El día había comenzado un poco extraño. Se sentía extraño, aunque hacia lo mismo de todos los días. El transcurso de la mañana no fue nada interesante. En realidad me encontraba solo. Kevin estaba con Dani, como siempre. Joe había salido con Demi a comprar algunas cosas para la fiesta. Papá, mamá y Frankie andaban a visitar a la familia.
Había quedado de verme con Samantha a las 8:15 p.m. en el Starbucks enfrente del cine. No me parecía un buen lugar pero tampoco le diría que no. Dieron las 7:50 p.m. y decidí que era hora de salir si quería llegar a tiempo. En el camino iba pensando en lo que podía pasar. Repasé cuidadosamente los temas de los que nuestra conversación pudiera tratar. Existía la posibilidad de que solo quisiera hablar conmigo. Como amigos. Ya que después de todo este tiempo no habíamos estado en contacto. O tal vez quería darme alguna noticia emocionante, como que estaría en una nueva obra o algo así. Pero algo más coherente que esta última, era que quisiera que… volviéramos a lo que éramos antes. No es que piense ‘Oh, quiere volver conmigo porque me extraña. Soy genial.’ Nada de eso. Tal vez era yo quien quería escuchar algo así.
No sé qué era lo que más me aterraba. Mis sentimientos por ella no han desaparecido del todo, pero no son con la misma intensidad de antes. Tal vez y ahora signifiquen otra cosa. Pero con estos sentimientos desapareciendo poco a poco, han aparecido otros nuevos. Unos de los que no estoy seguro… o no quiero aceptar.
Sin darme cuenta a donde me dirigía, di vuelta a la derecha para encontrarme con la calle de _______. Pude ver un auto estacionado enfrente de su casa. Pero no era el carro de su papá. Tampoco de su mamá. Me acerque un poco más y vi a un chico alto tocando el timbre. Esperó unos segundos y mi mejor amiga salió. No había mucha iluminación y no la podía ver bien, además de que estaba algo retirado de ahí, pero podía apostar que se veía muy linda. Llevaba una falda y una blusa que le hacía juego. Su cabello un poco recogido.
Él la saludo con un beso en la mejilla y ella le sonrió. Se dirigieron hacia el auto de color oscuro y el abrió la puerta para ella. Max. Claro, el chico con el que saldría hoy. No sabía a dónde irían, pero tampoco quería saberlo. No era realmente mi asunto. Dejé que se adelantaran un poco, y rápidamente salí de ahí, para esta vez con intenciones de llegar a Starbucks.
8:14 p.m. Justo a tiempo. Estacioné mi auto enfrente de la ventana y entré al lugar. Con la mirada buscaba a Samantha, hasta que vi que una pequeña mano se agitaba en el aire.
“Pensé que no me notarías. No quería gritar tu nombre, tu sabes…” Fue lo primero que me dijo cuando me acerqué. Era lo que me gustaba de ella. No le importaba el que yo fuera famoso, de eso podía estar seguro. No estaba en el último escándalo ni nada.
“Hola, Samantha.” Le dije, acercándome aun más a ella y dándonos un abrazo en forma de saludo. Me abrazó con fuerza, y unos pocos segundos más de la cuenta. Pero yo no me quité, al contrario. Me sonrió y me ofreció asiento.
“¿Ordenarás algo? Lo siento, no me pude esperar hasta que llegaras.” Dijo mirando a su Frapuccino.
“No te preocupes.” Le sonreí. “No, creo que así estoy bien.” Hice una pausa. “¿Cómo has estado?”
“Muy bien. Gracias por preguntar. Me fui a Londres por dos semanas para pasarla con mi familia. Pero mamá insistió en venir a ver a su hermana y me pidió que la acompañara.” Cuando escuché esas palabras, me tranquilice un poco.
“Oh, ¿Por cuánto tiempo te quedas?”
“No lo sé, la fecha no está definida.” Miró a su alrededor. “¿Cómo están Joe y Kevin?”
“Tú sabes, Kevin se la pasa todo el día con Dani y Joe ha estado con Demi organizando esta fiesta que harán juntos. Les diré que estarás aquí para entonces, les dará gusto.” No sabía exactamente si debí hacer dicho eso último.
“¿Joe y Demi?” Levantó una ceja, sonriendo. Yo reí.
“Si, lo sé. Es cuestión de tiempo.” También rió.
Después de todo, no había sido tan malo. De hecho, la había pasado muy bien hablando con ella. Hablamos de muchas cosas. No recuerdo haber hablado tanto con ella, ni siquiera cuando éramos novios.
Al mismo tiempo que hablábamos, pensaba en todo lo que había pasado en este tiempo. Extrañaba pasar tiempo con ella, lo admito. Y por alguna extraña razón me puse a pensar de las posibilidades de arreglar las cosas y ser lo que éramos antes. Pero no era tan fácil como parecía. Al mismo tiempo que ella salió de mi vida –por así decirlo- otra persona entró. En estos momentos era un huracán de sentimientos.
Estábamos recordando todo lo que habíamos pasado en Londres. Reíamos de todas nuestras experiencias. Pero del otro lado de la calle dos personas también reían. Acababan de salir del cine. De todos los cines en Dalla… ¿Tenían que venir a este? O peor aún, de todos los Starbucks… ¿Por qué este?
Me di cuenta que deje de reír cuando Samantha volvió a probar se Frapuccino. Debí haberme quedado un rato viéndolos porque Samantha siguió mi mirada.
“¿Esa no es _______?” Yo solo asentí. “¿Siguen viéndose?” Preguntó curiosa.
“Si” Dije sin añadir detalle. Pude ver como el trató de tomar su mano, pero ella con un movimiento ingenioso la esquivó.
“¿Es su novio?”
“Err, no. No sé.” Dije desviando la mirada.
“Creo que ya es hora de irme. No quiero me mamá se preocupe.” Comenzó a guardar sus cosas en su bolso y se paró.
“¿Pedirás un taxi? Yo puedo llevarte.” Me ofrecí.
“¿Seguro? No quiero molestarte. O incomodarte.”
“No te preocupes.” Sonreí y ella también. Abrí la puerta de Starbucks y deje que ella pasara primero. Luego me siguió hasta mi auto y entró al asiento delantero, el asiento que ella ocupaba meses atrás, pero que ahora le pertenecía a otra persona.
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Give me love (Nick Jonas y tú).
FanfictionUn amor adictivo que puede ser enfermizo. En lo personal, es una linda y gran historia pero estaría mintiendo si dijera que yo la escribí. La re-publiqué puesto que está en tumblr. Toda buena historia merece que mucha gente la lea, ¿No es así?.