CAPÍTULO XIV

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Flashback

—Mamá estas segura de lo que estás haciendo? —Me senté en la cama de la habitación de mis padres.

—Ya he estado planeando esto durante mucho tiempo, y si no lo hice antes fue porque no los dejaría solos, tus hermanos y tú han sido mi mayor regalo, pero necesito tener paz. —Empecé ayudarla a empacar mientras con desespero tiraba toda su ropa en la cama.

—No te preocupes ya hemos crecido, ya sabemos quien es el malo y el bueno, o mejor dicho quien es la víctima. —Asintió y por unos segundos se sentó a mi lado. 

—Tu eres la única que va a saber donde estoy, no te lo diré ahora, pero si te lo haré saber, explícale por favor a tus hermanos y que sean lo más discretos posibles. —Bajamos las maletas, había aprovechado que todos estuvieran fuera de casa, y tardarían en llegar, mi madre había pensado hasta el día correcto, hoy mi padre tenía una operación de casi dieciséis horas, y mis hermanos estarían en casa de unos vecinos celebrando el cumpleaños de uno de sus hijos, solo estaba yo, ayudándola huir de las garras de mi padre, haciéndole creer a todos que eramos la familia perfecta, lo seríamos si Mike no estuviera con nosotros. 

—No se te olvida nada? —Pregunté antes de salir, se quedó viendo sus cosas y luego revisó su cartera. 

—No, espero que no. —Subimos las maletas al coche, y ella también lo hizo, cerré la puerta una vez que estuvo dentro. 

—Suerte, te amo, te extrañaré muchísimo.  —Le di un beso en su mejilla, vi como sus ojos se cristalizaron. —Hey! Sin llorar, esto lo haces por ti! Y esta bien, te lo mereces mamá. 

—Sé que su padre jamás les haría daño, los ama. —Asentí. Encendió el coche y empezó a dar marcha atrás, solo me quedé allí viendo, me giré para volver a entrar a la casa. —Lauren! —Me gritó y volví a mirarla. —Serás una gran doctora! —Mi corazón se partió, pero me mantuve fuerte. 

—Buen viaje! —Le dije con una sonrisa. 

Final del Flashback.

Hoy cumplía diez años sin ver a mi madre, sabía que estaba bien, por las últimas cartas que le envió a Normani, sabía que si me las escribía directamente a mi, mi padre nos fuera descubierto, aunque hoy en día no sé si eso ya le importará, no quería arriesgarme de todas maneras, mis hermanos nunca tuvieron una mala reacción, y siempre se han conformado que les informe que ella está bien! Habían vivido en carne propia el dolor de nuestra madre. Ya los tres eramos unos adultos, pero en algo no tuvo razón, Mike si nos hizo daño, yo soy el más claro ejemplo. 

No había hablado mucho con nadie, estos días había estado como ida de mi, con todos los problemas que tenía en la cabeza se me era justo no saber por donde empezar y estar sobrecargada. Le había explicado a Camila que quería un tiempo a solas, no quería que estuviera conmigo de esta manera, así que también me alejé un poco. Agarré mis cosas para irme a bañar, las chicas hacían lo mismo, se paró una oficial en la puerta, la miramos atentamente. 

—Miller ve hacía la lavandería, hoy te toca cumplir un turno allí. —Me extrañé.

—Lavandería? Nunca he firmado como voluntaria ni solicité trabajo en esa área. —Dio unos pasos hacia a mi.

—Ahora mismo, no estoy pendiente de tus solicitudes, me importan una mierda, falta personal y hoy tu lo vas a cubrir, es más hasta que a mi me de la regalada gana. —Quise retarla pero luego me retracté.

—Bueno aunque sea déjame irme a bañar. —Negó. —No? Como que no?

—Dije que ahora mismo. —Suspiré, tiré mis cosas de mala gana.

En el lugar que estuvimos. | Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora