09.-Estrés acumulado

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Pasaron los días para YuGyeom de manera muy lenta. Tan lenta que parecía un caracol. Ya no lo soportaba de ese modo. Estaba fastidiado y no solo por el estrés del trabajo sino que también sexualmente hablando. Bambam y él ya no tenían el mismo tiempo a solas que antes. Ya no podían verse a solas porque siempre existía algo o alguien que les arruinaba el momento. Ese día, miércoles por la tarde, su paciencia era tan poquita que mando todo a la mierda. Salió de su oficina y tomó al mayor de la muñeca arrastrándolo fuera de la empresa.

-¡No quiero llamadas, mensajes, ni mucho menos quiero gente tocando mi puerta!, ¡¿está claro?!

La chica de la recepción simplemente asintió sin comprender a qué se debía ese cambio de humor tan fuerte en el Ceo de la empresa, pero por obvias razones no iba a preguntar. Bambam le seguía el paso lo mejor que podía mientras intentaba no caerse en el proceso. Cuando llegaron al estacionamiento, sintió como el menor lo pegaba al auto y lo besaba con desesperación.

No se negó, él también necesitaba sentir los labios de su novio de esa manera mientras lo apretaba con su cuerpo. Subió sus manos al cuello de YuGyeom y enredo sus delgados dedos en las platinadas hebras. Enserio, ¡enserio!, llevaban mucho tiempo sin estar a solas. Sin tocarse o besarse con la intención de llevarlo al siguiente nivel y por lo que Bambam veía y sentía, ese día sería diferente.

-Voy a hacerte el amor toda la tarde y toda la noche... - Porque de verdad lo quería. De verdad lo necesitaba y ambos estaban a punto de lloriquear por privacidad.

-No es como que vaya a impedirlo, pero no quiero comenzar en el estacionamiento, Yugie.

El menor se separó de él sonriendo y mordiendo su propio labio inferior ante la repentina respuesta. Abrió la puerta del copiloto y permitió que su bellísimo novio entrará para luego correr del otro lado y subir también. No pasó mucho cuando ya habían llegado a la gran casa del menor. Bajaron a toda prisa pues sus cuerpos necesitaban atención al igual que sus bocas. YuGyeom abrió la puerta con Bambam en sus brazos.

Subió las escaleras sin dejar de besarlo y cerró con fuerza la puerta de su habitación. Dejó el delgado cuerpo del mayor en la cama mientras él ponía seguro y se quitaba la ropa.
Bambam hizo lo mismo. Se desvistió a toda prisa para luego sentir como el cuerpo de su guapo novio caía sobre el suyo. Sus bocas se encontraron de nuevo en besos feroces y ardientes.
Sus pieles calientes y las risas dentro del cuarto.

YuGyeom lo hizo el amor al mayor cuantas veces se le dio la gana. Lo tomó y beso cuanto quiso. No se detuvo en una ni en dos. Tenía demasiadas ganas de Bambam que ni loco lo dejaba en dos. A la cuarta vez que lo hicieron, Bambam cayó dormido en su pecho, respirando tranquilo mientras él le acariciaba la cintura con la yema de sus dedos. Cuatro meses sin tener sexo. Sin tocarse o siquiera besarse.

Cuatro meses desperdiciados en nada y recuperados en una tarde. Vea saber Dios si los habrán escuchado o no porque justo en ese momento le importaba bien poquito...

Fastidioso YuGyeom 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora