Evasión

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Al día siguiente la noticia estaba en boca de todos, el comisario Ivanov y el policia Gonneti habían sido asesinados por una mafia delante del superintendente Conway. Debido a esto se proclamó que durante 2 días se mantendría la alerta ámbar para evitar en toda medida otro atentado así. No hace falta decir que toda la malla estaba debastada, sobretodo Conway y Volkov que juraron venganza por sus compañeros. 

El superintendente y Volkov recibieron la visita de Gustabo, Horacio y Anya, ya que decidieron dar el pésame por la pérdida de los agentes, además los 2 primeros iban con la total intención de animar al más mayor y poder convencerlo de realizar las oposiciones a policía:

-Aprovechando esta visita..Horacio y yo nos preguntabamos si podríamos hacer las oposiciones para poder ser agentes al 100%.-Explicó Gustabo totalmente serio.

-No estais preparados ni de coña para ser policías, supernenas.-Contestó el superintendente con la mirada fija en algún lugar de la habitación.

-¡Entonces prepáranos! ¡Estamos totalmente determinados a llegar a ser agentes!.-Dijo Horacio levantándose del asiento, a lo que Anya le dió un toque en la pierna para que se calmara y se volviera a sentar. Ante lo que dijo el de la cresta tanto Conway como Volkov empezaron a reír.

-¿Determinados? Vuestra mente solo está determinada para liarla y hacer el capullo.-Dijo Conway golpeando la mesa con el puño.

-Venga superintendente denos un voto de confianza.-Rogó Gustabo.

-Gustabo este oficio no va de votos de confianza...-Comentó Anya mirando a su amigo de la chaqueta roja.

-Si quereis ese "voto de confianza" os lo debereis ganar.-Dijo Conway levantadose de su silla y acercándose a los dos amigos.-Vais a sudar la gota gorda, seguidme supernenas que vais a tener el entrenamiento que tanto deseabais.-Dijo saliendo de la sala, acto seguido Gustabo y Horacio se levantaron y siguieron al superintendente. 

-¿Necesita algo más...?.-Preguntó el comisario totalmente serio, Anya se dió cuenta que se habían quedado ellos dos solos y que el ambiente era bastante tenso.

-Sólo puedo decir que si necesita hablar yo puedo escucharle Volkov.-Dijo la chica en un intento de "ayudar" al ruso.

-No necesito su ayuda, no se preocupe.-Comentó el comisario, Anya se sorprendió un poco al ver lo distante que se comportaba ahora, aunque también era consciente de que había perdido a alguien que consideraba como un hermano y ella sabía como era ese sentimiento perfectamente.

-Está bien.-Anya se levantó para irse del despacho pero Volkov la detuvo volviendo a hablar:

-Por cierto, he hablado con el superintendente antes y ya no necesitamos que siga vigilando a ese par y a Emilio.-

-Comprendo, pero ¿puedo preguntar el por qué?.-Preguntó la ojiazul clavando su mirada en la del peligris.

-Es inútil en este trabajo y viendo que dejó su cargo como policía no tiene sentido que se ocupe de esa tarea...si es que de verdad lo dejó y no la despidieron, claro.-Contestó el comisario fríamente, esto dejó perpleja a la rubia.Podría esperarse una contestación asi de Conway ¿pero del comisario? nunca, y mucho menos viendo lo bien que se ha portado con ella hasta entonces.

-Mira, entiendo que estes dolido, lo entiendo perfectamente...pero lo que no entiendo es que de golpe me faltes el respeto así.-Dijo acercandose al comisario y poniendose a la par que el.-Y para tú información no me despidieron, me fuí yo porque no pude soportar lo mismo que estas sintiendo tu en este momento.-Al contestar esto a Anya empezaron a caerle lágrimas, se limpió con la manga de su camisa y se fue de la sala.

Volkov se quedó plantado viendo como se iba la chica de la sala, cuando desapareció se dejo caer al suelo de culo y se quedó ahí pensativo. Le jodía en el alma actuar como un gilipollas con ella, pero creyó que seria necesario actuar así, necesitaba alejarla de él para mantenerla segura. Ella era uno de sus puntos débiles y si la mafia quería dañar a Conway a través del asesinato, podrían hacerle lo mismo a Anya para joderlo a él mismo.

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Eran las 22:30 cuando Gustabo y Horacio llamaron al timbre del apartamento de Anya, está les abrió de golpe con una botella de absolute vodka en la mano y apoyandose en la puerta.

-¡Vaya, no esperaba visita!.-Dijo riendo la muchacha.

-Joder hueles a vodka que flipas.-Contestó Gustabo entrando al apartamento seguido de Horacio.

-Anya ¿te queda otra botella? Necesitamos reponer fuerzas que papu nos ha matado con el entrenamiento.-Dijo Horacio tumbándose en el sofá.

-¡Puees claro! Mirad en el armario de la cocina, hay vino y tequila.-Contestó la rubia caminando hasta el sofa dando tumbos y tirándose encima de Gustabo, lo que provocó un quejido por parte de este.

-¡Cuidado coño!, que me vas a dejar estéril, por cierto, ¿alguna razón por la que estas borracha?.-Dijo el del bigote sentándose bien en el sofá.

-Quiero olvidar.-Soltó Anya mirando a Horacio acercarse con dos copas y la botellas de alcohol.

-¿El qué?.-Preguntó el de la cresta.

-A Volkov, mis errores, ¡todo!.-Exclamó levantando los brazos y volviendo a beber de la botella de vodka.

-Bueno bueno ya va siendo hora de que nos cuentes porque quieres olvidar, venga.-Contestó Gustabo llenando las copas con vino.

-¿Por qué quieres olvidar al comisario bombón?.-Horacio preguntó por quién más le interesaba.

-Porque me ha tratado mal, no le entieeendo.-Paró, se levantó del sofá y continuó.-Primero me trata bien, parece que hay "feeling" y ahora me trata mal, que le den, todo para tí Horacio.

-Por mi de puta madre.-Dijo feliz Horacio bebiendo de su copa.

-Ah, pero ten cuidado, no te lie que me dijo que era hetero.-Contestó Anya sentandose nuevamente en el sofa.

-Bueno bueno me he acostado con otros hombres que aseguraban ser "heteros".-Comentó Horacio orgulloso.

-Oye a lo que íbamos, ¿Anya a que errores te referías?.-Preguntó Gustabo atendiendo a la rubia.

-Yo antes era poli, lo sabeis ¿verdad?.-Preguntó a los dos presentes, que asintieron a la pregunta.-Pues, entré a poli porque mi padre era el jefe y desde que murió mi madre cuando tenía unos ¿12? me empezó a instruir.-Paró y empezó a mirar la botella.-Total que a los 18 hablando mal y claro me enchufó en el cuerpo policial y me hice muy amiga de un compañero mío, Eric.-Al decir el nombre empezó a "quebrarle" la voz.-El me protegió en una misión, llevandose varios disparos, murió puto protegiendome haciendo de escudo humano en un tiroteo.-Anya empezó a llorar dejándo a sus dos amigos mirandose entre ellos, Gustabo no sabía si había hecho bien en preguntarle sobre su pasado.

-Total.-Volvió a hablar la chica.-Ante eso cogí la baja por depresión y acabé dejando el trabajo de poli y meses después vine aquí, this is my story.-Dijo con una sonrisa amarga.

Después de esto Gustabo y Horacio intentaron animar a su amiga contando las "gilipolleces" por las que han pasado en el entrenamiento del superintendente, sin mucho éxito. Al final Anya se quedó dormida en el sofá y entre los dos la llevaron a su habitación y la recostaron en la cama. 

Mañana sería otro día, el día en que Conway accediera a concederle a Gustabo y Horacio sus placas de policía.





Mi señor comisario VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora