Puto ruso

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Paola acompañó a Anya a la ambulancia para que la revisaran.Dentro de la ambulancia se encontraba Leonidas tumbado, visiblemente solo tenía unas pocas heridas en los brazos sin embargo, para asegurarse se lo iban a llevar para hacerle unas radiografías.

Una enfermera atendió a la ojiazul y le trató la herida de la frente, posteriormente le inspeccionó el cuello por si había algún hematoma extraño. Al no ver nada le recetó algunas pastillas para el dolor.

-Anya ¿estas bien?.-Preguntó Gustabo acercándose, este tenía dos trozos de papel en cada agujero de la nariz para detener el sangrado.

-Si tranquilo, solo me han dado un pequeño golpe.-Contestó la ojiazul restandole importancia al casi estrangulamiento que ha sufrido.

-Eso no es lo que me ha dicho Volkov ¿eh?.-Dijo Gustabo agachandose y achinando los ojos empezó a observar el cuello de la chica, esta se sintió incómoda y se lo tapó con ambas manos.

-Jævla russisk snike.-"Puto ruso chivato" contestó la rubia en noruego haciendo un medio puchero.

-What da faka, que me estas contando.-Dijo Gustabo ladeando la cabeza.- ¡¿Has osado insultarme?! Mira que vuelves a pata a comisaría.-Dijo su amigo dramatizando la situación.

-Qué a ti no te he dicho nada.-Contestó la ojiazul quitándole uno de los trozos de papel de la nariz.-Venga volvamos ya que me estoy agobiando aquí.-Ella empezó a caminar hacia el patrulla medio rebentado por la colisión y Gustabo la siguió.

Al llegar a comisaría se encontraron a Horacio hablando con Torrente, ambos amigos fueron a saludar.

-Ya veo que sin un heroe como yo no os salen bien las cosas ¿eh?.-Exclamó Horacio orgulloso mirando a sus dos amigos magullados. 

-Horacio te va a llevar a casa quién yo te diga.-Contestó Gustabo cruzandose de brazos.

-Bueno siempre puedes dormir en los bancos del vestuario, son cómodos.-Le dijo Torrente al de la cresta.

-¿Por qué te has vuelto ha poner la cresta?.-Preguntó Anya curiosa.

-Porqué el doctor muerte me ha dicho que me quedaba muy auténtica.-Contestó Horacio levemente sonrojado.

-Si ese doctor te dice que te tires por un puente, ¿Lo harías?.-Preguntó Torrente, aún imaginandose la respuesta.

-Sin dudarlo.-Contestó el de la cresta con una sonrisa orgullosa.

-Joder.-Exclamaron Gustabo y Anya cansados del tema.

Por la puerta de la comisaría llegó Leonidas acompañado del comisario peligrís.

-¡Aquí llega Leonidas el inmortal!.-Gritó el susodicho oficial.

-Ya veo que aquí todos sois muy vanidosos.-Dijo Anya ironicamente, Leonidas vió como la joven le estaba observando por lo que no perdió oportunidad de hablar con ella.

-Hey Anya, he visto la muerte delante de mis propios ojos y estoy algo descompuesto...la compañía de una chica tan guapa como tú me alegraría.-Contestó Leonidas guiñándole un ojo, Volkov que estaba detrás de él le dió un golpe ligero con la porra en el brazo.

-Yo si que te voy a dejar descompuesto, vete a patrullar anda.-Dijo el comisario guardando la porra, Leonidas se fue dirección al parking maldeciendo a Volkov.

-¿Estas bien?.-Preguntó el comisario observando a la ojiazul.

-Perfectamente.-Contestó Anya bastante seca, los otros 3 agentes se habían quedado callados debido a la tensión del momento, hasta que Gustabo decidió hablar.

-Volkov una cosa.-Dijo Gustabo medio riendose.

-¿Que ocurre Gustabo?.-Preguntó el peligrís observandolo.

-A ver como era..."Javla russik", ¿Era así Anya?.-Preguntó Gustabo riendose mirando a su amiga, esta empezó a sentir calor.

-¿Qué coño me has dicho? Has dicho algo de ruso.-Se quejó Volkov a García.

-Nono, es lo que ha dicho la señorita después del atraco.-Dijo Gustabo señalándola, Volkov la miró automáticamente, ella estaba como un tomate, se le daba fatal ocultar la vergüenza.

-En el traductor este de google pone..."puto ruso".-Dijo Torrente mirando el móvil, Anya no sabía donde meterse en ese momento.

-Agente Swilhü venga conmigo un momento.-Dijo Volkov poniendo la mano en el hombro de la chica. Gustabo la observaba aguantando la risa y esta le hizo una seña mostrandole que luego le mataría.

Volkov la guió hasta su despacho, le hizo una señal para que ella entrara y eso hizo, estaba cagadísima y seguía sintiendo mucho calor en sus mejillas.

-Así que...puto ruso.-Dijo Volkov sentándose en su silla y observándola fijamente.-Alguna explicación?

-Es un malentendido de verdad, Gustabo debe de haberlo escuchado mal.-Mintió la chica, se explicaba moviendo las manos nerviosa. Volkov simplemente suspiró.

-¿Me odias?.-Preguntó el comisario cruzándose de brazos y observándola detalladamente.

-¿Qué? ¡No! No te odio.-Exclamó Anya, estaba siendo sincera.

-¿Entonces por qué?, ¿Por qué has decidido trabajar de policía? ¿Por qué donde estoy yo?.-Volkov se levantó de la silla mientras decía todas aquellas palabras y se acercó a ella .

-Pues porque estoy viviendo en esta ciudad, obviamente.-Contestó la rubia levantandose ella también de su silla y encarandolo.-¿Algún problema con eso?

-¡Pues claro que sí! No estoy contigo para no ponerte en peligro y vienes y te metes a policía aquí, manda huevos.-El comisario estaba bastante cabreado, no paraba de dar vueltas por su despacho. Anya simplemente le observaba.

-Mira desde mi punto de vista solo puedo decirte que eres un egoísta, así que si me disculpas me voy, tengo que patrullar.-La chica iba a salir de la habitació pero el comisario le agarró del brazo impidiéndoselo.

-¿Cómo que egoísta?.-Volkov inconscientemente apretó el agarre.

-Me estas haciendo daño, sueltame puto ruso.-Se quejó la rubia intentando soltarse.

-No me has respondido.-Volkov no paraba de observarla fijamente a los ojos.

-Tu no eres el único que sufre aquí, tratas de protegerme sin pensar en que siento yo viendote ponerte en peligro todos los días.-Le dijo Anya mientras empezó a golpearle en el pecho con su mano libre.

Volkov cogió su otra mano y la inmovilizó contra la pared, en ese momento entró el superintendente con una carpeta en la mano y se les quedó mirando.

-¡Coño! Pero bueno Volkov, no sabía que te gustaba ese rollo de dominante.-Dijo Conway dejando la carpeta en el escritorio del comisario.-Cuando acabeis de follar volved a vuestro puto trabajo, parejita.-Finalizó saliendo de la habitación. 

Volkov y Anya se quedaron callados, la chica escondió su cara en su pelo debido a la vergüenza que sentía.

-¿M-me puedes soltar ya?.-Dijo Anya, casi suplicante. Volkov la soltó y fue el primero en abandonar el despacho, casi huyendo de la compañía de la rubia.

Anya simplemente iría a matar a Gustabo.






Mi señor comisario VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora