CAPÍTULO XXIII

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En ese momento todo desapareció para mí, no podía enfocarme en lo siguiente, no quería parecer débil o nerviosa, tenía que ser lo más profesional posible, ¿Por qué ahora? ¿Por qué en este escenario?

—Dra. Miller? —Oí la voz de Olivia, quien me traía devuelta de mi trance. —Está bien? —Asentí, volviendo a tomar mi postura. 

—Lo siento, pero no tenemos tiempo. —Dijo Camila. —Así que por favor, el novato que está afuera debió darle la orden que nos permite hacer este procedimiento.

—Si lo hizo, tranquila no voy a interferir con su trabajo, pero usted no interfiera en el mío, y mis ordenes son primero, porque este es mi sitio de trabajo, y el paciente aun no está listo para darle el alta, se mantendrá en observación y yo le avisaré cuando puedan venir a retirarlo. —Finalicé. 

—Detective, ya las patrullas están listas para el traslado. —Llegó otro chico a la habitación interrumpiéndonos. —Veo que aquí no están listos. —Dijo confundido. 

—¿Detective? —Pensé en voz alta, y creo que si logró escucharme. 

—No aún no, tenemos unos contratiempos, esperen un poco. —Añadió Camila. —Dra. Miller puedo hablar un momento con usted? A solas? —Me miró directamente a los ojos, eramos unas completas desconocidas, abrió la puerta dándome primero el paso para seguirme. 

—De que quieres hablar? —Crucé mis brazos. 

—Este hombre junto con sus amigos, asaltaron una joyería de antigüedades, dejando a dos personas sin vida. —Me quedé mirándola mientras hablaba, tenía unos jeans negros junto con una franela del mismo color, también llevaba puesta una chaqueta casual color gris con su cabello totalmente suelto, en su cinturón cargaba su placa, y del otro lado portaba un arma de fuego. —Por eso mismo no podemos dejar que tiendan a escaparse, son unos criminales y te pido que colabores con nosotros. —Reí levemente. 

—Criminales? —Asintió —Camila tu y yo somos criminales también, si al caso vamos. —Bajó su mirada negando. 

—Yo no estoy hablando de ese tema y ni quiero hacerlo, pero para que quede claro, ya pagamos por ello. —Pero que era lo que decía?

—Pagamos? —La miré de manera incrédula. —Que descarada eres. —Suspiró. 

—Dra. Miller no voy a caer en esto, ya superé esa parte de mi vida, le recomiendo que haga lo mismo, por favor le agradezco que me deje hacer mi trabajo. —Claro en cuatro años puede que le haya servido, y yo apenas estaba empezando aceptar que ya no estaba en la cárcel. 

—Y yo estoy haciendo el mío. —Si esa era la actitud que debíamos tomar pues lo haríamos. —Víctor Guerra no deja este hospital, por lo menos, no hoy. —Ya nuestras voces estaban tomando algo de volumen.

—Entonces tendrá que ser por las malas, intenté ser educada pero no puedo con estás tonterías!!! —Me interpuse en su camino.  

—Hay algún problema? —Dijo una voz detrás de mi, me giré y era Kate, que hacía a estas horas por aquí? Pero eso no importaba ahorita, necesitaba de su ayuda. 

—Si, abogada Montgomery. —Kate al acercase frunció el ceño pero enseguida me siguió. —La Detective acá presente quiere llevarse a uno de mis pacientes sin mi consentimiento.

—Tengo una orden, conozco bien lo que estoy haciendo. —Mencionó Camila seriamente. 

—Aun así señorita...? —Comenzó hablar Kate. 

—Detective Camila Johnson. —Completó. 

—Bien, tiene que tener el alta por parte del hospital y del médico encargado del caso, y en este momento hablamos de la Dra. Miller. —Asentí. 

En el lugar que estuvimos. | Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora