Jodidos

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Después de 3 angustiosas semanas Volkov recibió el mensaje que tanto esperaba, sin embargo no avisó a nadie. Él simplemente desapareció de la vista de sus compañeros, subió a su coche y con muchísimo nerviosismo se puso en marcha hacia la dirección que había recibido del número de Paola.

Obviamente no les iba a llevar al superintendente, después de todo no podría vender a su mejor y único amigo que tenía. Aunque Conway tuviera un carácter difícil...le quería mucho, había sido una figura paterna para él, además...

Ivanov nunca le perdonaría si hiciera eso.

¿Entonces cuál era su plan? Intercambiarse por Anya. 

No estaba nada seguro, es más, estaba acojonado, no por él mismo sino por ella. Sabía que algo malo pasaría, por otro lado, a aquella organización le interesaba que estuviera Conway delante por lo que pensó que tendría una oportunidad de negociar con ellos.

Después de un buen rato de viaje llegó a la ubicación, se trataba de un embarcadero.Aparcó y bajó del coche y poco a poco se fue acercando a la orilla. Observó bien el lugar, estaba despejado. 

Sacó de su bolsillo una cajetilla de tabaco, cogió un cigarro y se lo llevó a la boca. Recordó que había dejado de fumar desde que estaba con la rubia, ella odiaba el olor del tabaco y cada vez que él fumaba ella le hacía la cobra mientras se reía de la cara de indignado que ponía el comisario. Miró con algo de melancolía el cigarro, sin embargo lo encendió y le dió una calada al probablemente último cigarro que probaría en su vida.

A los 10 minutos vió como se acercaba una lancha negra, él mantuvo la compostura. La lancha paró y de ella bajaron 3 enmascarados armados con AK-47. Volkov tomó la última calada del cigarro y lo tiró al suelo.

-Buenas tardes comisario.-Dijo uno de los enmascarados, el comisario observó a cada uno de ellos, no estaba el hombre de la máscara de calavera.

-¿Dónde está?.-Preguntó Volkov poniendo sus manos en los bolsillos.

-Eso mismo debeliamos pleguntalte a tí.-Comentó acusadoramente el otro enmascarado con acento chino.

-No traigo a Conway, tengo otra oferta que proponeros.-Volkov se quitó su pistolera con cuidado, la dejó en el suelo y la chutó hacia ellos.- Podeis registrarme, he venido limpio.-

-Gringo ve y cachealo.-El primero que había hablado fue quien le dió la orden al enmascarado de rastas, este asintió y se acercó al comisario.

Volkov levantó sus manos y se dejó hacer, Gringo con lentitud palpó cada parte del cuerpo de este, para asegurarse de que decía la verdad.

-Te escuchamos.-Dijo Gringo alejándose de él.

-Me quiero intercambiar por Anya.-Al decir esto hubo un pequeño silencio que fue opacado por la risa del Gringo.

-Eres el comisario del humor por lo que veo.-Comentó Gringo calmando su risa.

-¡Así no habiamos quedado picoleto!.-Le acusó señalándolo el que tenía acento chino.

-No es tan fácil secuestrar a Conway.-Mintió el comisario.-Es por eso que lo mejor que puedo ofreceros es mi persona.-

-¿Sabes que fácilmente podríamos secuestrarte a tí junto con ella, verdad?.-Volvió a hablar el que aún no había identificado.

-Yo soy mucho más importante para el superintendente, vuestro jefe se divertirá mucho más conmigo.-El comisario simplemente se acercó a ellos lentamente, que empezaron a apuntarle.

Entre ellos se observaron y asintieron, el Gringo se alejó un poco y empezó a hablar por una pequeña radio. Al minuto se empezó a oír una serie de vehículos acercándose, Volkov se giró y vió 3 furgonetas blindadas llegar. De de las dos primeras furgonetas bajaron 5 hombres armados con las mismas armas que llevaban los 3 sujetos anteriores.

Mi señor comisario VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora