friends don't look at friends that way - willgan

-31-

Rubius se había peleado con Vegetta por una tontería. Era insignificante pero al teñido le dolía, y ahora mismo estaba en casa de Fargan, haciendo que el emplumado lo consolase como en los viejos tiempos.

Mientras que Fargan tranquilizaba a Rubius, Willy fue a ver cómo estaba Vegetta, pues sabía cómo era el de ojos amatistas, y estaría algo irritado.

- Vegetta, ábreme. - Le ordenó el albino, bajo la lluvia que había encima suya, hacía esfuerzos para no mojarse, pero era inútil si Vegetta no le abría.

- Vegetta por dios, abre ya, sino me voy a colar dentro a la fuerza, y creeme que ninguno de los dos queremos eso. - Y el de pelo azabache resignado le abrió la puerta con mala cara.

- Entra antes de que cambie de opinión. - Le dijo algo sequillo, haciendo que el de ojos verdes sonriese burlón.

Pero mientras tanto Fargan y Rubius estaban hablando.

- ¿Rubius que has hecho para pelearte con Vegetta? - Preguntó Fargan curioso. Haciendo que Rubius se pusiera nervioso.

- Hehe, pues haber cómo digo esto... - Empezó a decir nervioso el teñido entero.

- Solo dilo ya. - Le dijo impaciente Fargan.

- Pues... Me ha pillado haciendo una que otra travesura... - Empezó a contar Rubius dando rodeos.

- ¿Y? - Preguntó el de las mechas blancas impaciente.

- Me vió con la máscara de la hermandad. - Le soltó Rubius muy nervioso.

- ¡¿Que?! - Gritó Fargan en toda la casa, y juraría que se ha escuchado hasta en la nueva casa de Rubius.

- Vegettita, ¿Por qué esa cara? - Preguntó el albino bebiendo el café que le había preparado el otro. El pelinegro se sentó al lado suya y suspiro.

- Verás, Rubius ha estado haciendo travesuras como siempre, pero está vez me he enterado de algo peor. - Empezó a relatar el oji morado.

- ¿Que ha hecho esta vez? Seguramente no es muy importante. - Dijo el albino intentando no darle mucha importancia a lo que sea que hubiera hecho su hermano oscuro.

- Si claro, yo pensaba lo mismo hasta que supe que era de la hermandad oscura. - Nada más decir eso, el albino escupió el café que estaba bebiendo y empezó a toser notablemente, haciendo que Vegetta le diera unos toquecitos en su espalda para que dejase de toser.

- ¿Lo dices enserio? - Dijo nervioso el de ojos verdes.

- Ojalá no lo fuese. - Asintió Vegetta con una mirada de decepción.

"Rubius te juro que te mato" - Pensó el albino mientras intentaba hacer que Vegetta no le tuviera al otro decepción.