CAPÍTULO XV

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No me quería encontrar en el punto de quiebre de no saber que hacer, porque si lo sabía, pero no tenía las herramientas necesarias para hacerlo, en un ambiente frío se hacía cada minuto pequeño y los gritos de las reclusas pidiendo ayuda, más los gritos de Hailee de dolor inmenso, por que carajos tardaban tanto? Donde estaban las oficiales con la ayuda que pedíamos incesablemente. 

—Lauren, que pasa? —Ally sostenía la mano de Hailee, quien inhalaba y exhalaba tratando de llevar un ritmo. 

—Miller, no me mientas, que está pasando, porque no puedo pujar y ya? —La examinaba cada quince minutos y no había avance alguno. 

—No has dilatado completamente, y tu bebé viene al revés, puedes tener daños severos en el útero, lo mejor sería una cesárea. —Dije sin rodeos. —Lo más pronto posible. 

—Cesárea? Lauren estas loca? Esto es una celda no un maldito quirófano! —Primera vez que escuchaba a Ally hablar de esa manera, pero la comprendía, esta era una situación desesperante.

—Pueden morir los dos Ally! —Miró a Hailee quien suplicaba ayuda con sus ojos llorosos. 

—No tienes anestesia, no tienes algo esterilizado para hacerle la incisión, no tienes suero, no tenemos nada! —Gruñí de rabia, miré hacia afuera y no veía señales de alguien viniendo, que estaba pasando, pensé un poco. —Dios ayúdanos! —Gritó la pequeña. 

Corrí hacia mis cosas rápidamente, cuando oí sonar el móvil que me dio Martha, como es que se me olvidó colocarlo en silencio, pero agradecía no haberlo hecho, atendí.

—Miller! Era Ella.

—Si soy yo, ahorita no es un buen momento. —Respondí algo desesperada.

—Que carajo está pasando allí!? —Como se había enterado?

—Hailee está por dar a luz pero tenemos problemas, no es un parto natural, necesitamos ir al servicio médico, y  ninguna oficial viene ayudarnos, es como si estuviéramos solas, viendo a nuestra amiga apunto de morir, no tenemos mucho tiempo. —No dijo mas y colgó. 

Pasaron unos quince minutos más, y se oyeron nuevos ruidos en el ala, cuando miré hacia la puerta estaba Emma allí. Nunca me había sentido tan contenta de verla. 

—Cual es su estado? Tuve que insistir para que me dejaran venir, por si alguien estaba herida. —Le di toda la información. —Benán no está dejando pasar a nadie, tiene a las oficiales retenidas, diciéndole que esta bulla es solo una pataleta de las reclusas. —Que demonio hecho persona era esa mujer! 

—Como!? Hailee necesita con urgencia un quirófano Emma. —Me pasó poco a poco unas cosas de primeros auxilios. 

—Crees que no lo sé!? Pero no tengo el acceso de abrir esta porquería! Ten esto, colócale el suero, allí tienes todo. Yo voy a informar lo que está pasando, para que podamos proceder. —Por primera vez en mucho tiempo, no me colocaba así de nerviosa. —Estas bien? —Asentí —Necesitas estar tranquila.

—Lo sé. —Me quedé viendo los equipos en mi mano. —Tengo que hacerlo, verdad? Tengo que hacerle la intervención aquí. 

—No no no! Ya la ayuda viene, Hailee! —Gritó —Solo aguanta un poco más. 

—Emma no hay tiempo... Ella no puede esperar más. —Suspiré. 

Escuchamos unas personas corriendo, eran Palmer y Montenegro, el susto pasó por unos segundos, pero no por mucho, el acceso estaba bloqueado, sus códigos no funcionaban. 

—Que pasa? —Pregunté —Por que no abre? —Palmer empezó a darle golpes a la puerta, Montenegro trató de detenerla. 

—No funciona, Benán bloqueó el acceso, nosotras estamos de insubordinadas, no dejaremos que Hailee muera. —Dijo Palmer. —Las otras oficiales están tratando de ayudar también, para poder abrir las celdas.

En el lugar que estuvimos. | Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora