[ 𝟎𝟏 ; 𝟏𝟑 ]

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Esa fue mi primera cita con un chico guapo en donde no pasamos de besos —y algunos roces—, teniendo en cuenta de que mi casa estaba sola. Eso se podía considerar como una hazaña. Y no era él único que lo pensaba, los chicos lo creían también. En fin. Kris era una buena compañía, él era divertido, descarado —en el buen sentido— y muy buen besador, porque sabía tomar las riendas sin ser demandante o posesivo, pero aún así marcando presencia, es decir, las cualidades que me interesaban en un chico si me planteaba algo más serio con este. Pero eso no era algo de lo que tuviera que preocuparme ahora, ya que recién nos estábamos conociendo e idealizarlo no sería una buen idea, eso sólo me traería decepciones si me equivocaba con él.

Hoy era sábado —tres días después de mi gran triunfo amoroso— y en unas pocas horas me reuniría con los demás. Tendría que acostumbrarme a que las juntas ya no serían de tres, sino que de ocho, y no era como si no me gustara pasar tiempo con las parejas de mis amigos, al contrario, era divertido, pero de alguna forma me sentía solo. Pero, ¿qué más da? Al final, eso de que Park trajera a Sooyoung ya no ocurriría puesto que la chica prefería pasar tiempo a solas con él, antes que "incomodar a los demás en sus reuniones de chicos". Obviamente todos replicaron de forma negativa a su supuesto, pero ella no era una chica despistada y se mantuvo firme a su decisión.

Gracias a Dios.

Al menos de esa forma podría hablar con alguien sin tener que verlo besar a alguien más entre medio de la conversación. Y que no doliera. Porque dejando de lado mi acercamiento con Kris, era un hecho que ver a Chanyeol y a su novia juntos aún me causaba un malestar en el pecho. Más aún sabiendo lo lindo y bien que se sentía ser sostenido por él. Sin duda era una experiencia que atesoraría en lo más profundo de mi corazón.

Con mi cabeza un poco más tranquila, procedí a seleccionar el conjunto que usaría esta noche. Iríamos a un club —donde permitían estudiantes— y mi abanico de opciones era más amplio en ese tipo de locaciones, por lo que me decidí en unos pantalones negros rotos en la rodilla y ceñidos a mis piernas, junto a una camiseta blanca que cubriría con una sudadera de color borgoña con cierre completo —aunque claramente la usaría abierta—. Preferí elegir mis converse negras antes que mis botines porque me interesaba lucir casual y cómodo. Luego de delinear levemente mis ojos, me coloqué los lentes redondos sin aumento y acomodé mi cabello.

Miré la hora y ya iba con retraso, como siempre. Agarré un poco de dinero que guardaba en un bote de galletas y después desconecté mi teléfono de la corriente. Salí de la habitación, cerrando la puerta detrás mío y tras despedirme de mi madre, quien estaba en el comedor junto a mi hermana —de quien también me despedí—, abandoné el departamento.

[...]

—Hasta que te dignas en aparecer —exclamó el mayor de la mesa

—Siempre llego tarde, no sé que te sorprende, Min —tomé asiento en aquel sofá en forma de ángulo recto.

—Los demás fueron a buscar cervezas —se unió Luhan, a quien le regalé una sonrisa y este me la devolvió.

—Sin alcohol para nuestra desgracia —acotó el pelirrojo, su vista estaba pegada en su teléfono, pero decidí ignorar aquello.

—Si hubiéramos ido a la casa de Jongdae no tendríamos de esas —rodé los ojos.

—Iremos después —dijeron los tres chicos a la vez, soltando unas risas después por semejante coincidencia.

—Ya veo —contesté. No tenía claro si ir sería buena idea, ya decidiría en un rato.

Empezamos a hablar de cualquier cosa sin importancia hasta que los otros cuatro llegaron con unas cuantas jarras de aquella helada y amarga bebida dorada. Pero por la cara que traían, sabíamos que algo escondían y el de cabello ondulado se dispuso a indagar sobre aquello.

❝𝒇𝒂𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 𝒇𝒐𝒓 𝒚𝒐𝒖❞ ⁽ᶜʰᵃⁿᵇᵃᵉᵏ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora