En el lugar que estuvimos. | Camren.

CAPÍTULO XIII

Hoy vería a mi amiga, había dejado un mensaje hace algunos días diciéndome que ya tenía la información necesaria, Martha me informó y enseguida me comuniqué para que viniera lo antes posible, ya que podía empezar pronto a trabajar con Emma.

Al entrar noté que Normani también había venido, una sonrisa se dibujó en mi cara y apresuré mi paso para nuestro encuentro.

—Que alegría! —Se levantaron y nos dimos un abrazo de unos pocos segundos. 

—Me alegra mucho verte! —Comentó Normani, ya con más calma nos volvimos a sentar. 

—Sé que no nos esperabas a las dos, pero le dije a Mani y bueno ella también consiguió algo —Añadió Rachel. 

—Bueno soy toda oídos —Miré el alrededor y les hice una pausa con mi mano, ellas esperaron. —Lo siento pero aquí todos escuchan, así que sean lo más discretas, no digan su nombre. —Se miraron entre sí preocupadas. 

—Ok, se gradúo en california, se especializo en la parte de emergencias, tanto así como cirujana general digamos, tenía un gran acceso a los medicamentos, ya que al cumplir su residencia la hicieron jefa de las concesiones del hospital donde laboraba, y a que no adivinas... —Rachel guardó silencio. 

—Rachel no tenemos todo el tiempo del mundo, sin interrogantes ni adivinanzas amiga. —Suspiró. 

—En esa época tu padre también trabajaba allí. —Finalizó Normani, mis ojos se sorprendieron al escuchar eso. 

Flashback.

—Vaya esta vez si que estás bastante jodida —Dijo mi padre al estar solos, toda mi felicidad de tener a Camila aquí, él la podía desvanecer con solo unas palabras.

—No te llamé para que me digas que tal me veo. —Sé quitó su chaqueta tirándola en mi cama, estaba más delgado, pero no debería importarme, como a él no le importa que yo esté aquí.

—Entonces tu me dirás en que puedo ayudarte. —Respiré profundo.

—Casi muero porque una de tus aventuras del pasado quería cobrar venganza. —Frunció su ceño. 

—No entiendo, no me he enterado que ninguna esté en la cárcel —Rió y yo me quedé mirándolo seriamente. 

—No porque si no están lejos de ti, están en el cementerio. —Su risa se borró de inmediato. —No se te hace conocido el nombre de Rita? —Sé quedó pensando y después me miró sin decir nada. —Que bueno que lo hayas recordado. 

—Ella te hizo esto? —Asentí. —Pero por que!? —Se alteró. —Ella es hija de Yules, y si, tuve algo con esa mujer, pero fue cosa de unas noches y ya, porque tendría que hacerte esto, además ella sabía que yo tenía una familia. —Seguían las mentiras, vaya pero es que ni en el momento mas doloroso, puede sensibilizarse. 

—Era —Solo dije. 

—Era, como era? —Su piel se empezaba a tornar roja, eso significa estrés y desesperación. 

—Su madre murió, por un aborto que tuvo gracias a ti, cuando le dijiste que tenías una hija estudiando y eran muchos gastos, claro siempre pendiente de tu primera familia, así la traicionaras mil y una vez, tu lealtad estaba con nosotros, es lindo saberlo. —Mencioné eso último con sarcasmo. —Pensé que lo sabías.  

—No, yo le di un dinero a ella, pero para que se fuera lejos, no para que se realizara un aborto. —Negué.

—Por que tienes que seguir con las  malditas mentiras? —Desvió su mirada —Rita antes de intentar matarme, me lo contó todo. Tranquilo que tampoco te llamé para que me defiendas, solo para que arregles toda la mierda de tu pasado y personas que no tienen la culpa estén pagando por ti, no te creas ya se hace tedioso hacerlo.