Atraco

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Anya con el uniforme puesto siguió a Greco por toda la comisaría ya que este iba enseñandole la función de cada cuarto, Gustabo decidió seguirlos. A medida que se iban encontrando con los demás agentes, aprovechaban el momento para presentar a Anya.

-Muy buenas tardes señorita, yo soy Torrente.-Dijo un hombre de alrededor de unos 40 años con voz rasposa.

-Y yo soy Leonidas, el próximo superintendente de la ciudad, asi que si quieres ser mi primera dama, llámame.-Contestó guiñándole un ojo el policia acompañado de Torrente.

-Encanta de conoceros, como mi apellido suele ser un tanto complicado de pronunciar podeis llamarme directamente por mi nombre.-Dijo Anya sonriendoles.

-¿Pero tu eres española? Lo digo por tu pronunciación, es bastante buena.-Preguntó Torrente.

-Mi padre es español y mi madre noruega, sin embargo como me "crió" mi madre, me puso su apellido.-Se sinceró la muchacha, mientras hablaban entre ellos se acercó una chica de pelo rosado-violeta.

-¡Hola chicos! ¿Tú eres la nueva? Yo soy Paola mucho gusto en conocerte.-Dijo feliz la peli rosada dándole la mano.-Al fin algo de compañía femenina.-

Continuaron con las presentaciones hasta que el superintendente avisó por radio de un robo en la joyería, algo bastante habitual. Gustabo le pidió a su amiga ser su acompañante en el patrulla ya que después de Horacio, ella era con quién más confiaba de sus compañeros policías.

-Oye ¿Pero no dijiste te crió tu padre?.-Preguntó Gustabo conduciendo.

-Es que mi infancia es un poco dramática, mi madre echó a mi padre cuando era un bebé por ser bastante "frío" y lo conocí cuando mi madre falleció, imaginate el plan.-Contestó Anya riendo un poco.

-Joder menuda telenovela.-Dijo su amigo mientras paraba al lado de la joyería. Quién negociaba era Conway, que al parecer ya andava discutiendo con los atracadores ya que se oían sus gritos desde la otra calle.

Anya y Gustabo bajaron del patrulla para hacer perímetro y la ojiazul se percató que la agente Paola seguía a todas partes a Volkov.

-Ay si, te tengo que contar el salseo de comisaría, anteriormente Horacio y Paola tuvieron un encontronazo porque a los dos les gustaba el ruso pero parece ser que ahora ella tiene vía libre.-Mientras decía esto, García analizaba con disimulo la cara de su amiga, si hay algo que le encanta a Gustabo es crear "drama" y ver como afecta a los que lo rodean.

-Anda, vaya con el Volkov, liga mas que yo.-Dijo Anya riéndose, no era tonta, ya sabía lo que tramaba Gustabo y no iba a darle el placer de verla celosa.

Ante el aviso del superintendente, comenzó la persecución. Gustabo empezó a accelerar esquivando a sus compañeros, quería igualar a Horacio ya que este había conseguido bastantes méritos que él en solo un mes de trabajo.

-No los perdais de vista Gustabo y Anya.-Dijo el superintendente por la radio, Gustabo estaba bastante concentrado en la persecución y a veces, junto con su compañera, gritaban a los atracadores para que detuvieran el vehículo.

-Caaalvoos, si os vamos a pillar igual, ¡detened el vehículo!.-Gritó Gustabo riéndose, estas situaciones eran las que más disfrutaba.

Leonidas salió por un callejón con su moto con la mala suerte de toparse con el coche de los atracadores delante, estos no pudieron esquivarlo y se lo llevaron por delante.

-Mala ostia le han dado.-Dijo Anya mirando por el retrovisor al pobre Leonidas tirado en el suelo.

-¿Se activa clave Rober?.-Preguntó Gustabo por radio.

-10-4.-Contestó Conway.

-Anya es tú momento de brillar, acaba con esos cerdos.-Dijo Gustabo riéndose, Anya enseguida se asomó por la ventanilla del Z y empezó a disparar a las ruedas traseras del vehículo enemigo.

Al tercer disparo le dió a una de las ruedas, ante estos el coche enemigo empezó a derrapara y dar giros extraños. Ellos también empezaron a dispararles por lo que Gustabo y Anya tuvieron que retroceder pero no les dió mucho tiempo ya que los atracadores frenaron de golpe intentado girar el coche para ir en sentido contrario, por lo que sus coches chocaron.

-Ostia terrible...-A Gustabo empezó a salirle un poco de sangre de la nariz, se había golpeado la cabeza contra el volante, su compañera por suerte estaba ilesa. 

Los atracadores bajaron del coche e intentaron huir, Anya bajó corriendo del coche y empezó a perseguir a uno de ellos por uno de los callejones. Conway echó detrás de otro de ellos con su moto mientras que los demás agentes iban corriendo también detras de ellos.

-¡Detente joder!.- Gritó Anya al atracador que perseguía, este giró a la izquierda metiendose en otro callejón, al girar la chica sintió como algo le golpeó en la cara y la tiró al suelo.

El atracador se encontraba en un callejón sin salida así que decidió pelear contra la rubia. Esta se levantó rápido del suelo pero el hombre enemigo la cogió del cuello y la estampó contra la pared. El de la máscara empezó a apretar el cuello de la ojiazul con la finalidad de estrangularla, esta en un intento desesperado levantó y rodeó con sus piernas el cuello del enemigo.

Básicamente se convirtió en una especie de competición para ver quién perdía el conocimiento antes, quién iba perdiendo Anya. Entre el mareo que sentía debido al golpe y la falta de oxígeno, estaba aflojando las piernas y empezando a rendirse. Escuchó al de la mascara reírse hasta que escuchó un disparo y el hombre la soltó enseguida gritando.

Anya se quedó arrodillada en el suelo empezando a coger aire, notaba como le ardía la cara y las manos le temblaban de la presión que había ejercido al intentar zafarse del agarre del enmascarado. De pronto vió como Volkov puso su pie encima de la espalda del atracador y le esposaba mientras decía algunas palabras en ruso, Paola fue corriendo a socorrer a la rubia.

-¿Estás bien?.-Preguntó preocupada la pelirosada arrodillandose a la altura de su compañera.

-S-sí tranquila, solo necesito aire.-Dijo Anya sonriendo de lado y levantándose con la ayuda de Paola.

-Hay una EMS aquí al lado, vamos a que te revisen por si acaso.- Contestó Paola preocupada acompañando a la rubia. 

Para ser el primer atraco, casi no la cuenta,






Mi señor comisario VolkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora