Estrés

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La ambulancia por suerte no tardó ni 5 minutos en llegar, el personal sanitario actuó con total rapidez y trasladó a Segismundo al hospital. Por otro lado Anya condujo detrás de la ambulancia a toda prisa, tanto ella como el comisario iban en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos.

El gallego recobró la consciencia después de que con cirugía, le extrayeran la bala de la pierna. Mientras le realizaban las curas de las otras heridas, él pidió que le acompañara la "poli rubia" (algo que no le hizo mucha gracia a Volkov y que seguramente pediría compensación por ello a su pareja), por lo que ahí estaba ella cogiendole de la mano mientras el otro la apretaba y se quejaba por el dolor que le provocaba el proceso de cura.

-Muy bien...-Dijo la doctora observando las heridas del paciente.-Vale, entonces solo queda que descanses bien esta noche, si no hay ningún problema mañana se te dará el alta señor García.-

-Muchas gracias doctora, es usted la mejor.-Contestó Segis alzando su mano y poniendola en forma de "bien". La médico simplemente rió y salió de la habitación, acto seguido entró el comisario que enseguida clavó su mirada en la mano de su pareja, que estaba unida a la del gallego.

-Ya está aquí el celoso tóxico.-Dejó caer Segismundo rodando los ojos, Volkov iba a contestarle pero Anya les interrumpió.

-Más os vale que haya paz o no me veis el pelo ninguno de los dos en lo que queda de mes.-Dijo ella de forma tajante, ambos cumplieron la orden ya que callaron al instante.-Así me gusta, Segismundo tienes mucho que explicar.-

-Sí y no.-Dijo el gallego nervioso.

-¿Cómo que "sí y no"?.-Preguntó el ruso alzando una ceja.

-Es que por una parte quiero contarlo pero por otra no.-Anya se golpeó la cara con la palma de la mano al escucharlo.

-Antes de desmayarte mencionaste a tu primo Rogelio, ¿Él te hizo eso?.-Preguntó Volkov señalando al gallego de arriba a abajo.

-Mira lo cuento pero solo a ella, tú fuera.-Contestó Segis mientras que con la mano hacia el gesto de echarlo.

-¡Pero si me lo va a contar igual!.-Volkov simplemente flipaba con la situación. Fijó su mirada en la ojiazul y ella alzó los hombros desentendiendose del conflicto.

Volkov bufó y salió de la habitación, Segis sonrió victoriosamente.

-La de problemas que me das.-Dijo Anya suspirando y separando su mano de la del gallego.

-Es que él me tiene manía y seguro que no me toma enserio...-Contestó como excusa su amigo mientras hacía un puchero, ella simplemente rió y le acarició el pelo como si fuera un niño pequeño.

-Bueno, cuentame Segis, ¿Qué ha pasado?.-

-A ver, hace unas semanas quedé con mi primo el Rogelio y... me contó que está en una organización.-Evitó decir que su primo es el jefe para no sentirse tan chivato.- Que quieren acabar con el supermariconetti y toda la policía.-Anya se quedó observandolo en silencio incrédula.

-¿Y que tienes que ver tú con ellos?.-

-Pues que me invitaron a unirme pero me negué porque gente que aprecio son polis, Gustabo, Horacio...tú.-Dijo esto último rascandose la nuca avergonzado.

-Entonces...¿Esto podría considerarse un ajuste de cuentas por no unirte?.-Preguntó pensativa, intentaba atar cabos a lo que él le contaba.

-¿Supongo? La verdad no tengo ni idea pero lo que me han hecho ta feo.-Dijo el gallego mientras señalaba todas sus heridas. Anya quedó en silencio por un minuto y suspiró.

Mi señor comisario VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora