Navidad Parte 2

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-Mami ¿Qué tú quiereeee?.-

-¡Aquí llegó tu tiburón!.-

-¡Yo quiero perrearte y fumarme un blunt!.-

Gustabo y Horacio estaban cantando a todo pulmón y bailando en medio del salón del apartamento de la chica. Ella simplemente aplaudía, reía e intentaba imitar los extraños bailes del de la cresta (sin éxito), no se podía negar que los 3 amigos iban borrachísimos.

Por otro lado se encontraban William y Volkov sentados en el sillón con una copa en la mano cada uno. El primero observaba el espectáculo totalmente serio, desechando totalmente la idea de que Gustabo podría ser un mejor partido para su hija.

Por otro lado el segundo se encontraba realmente incómodo y con tensión al lado de su callado suegro, le infundía mucho más respeto y temor que Conway. Llegó a desear que los vecinos se presentaran para quejarse del alto tono de la música, para así acabar la fiesta, sin embargo sabía que esto no ocurriría al ver que los otros apartamentos se encontraban en la misma situación.

-Oye, ¿Qué rango tiene ella en el trabajo?.-El comisario dió un respingo al escuchar la voz rasposa del pelinegro, bebió de un trago su copa y respondió.

-Es alumna...-Notó la fría mirada de su suegro automáticamente encima de él, sudó frío.- Bueno, por ahora...-Soltó de excusa riendo nerviosamente.

-Es innaceptable que sea de ese rango, en mi ciudad ella era comisaria.-Volkov giró la cabeza interesado por aquellas palabras.- Es más, quería que fuera mi "sucesora", es decir, creo que aquí el título que utilizais es ¿"Superintendente"?.-Viktor asintió ante la pregunta.

-Vaya, no sabía nada de eso.-El ruso mientras asimilaba esa información observaba a su pareja.

Empezó a imaginarla con la misma ropa que lleva Conway al trabajo y con su metro 60 de altura persiguiendo y golpeando a "Mortadelo y Filemón" mientras gritaba las míticas frases de su superior. Soltó una pequeña risa, no podía evitar verla adorable aún en esa situación.

-¿Ella lo sabe?.-Preguntó Volkov, aprovechando para servirle otra copa de vino a su acompañante.

-A veces le he lanzado indirectas.-Fijó sus azules ojos en la bebida, Volkov lo notó un poco decaído.- Aunque no vale la pena, ella ya no querrá volver a casa.-

-¿Por lo de su amigo fallecido?.-Preguntó inocentemente el peligrís.

-Por tí, rusito.-Contestó su suegro, Volkov lo miró un poco sorprendido.- Oh vamos, cuando se largó de casa estaba muy delgada, ojerosa...ahora mírala.-Dijo moviendo la cabeza hacia la dirección de la rubia, que estaba grabando como perreaban sus dos amigos.- Aunque me joda admitirlo, le haces bien.-Confesó William suspirando.

El comisario sonrió un poco victorioso pero a la vez le vino un sentimiento de culpabilidad, si era verdad que Anya se queda en Los Santos por él, eso significaba que no tendría tanta facilidad para subir de rango como para llegar a ser la superintendente.

-La cuidaré siempre, no se preocupe.-Dijo Volkov mirando decidido al contrario.

-Más te vale o te perseguiré hasta el fin del mundo para torturarte hasta que me de a mí la gana matarte.- Volkov volvió a sudar frío, le sorprendió la facilidad que tenía aquel hombre para cambiar de actitud.

-Creo que me voy a ir yendo.-William se levantó del sofá con pesadez, el comisario lo notó.

-Espere, le llevo con mi coche.-Contestó ofreciendose el jóven.

-¿De verdad me ves tan viejo?.-Preguntó algo indignado mientras el otro negó repetidas veces con la cabeza.

-P-para nada, sólo que así se ahorra el viaje caminando.-

Mi señor comisario VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora