferente, tal vez es por que Haru siempre había estado para él desde pequeños, cosa que no se había percatado hasta este momento.
