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Willy suspiro rendido, entró en su casa y divisó la figura de Fargan tumbado en el sofá completamente dormido.

El albino sonrió para sí, sería una imagen que guardaría siempre en su mente, así que para conservar el recuerdo le sacó una foto con su cámara de foto.

Obtuvo la imagen y la miró varios segundos. Sin duda serían recuerdos que nunca quisiera perder. Guardó la imagen para sí y se sentó al lado del emplumado.

Lo comenzó a observar, sus plumas eran bellísimas y tenían unos colores bastantes bonitos, la piel tostada de Fargan no tenía apenas imperfecciones, y las que tenía era marcan de cicatrices que le hacían ver aún más atractivo, su cabello estaba revoltoso y este abrazaba a un cojín de la sala, haciendo que los músculos de sus brazos se notasen aún más. Sus ojos estaban cerrados junto a sus largas pestañas. Y por último estaban sus dos grandes alas justo detrás suya, decoradas con sus magníficas plumas de distintos colores marrones. Mientras que su antifaz se encontraba en la mesa de la sala.

"Es simplemente perfecto" - Pensó Willy acariciándole la mejilla levemente. Causando una sonrisa tierna admirando todo del otro.

Willy realmente lo admiraba, simplemente era un sol. Todo lo contrario a él mismo, puesto que muchas personas lo caracterizaban por una persona "fría" y algo arrogante.

Pero sin embargo, Fargan veía todo lo bueno que había en el. Había llegado hasta su alma, porque había conocido a su verdadero yo.

Fargan abrió poco a poco sus ojos por las leves caricias de su novio, este estaba mirando a un punto fijo mientras pensaba en sus cosas.

El albino tenía su rostro un poco cansado, puesto que había buscado a Rubius realmente tarde porque era de noche.

- Hola cariño. - Le saludó Fargan abrazando la cintura del otro y volviendo a cerrar levemente los ojos.

- No quería despertarte. - Le dijo el albino bajito ahora sí, dirigiendo su vista a Fargan.

- Da igual, ahora estás aquí conmigo. - El emplumado por primera vez envolvió al albino con sus alas ofreciéndole cariño.

Willy sonrió pero no dijo nada, puesto que realmente no hacía falta decir nada para que Fargan supiese su significado.

El albino le dio un corto beso en los labios al otro y lo acomodó de una forma de que el también se tumbara para descansar.

- ¿Mataste a Rubius al final? - Preguntó curioso el búho cerrando sus ojos escuchando el latir del corazón del de boina.

- No, sino creeme que vendría con sangre. - Respondió el de ojos esmeraldas con burla, sonriendo pero también cerró sus ojos, disfrutando el calor de su amado.

- Sabía que le ibas a entender, por eso te deje ir. - Se burló un poco el otro algo adormilado.

- ¿Ah sí? ¿Y como sabes? - Preguntó el de boina burlón, pero enrealidad si tenía curiosidad.

- Te conozco Willy, podría decir que incluso tu mismo. - Respondió tranquilo Fargan haciendo leves caricias en el brazo del otro, los dos seguían con los ojos cerrados abrazados.

- No sé cómo debería tomarme eso. - Respondió todavía burlón el otro.

- Te quiero. - Dijo derrepente Fargan.

- Y yo... ¿Pero por qué lo dices tan derrepente? - Preguntó el albino relajado.

- No hace falta que pase algo para demostrar cariño, Willy. - Y el emplumado se acurrucó más en el otro, la verdad esas eran palabras de su madre.

El albino se quedó pensando, ¿Realmente era eso cierto?

- Fargan. - Lo llamó el albino dirigiendo su vista al techo, puesto que Fargan seguía encima suya acurrucado con los ojos cerrados.

- Dime tortuguita. - Le respondió.

- Te amo. - Le dijo rápidamente nervioso con su mirada todavía en el techo.

Fargan al escuchar eso sonrió y abrió sus adormilados ojos para ver a Willy realmente sonrojado.

Pocas veces el albino decía lo que pensaba, o mostraba cariño, asique lo apreciaba muchísimo esas pequeñas muestras de afecto que le intentaba dar al emplumado.

- Yo también te amo, Willy. - Respondió Fargan seguro y le dio un largo beso para después volver a su antigua posición.

Haciendo que al albino le saliese una sonrisa de felicidad. Nunca había estado tan feliz como ahora. Incluso podía decir que poco a poco se estaba enamorando de él.

- ¿Alguna vez has pensado en casarte o tener hijos? - Preguntó curioso Fargan, con los ojos cerrados.

- Sinceramente sí, pero más casarme, ¿Y tú? - Preguntó sincero el albino queriendo saber la respuesta del otro. Willy empezó a hacerle leves caricias en el cabello del búho.

- Me gustaría mucho casarme, pero también tener un hijo. - Le respondió con una sonrisa.

- Pero Fargan, tu sabes que... - No pudo continuar porque el otro lo interrumpió.

- Da igual que no sea nuestro, podríamos adoptar o algo. - Le cortó porque sabía lo que iba a decir, haciendo que el de boina asintiera.

- Sería gracioso verte con vestido de novia. - Se burló el albino con unas pequeñas risas.

- ¿Y porqué yo? Aquí sabemos que el mejor papel que le queda de novia es a ti. - Dijo el otro haciendo pucheros, haciendo que el albino negase.

- No estoy de acuerdo con eso. - Le respondió el albino haciendo al otro reír.

- Bueno ya veremos. - Le dijo finalmente el búho quedándose completamente dormido.

- Fargan. - Le llamo el albino, pero este no contestó puesto que unos leves ronquidos se escuchaba en la sala.

"Ya se ha dormido" - Pensó Willy dirigiendo su mirada hacia su amado y efectivamente se durmió.

"Te amo cada vez más Fargan" - Pensó y tras eso cerró sus ojos para dormir junto a su amado.

friends don't look at friends that way - willganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora