Decisión

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Anya se separó rápidamente de Segismundo, ella estaba con los ojos como platos y él sonriente observando al ruso. Sus amigos desde el fondo empezaron a gritar animandoles para que se liaran, Greco se había quedado simplemente flipando, nunca pensó que el gallego se atreviera. Volkov con cara de mala ostia cogió a Anya, la apartó poniendola detrás de él y se encaró contra el gallego.

-¿Me vas a pegar comisario?.-Preguntó Segis burlón.-No puedes hacerme nada, además ella no es nada tuyo.-Esto último le jodió en el alma a Volkov, y lo hizo notar al pegarle un empujón al gallego. Greco enseguida se levantó y se puso entre ellos dos.

-Eh eh, tranquilidad, tranquilos los dos.-Dijo el de la barba separándolos, Volkov simplemente le dedicó una mirada de odio a Segismundo, se giró, agarró de la muñeca a la ojiazul que estaba totalmente en shock y se la llevó de allí.

-Какой сукин сын.-"Menudo hijo de puta" repetía en ruso, iba a paso rápido arrastrando a la rubia ya que caminaba dando tumbos.-Lo voy a puto empapelar, ya verá mañana ya, se va a cagar el puto cabras.-

-Volkov ve más despacio porfavor.-El comisario no contestó ni aflojó su paso, apretó un poco más el agarre lo que provoco un quejido de la chica.

-Me estas haciendo daño.-Se quejó, al ver que no la escuchaba, se cansó y como pudo se zafó de su agarre.

-Prefiero irme sola.-Se apoyó en la pared y dió media vuelta mientras se sobaba la muñeca.

-No te puedes ir sola en ese estado, ven conmigo.-Dijo el comisario seriamente.

-No quiero, me das miedo.-Anya empezó a ir más rápido, Volkov empezó a seguirle el paso.

-¿Qué coño estás diciendo? ¿Yo te asusto y Segismundo no?.-En la cabeza del ruso pasaban una y otra vez las imágenes de Anya y el gallego juntos, no paraba de calentarse la cabeza y su enfado aumentaba.

Ella no contestó, empezó a correr como podía. Sentía que toda esa situación no era real, que era una pesadilla. Volkov la alcanzó rápidamente y al ver que ella no tenía intención de parar la cogió en brazos como podía.

-¡Bajameee!.-Exclamó la rubia moviendo las piernas.

-Te bajaré cuando lleguemos al coche.-Contestó Volkov, Anya dejó de moverse y empezó a mirar al ruso, esta al ver que él continuaba serio empezó a llorar silenciosamente.

Al llegar al coche, el la bajó de sus brazos delante de la puerta del copiloto. Ella tenía la mirada agachada, no quería que la viera llorar. Abrió la puerta del coche y con una seña le indicó que entrara.

-N-no voy a e-entrar.-Contestó mientras hipaba, en este punto cayó de rodillas al suelo y se tapo la cara con las manos. Volkov al verla así se sintió mal, su enfado desapareció. Lo estaba pagando todo con ella cuando ni siquiera estaban juntos por decisión suya.

-Heey...tranquila.-El comisario se agachó a su altura y empezó a acariciarle el pelo para que se calmara.

-Yo no s-sabía, no sabía que me i-iba a besar, p-perdón.-Continuó Anya, se destapó la cara y observó a Volkov a los ojos.

-Perdóname tu a mi, no debí actuar así, siento haberte asustado.-Acarició las mejillas de la chica y le secó las lágrimas con los dedos.-Venga vamos a casa y mañana será otro día, ¿vale?.-Anya asintió, se levantó y entró al coche.

Volkov decidió llevarla a su casa, así aprovecharía mañana por la mañana para hablar con ella. Durante el trayecto Anya soltó una risita, de su bolsillo sacó unas llaves, las llaves del audi.

-Mañana alguien vendrá a pata al trabajo.-Volkov también se rió un poco por la situación.

Llegaron al apartamento del peligrís y el móvil de este vibró, Greco le había enviado un whatsapp avisandole de que había llevado a casa a Gustabo y Horacio mientras que había detenido a Johny por intento de venta de droga y a Segismundo por haberles faltado el respeto. Volkov al leer lo último sonrió.

El comisario guió a la ojiazul a su habitación, sacó una camiseta de pijama suya y se la dió a la chica.

-Puedes ponerte esta camisa para dormir, ¿Quieres una pantaloneta?.-Preguntó ofreciendole una mas o menos que le pueda venir bien, ella negó con la cabeza. Empezó a quitarse la ropa delante de él, Volkov se giró para dejarle privacidad.

-Pero si ya me has visto desnuda.-Contestó riendo la chica.

-Pero es algo violento que yo me quede mirando sin más.-Dijo Volkov caminando hacia el baño de la habitación.Cogió una toallita húmeda.-Cuando te hayas cambiado avisame.-

-Ya estooy.-Volkov se giró y vió que la camisa le venía como un camisón de largo.La sentó en la cama.

-Cierra los ojos.-Le dijo el peligrís y empezó a limpiarle los restos de maquillaje de la cara, al llorar se había corrido la raya de ojos. -Pareces un mapache.-Comentó el ruso esbozando una sonrisa, vió como ella también sonreía. La cogió del mentón suavemente y observó si había quedado algún resto más.-Vale ya esta.-

Ella abrió los ojos y observó que estaban muy cerca, ambos se quedaron mirandose a los ojos hasta que ella desvió su mirada a los labios del comisario. No se lo pensó dos veces y lo besó tiernamente. Volkov siguió el beso y la atrajo hacia a él, sentandola en su regazo y poniendo sus manos en la cintura. La ojiazul rodeó con sus brazos el cuello del comisario y profundizó el beso.

Volkov notaba que estaban empezando a sentirse agitados los dos, y no iba a negar que su "mini Volkov" estaba empezando a tener ganas de ir más allá pero la separó de él, quería hacer las cosas correctamente. La recostó en la cama y se tumbó al lado de ella.

-Que sepas que él que me gusta eres tú, ruso terco, egoísta y cabezón...-Susurró la rubia antes de caer dormida. 

Anya se despertó sobresaltada al escuchar dos alarmas distintas sonando.Empezó a mirar a todos lados alarmada ya que no conseguía recordar nada, sin embargo cuando vió al comisario levantarse lo recordó todo de golpe.

-Joder, no vuelvo a beber con ellos.-Musitó y se tapó la cara avergonzada.

-Lo agradecería, siempre os pasa algo.-Contestó riendo el ruso, Anya se levantó al igual que él, cogió su ropa para cambiarse y se quedó mirando al comisario con intención de que se fuera.-Ayer no te daba vergüenza.- Contestó burlón, ella le tiró una de las almuhadas a la cara.

Una vez cambiados, la ojiazul salió de la habitación y vió a Volkov en la cocina junto con dos tazas de café recién hechas. Ella se acercó, agarró una de las dos tazas y bebió de ella, agradeció que no llevara azucar ya que su sabor amargo la acabaría de despejar.

Derrepente el peligrís la abrazó por detrás, rodeando sus brazos por la cintura de ella, dejó caer algunos besos desde su nuca hasta su cuello, consiguiendo estremecerla.

-Anya, me gustaría que esta noche cenaramos juntos.-Dijo el comisario separándose de ella.

-Es...¿Una cita?.-Preguntó la chica observándolo.

-Lo es, te recogeré a las 22:00 en tu casa.-Contestó Volkov sonriendole.


Hoy sería el día

El día en el que ella sería suya.

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Holaaaaaaaaa

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Proximamente, capítulo hot e.e











Mi señor comisario VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora