Caída

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El tiempo se terminaba, había que tomar una decisión. Dos furgonetas se aproximaban por delante mientras que aún les perseguía otra por atrás . Sólo contaban con un arma, la AK-47 que Segismundo había tomado del mexicano previamente.

Rogelio continuaba conduciendo mientras recitaba el "padre nuestro" gritando, Segismundo intentaba obligar a Emilio a que les dijera a sus compañeros que detuvieran el ataque mientras Volkov observó la carretera y tuvo una idea para intentar escapar, una idea algo...peligrosa. Dirigió sus ojos verdes hacia los llorosos ojos azules de Anya, el peligrís le dedicó una pequeña sonrisa y le besó tiernamente en la frente.

Se separó de ella y rápidamente se acercó a Rogelio, el comisario cogió el volante y gritó:

-¡Agarraos a lo que podais!.-

Todos los presentes clavaron sus ojos en Volkov, este les dedicó una sonrisa algo torcida que hizo palidecer hasta al mismísimo Emilio. Anya se agachó y se sujetó de uno de los asientos, Segis ignorando al mexicano, imitó su acción.

Cuando los vehículos que tenían delante estaban lo suficientemente cerca de ellos, el comisario de una buena vez giró el volante hacia la derecha, consiguiendo que esos dos vehículos chocaran con el de atrás, pero dirigiendo el suyo hacia el barranco. Rogelio que estaba sentado en el asiento del piloto, pudo apreciar el abismo que aquellos arboles trataban de ocultar, juró que en ese mismo momento se le puso en corazón en su boca.

"Espero que esta mierda tenga airbags", pensó el comisario pálido del miedo.

La furgoneta al fin salió de la carretera y estuvo 2 segundos en el aire, para a continuación caer en picado. Anya se sujetaba con todas sus fuerzas e incluso así no podía evitar que sus piernas levitaran un poco, con Segismundo ocurría lo mismo. Volkov se sujetaba del volante, al igual que Rogelio, que tenía los ojos totalmente en blanco mientras gritaba una frase que posteriormente Segismundo le pediría explicaciones sobre ella:

-JOSE MARIE TE QUIEROOOOOOOO.-

.

.

La furgoneta fue un poco amortiguada por los arboles, aunque aún así se quedó bastante destrozada. Volkov se levantó rápidamente, muy adolorido, mientras se sobaba la cabeza dió gracias a que aquel vehículo tuviera airbags bastante buenos. Dirigió su mirada a Rogelio, que tenía la cabeza totalmente hundida en el airbag, el comisario le quitó el cinturón de seguridad para posteriormente sacarlo de la furgoneta con delicadeza. Vió como Segis ayudaba a Anya a levantarse para hacer lo mismo, por lo que Volkov se encargó de sacar tanto a Emilio y Paola, aunque más bruscamente.

Una vez fuera, Emilio que estaba tirado en el suelo de lado, vomitó mientras maldecía a todos los presentes. Paola estaba empezando a despertar, al igual que Rogelio.

-Mierda, la radio esta rota.-Dijo el comisario observandola en su mano.

-A mi me requisaron el móvil antes de la operación.-Se sinceró Segismundo, que estaba dandole golpecitos en la cara a Rogelio para espabilarlo.

Anya se llevó su mano al mentón mientras dirigió su mirada hacia a Emilio y Paola, la rubia les dedicó una sonrisa algo macabra, provocando un escalofrío en el mexicano. Se acercó hacia Emilio y se agachó, palpando sus bolsillos.

-Directa al grano morrita, ¿Primero una cita, no?.-Ante esto Anya golpeó con la palma abierta la delicada zona del mexicano.-¡Hija de tu puta madre!.-Gritó por el dolor de su entrepierna, mientras la rubia sacó su móvil y se dirigió de vuelta a sus amigos.

-Chica lista.-Dijo Segismundo observándola sonriente.

-Viktor, llama a Conway y dales nuestra posición.-Acto seguido Anya le pasó el móvil a su pareja.

-No mames wey, no me quedan minutos gratis de llamadas.-Se quejó el mexicano observandoles e intentando liberarse de las cuerdas.

-Te jodes, eso por pesado.-Le recriminó Segis mientras se reía de él.

-Cállate pinche paleto.-Se devolvió Emilio.

-Los que se pelean se deseaaan.-Canturreó Rogelio aún tumbado en el suelo.

-¡Oye tú! ¿Cómo qué "Jose María te quiero"?.-Preguntó Segismundo a su primo Rogelio

-Ay, ay que mareo teeeengo, me desmayo eh.-Rogelio empezó a fingir otro desmayo para evitar ese tema.

-Mmm...Segilio.-Dijo Anya guiñándole el ojo a su amigo Segis.

-¿Quién es?.-Se escuchó la ruda voz del superintendente al otro lado del móvil.

-¡Conway! Soy yo, Volkov, te mando 10-20 desde este número, necesitamos vehículo y EMS.-

-Dese prisa superindigente, que tengo hambre.-Dijo divertido Segismundo acercandose al móvil.

-¿A que te comes la porra?, capullo.-

-Por cierto, Anya está a salvo conmigo.-Volkov no pudo evitar soltar una sonrisilla al decir aquella frase.

Pero serás anormal! Te dije que me avisaras cuando fueras a ir, ¡imbécil!.-

Paola empezó a toser, llamando la atención de Anya. La rubia la observó detenidamente, no entendía el odio que tenía la pelirrosada en ella, sinceramente todo ese tiempo pensó que Paola había superado su depresión, cosa que fue una gran mentira.La noruega se acercó a la pelirrosada y se agachó hacia su altura.

-Pronto vendrás los EMS y te atenderán.-Dijo la rubia enfocando sus orbes azules en la mirada de odio contraria.

-Sólo tengo sed.-Contestó Paola aganchando la mirada, Emilio las observaba callado.

-Dudo que haya agua en la furgoneta, tendrás que esperar.-Contestó Anya levantandose y volviendo a dirigirse hacia sus amigos.

Bajó su guardia.

Grave error.

Paola se levantó rápidamente, soltandose definitivamente del amarre de las cuerdas y agarrando de la cabellera a Anya y apegandola a su cuerpo. Está gritó, llamando la atención de los presentes, sus ojos se enfocaron en Paola y en Anya

La pelirrosada había clavado una pequeña navaja en el estómago de la rubia.Paola observaba con una cínica sonrisa a los presentes, mientras urgaba más en la herida de Anya.

-Mira lo que me hiciste hacer, comisario Volkov.-

Al comisario se le escapó el móvil de las manos al ver esa escena. Deprisa se llenó de ira e intentó caminar hacia la pelirrosada, que sacó la navaja a modo de alerta.

-Si te acercas la dejo como un colador, cariño.-

-P-p-pero si la había c-cacheado...-Musitó Segismundo cayendo de rodillas y notando sus ojos aguarse.

-¿Que coño quieres?.-Preguntó Volkov con la voz rota.

-A tí, pero está vez sufriendo.-Nuevamente volvió a apuñalar a Anya, esta vez en el costado derecho.

Volkov no aguantó más y se lanzó contra Paola, Segismundo tiró detrás cogiendo a Anya, que aún tenía la navaja clavada.

El comisario con toda su fuerza la golpeó en la cabeza, dejandola semi inconsciente en el suelo. La volvió a golpear, una y otra vez, estaba furioso y muy cansado de sufrir, de ver como la gente que quería, le abandonaban y morían delante de él.

Segismundo llamó a Volkov pero este no paraba de arremeter contra la pelirrosada, sin embargo la débil voz de Anya fue lo único que le paró.

-Viktor...-




Mi señor comisario VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora