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El cielo estaba oscureciendo, nuestra gran pareja tenía algo de resaca, pero estaban en la casa del albino, los dos sentados en una mesa escribiendo los invitados de su boda.

- Cariño te noto cansado. - Le dijo Fargan dejando el bolígrafo negro a un lado, junto a las cartas de invitación, para dirigirse a mirar a su pareja.

- Lo estoy un poco. - Respondió este con una tierna sonrisa siguiendo escribiendo sobre el papel.

- Y si... ¿Hacemos un pequeño descanso? - Preguntó el emplumado haciendo un puchero.

- Un momento, no tardo, estoy terminando los invitados. - Fargan asintió y le dio un corto beso en los labios y se sentó a su lado.

El búho pudo contemplar como el albino paraba de escribir los invitados para pensar algo.

Hasta que escribió el último invitado en la hoja de papel blanca.

Auron.
Luzu.
Vegetta.
Rubius.
Lolito.
Mangel.
Alexby.
Staxx.

Fargan sonrió para sí cuando vio al albino escribir ese nombre, no estarían seguro si vendría pero tenían esperanzas.

- ¿Crees que vendrá? - Preguntó el albino dudoso, mirando ahora a su pareja.

- ¿Y por qué no vendría? Dijo que volvería. - Le animó el emplumado abrazándolo por detrás.

- Puede que vuelva más adelante. - Respondió el otro dudoso, no estaba del todo seguro.

- Lo hará, deja de preocuparte, no te hace bien. - Le sonrió el emplumado, haciendo que el albino se sintiese como en un matrimonio.

- Está bien. - Accedió el otro, empezó a bostezar un poco, la verdad si estaba cansado.

- Ahora quédate aquí, voy a preparar hoy la cena, mañana te toca a tí. - Miró a Willy con mirada de "Lo haces o te quedas sin hijos", y el albino asintió, haciendo que el emplumado fuese hacia la cocina.

El albino adoraba como el emplumado lo hacía sentir, era como un calorcito en el pecho que no se iba nunca.

Volvió a mirar la lista de invitados, dudaba mucho que vienese su antiguo amigo, pero según su pareja no había nada de qué preocuparse.

Willy algo aburrido, comenzó a coger otra hoja de papel para disponerse a dibujar, aunque este nunca lo dijera, era un hobby suyo bastante antiguo.

Amaba a Fargan y eso era lo que iba a dibujar, trazaba líneas y otras formas para hacer lo que tenía en mente.

El de boina término y observó bien su dibujo, era muy parecido a él, desde luego no se le daba mal pintar.

- Cariño... - Vino Fargan para decirle algo, pero se sorprendió con la obra que hizo el otro.

Era él, sonriendo, con unos ojos llenos de vida y una sonrisa de felicidad, que hacías que sonrieses también al verlo.

- Eso es... ¡Fantástico! - Le dijo el emplumado sorprendido.

- ¿Te gusta? Puedes quedartelo si quieres. - El albino le extendió el regalo pero Fargan lo paró.

- Quiero que lo tengas tú, para que me recuerdes siempre. - Le respondió el otro aún maravillado por las acciones del otro.

- Cariño, no me hace falta, como me dijiste, siempre estarás a mi lado, tenlo tú de recuerdo. - El de boina le volvió a extender el dibujo y este lo cogió está vez.

- Está bien. - Este volvió a sonreírle a su pareja y le dio un largo beso. - Por cierto, ya está la cena.

Ya acostados en la cama, se giraron los dos para verse, estaban hechos tal para cual

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Ya acostados en la cama, se giraron los dos para verse, estaban hechos tal para cual.

- Estoy jodidamente enamorado de tí. - Le dijo el albino derrepente tocándole la mejilla.

- ¿Uy y eso? ¿Por qué tan derrepente? - Le preguntó burlón el emplumado, le dijo lo mismo que le dijo Willy hace días atrás.

- Pues porque para demostrar el amor, no hace falta que pase nada, simplemente lo dices cuándo lo sientes y ya. - Le contestó el albino, realmente estaba aprendiendo mucho con Fargan.

- Me encanta cuando realmente dices lo que sientes. - Le respondió el búho haciendo que sus alas abrazasen a él y al albino. - Aunque no lo creas Willy, eres muy difícil de descifrar.

Y eso era cierto, el albino tenía un mundo dentro aunque no lo hiciese notar por lo tranquilo y reservado que era.

Solo que Fargan pudo notarlo porque pasó más allá de las paredes que le había puesto el albino a todo el mundo.

- Todavía no sé cómo hiciste para que me enamorase de tí de esta manera. - Dijo sincero el de ojos esmeraldas viendo delante suya la mejor obra de arte nunca vista.

- ¿Sabes por qué? Porque he pasado más allá que los demás, he conocido tus miedos. - Dijo refiriéndose a que lo abandonen. - Lo que más amas. - Dijo refiendose a las explosiones y a él mismo. - Sé todo de tí igual que tú de mí y en vez de separarnos, nos hemos juntado cada vez más. - Dijo Fargan abrazando al otro.

- De verdad, eres lo mejor que me ha pasado. - Por fin Willy se abría completamente a Fargan y decía todo lo que realmente sentía. - Pero... Tengo miedo de que algún día te vayas Fargan.

El emplumado sonrió dándole leves caricias al otro.

- Willy, tarde o temprano todos se van... Pero te juro que cuando eso pase, aunque nunca esté contigo, o no me puedas ver o oír... Te juro que siempre estaré contigo, aunque la muerte nos separe. - Le dijo Fargan tranquilo, porque lo decía de verdad.

- ¿De verdad? - Preguntó Willy, en estos momentos se sentía muy pequeñito al lado de su pareja.

- Te lo prometo Willy, nunca me separaré de tí, y aunque el mundo entero nos quiera separar, estaremos los dos luchando contra el mundo, porque nosotros podemos ¿Vale? - Las palabras de Fargan estaban envueltas en ternura.

- Vale. - Dijo finalmente fundiéndose más y más en el abrazo de los dos, quedándose dormido.

Y sí. Fargan cumpliría su promesa, pasase lo que pasase.

friends don't look at friends that way - willganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora