El aire fresco de la calle contrastaba con el cálido que se sentía en el interior de cada tienda que visitábamos. Nuestras voces no cesaban a pesar del ruido exterior, y la gente desviaba la vista hacia nosotros cuando nos reíamos. Estábamos en pleno centro de Seúl, cada uno cargando bolsas con lo que compramos, cosas que en un principio creímos que no iban a ser tan pesadas, pero una vez conscientes de que sólo Minseok y yo no seríamos capaces de cargar con todo, optamos por llamar a nuestro considerados amigos, de los que sólo vinieron tres. Kyungsoo, su garrapata llamada Kim Jongin, y el gigante que no ha hablado de nada durante todo lo que llevamos de paseo entre tienda y tienda, Park Chanyeol. En un inicio yo no quería que viniese, pero el mayor dijo que nadie más estaba disponible, ni siquiera su propio novio, lo que no nos daba la opción de rechazar su buena voluntad, y aquí estábamos, tres jóvenes envueltos en una conversación sobre dónde iríamos a comer antes de volver a los dormitorios, mientras que a mi lado se hallaba el azabache. No cruzamos miradas en ningún instante, pero si podía sentir que de vez en cuando, este me observaba por unos segundos antes de volver a fijar sus ojos en el camino.Me sentía incómodo, pero tampoco presenté interés en discutir, ni en comenzar un diálogo entre él y yo. Por su parte, se limitó a ofrecerse a llevar algunas bolsas por mi, acción que negué al comienzo, ya que yo por mi solo podía hacerlo, pero más temprano que tarde llegó el punto donde se me estaban cansando los brazos, y mis dedos dolían, obligándome a cederle un par al más alto.
Arribamos en un restaurante con parrilla, y caminamos hacia la mesa más grande que estuviera desocupada. Las compras se quedaron en la esquina, junto a mi. Me quité el abrigo, debido a que el calor aquí dentro era sofocante, y lo colgué en mi silla. Minutos más tarde apareció un chico que nos atendió, e hicimos nuestra orden como correspondía. Esta noche la mayoría quería cerdo, a excepción de mi que prefería salmón, pero lo otro tampoco estaba mal.
El moreno era el entretenimiento del pelinegro y del pelirrojo, mientras que el orejón y yo mirabamos en distintas direcciones. La ventana permitía dejar a la vista a la gente que pasaba por fuera del local, y los autos en medio de ese congestionado tráfico característico de la gran ciudad a estas horas.
—Que lo disfruten —los cortes crudos fueron presentados en pequeños platos, acompañados de cinco pequeños bowls de arroz, uno grande de kimchi, y cinco botellas de agua mineral. Agradecimos, y el camarero se fue de vuelta a la barra que daba hacia la cocina.
Los palillos, y tenedores ya estaban en la mesa, entonces los cogimos y comenzamos a comer. Minseok se encargó de poner a freír el cerdo, sirviéndole a cada uno de nosotros en su plato. Era sabroso, pero no satisfacía mis ganas de aquel pescado rojo, aún así me dediqué a comer, porque rechazar la comida era de mala educación.
—¿Por qué están tan callados? —preguntó Jongin, tenía la boca llena, pero con su mano se tapó la zona inferior de la cara, evitando que viéramos lo que estaba masticando —Es aburrido sólo hablar entre nosotros.
—Estoy algo cansado —su voz gruesa invadió mis nervios auditivos. No sé si ese escalofrío venía por la profundidad con la que esta sonaba, o si se debía directamente al dueño.
—¿Y tú? —con los palillos en la mano, Kyungsoo golpeteó mi plato, haciéndome levantar la cabeza. Me estaban viendo los cuatro participantes en la mesa, pero sólo conecté la mirada con uno de ellos.
Park Chanyeol.
—Estaba pensando en algo sin importancia —miré al chico que me preguntó, alzando las comisuras de mis labios, formando una especie de sonrisa tranquilizante.
Un silencio envolvió el ambiente, pero se disipó con el sonido de una silla echándose hacia atrás, permitiéndonos oír ese chirrido inquietante que a la mayoría le molestaba. Nuestra atención se posó en el azabache que se puso de pie.
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❝𝒇𝒂𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 𝒇𝒐𝒓 𝒚𝒐𝒖❞ ⁽ᶜʰᵃⁿᵇᵃᵉᵏ⁾
Fanfiction❝De pronto todo me daba vueltas, haciéndome cuestionar si soy lo mejor para ti.❞ A Byun Baekhyun nunca le agradó ese gigante prepotente, y cuando vio como este hizo llorar a su hermana, supo que su oportunidad de oro estaba delante de sus ojos. Sólo...