Te hablaré mañana.” Me prometió Nick enfrente de mi casa. El cielo ya se encontraba completamente oscuro y las estrellas lo adornaban. Mamá y papá ya había llegado del trabajo, y Tyler ya había entrado, dejándonos a mí y a Nick solos. Lo miré por unos segundos y luego lo abracé. Él no dijo nada, solo me sostenía con fuerza. Probablemente me esperan adentro, pero no me importó.
“Me gusta tu perfume.” Le confesé
“Y a mí el tuyo.” Me respondió inmediatamente. Despegué mi cara de su pecho –sin zafarme de sus brazos- y lo miré. “¿Qué?” Preguntó él.
“¿Ahora no puedo verte?” Reí. Él se acercó y besó mi mejilla.
“Había olvidado decirte. Con los chicos iremos a la playa que queda a tres horas de aquí. El tío Josh nos prestará su casa. Nos vamos el jueves y el lunes volvemos.” Me informó.
“¿Planeabas no decirme?” Me hice la ofendida.
“Todo lo contrario. Si no vas tú, no voy yo. No pienso ir a la playa solo para ver como se divierten aquellas dos parejas.” Rió. Mi menté trabajo a mil por hora, diciéndome que si iba pasaría todo el fin de semana con Nick, lo cual no me molestaba en lo absoluto. Amaba la idea.
“No creo que mis padres se opongan.” Dije esperando que en realidad no lo hicieran.
Volví a acomodar mi cabeza sobre su pecho. Él colocó su mentón sobre mi cabello mientras frotaba mi espalda. No sé cuando tiempo estuvimos así, pero era otra de las cosas que menos me importaba en ese momento. Cada cuanto él besaba mi cabello, mientras yo otras veces me acercaba a besar su mejilla. No decíamos nada. No sabía qué rayos estábamos haciendo, pero tampoco me iba a detener a preguntarlo. Podía escuchar su corazón latir, unas veces más acelerado que otras.
“Será mejor que entres, no quiero que tu papá se moleste.” Me dijo a duras penas. Lentamente me fui separando de él.
“Buenas noches, Nick.”
“Dulces sueños, _______.” Lo miré una última vez y entré por la puerta principal, cerrándola detrás de mí. Dejando al chico que me confundía más que un problema de matemáticas del otro lado de la puerta.
Probablemente esa había sido la despedida más larga.
“Espero que se hayan divertido.” Me sobresalté al escuchar la voz de mi papá, quien estaba sentado en la sala.
“Sí, claro.” Contesté nerviosa sin motivo alguno. Le sonreí y comencé a caminar hacia las escaleras.
“¿Algo que quieras decirme?” Me hizo detenerme.
“Err,” Pensé. Tal vez podría decirle del viaje ahora. “Demi y los chicos me han invitado a pasar el fin de semana a la playa que queda a tres horas de aquí. Su tío nos prestará la casa.”
“¿Quiénes dices que van?” Preguntó curioso.
“Demi, Joe, Danielle, Kevin y Nick.” Traté de sonar normal al decir su nombre.
“¿Cuánto tiempo?”
“De jueves a lunes.” Tantas preguntas comenzaban a aterrarme.
“Lo hablaré con tu mamá.” Si no había convencido a mi papá, mi mamá sería un poco difícil. Pero trataba de pensar positivo, seguro solo era una de sus juegos para tratar de intimidarme. “Que descanses, hija.” Se levantó de donde estaba y se acercó para darme un beso de las buenas noches, justo como lo hacía cuando era pequeña.
“Buenas noches, papá.” Lo abracé. Subí a paso lento las escaleras, haciendo más tiempo para llegar a mi habitación.
Prendí la luz, todo se encontraba en orden. Miré mi cama y no pude hacer otra cosa más que tirarme sobre ella y abrazar mi almohada. Había sido un día interesante, muy interesante. Pero había tenido un lindo final. Un final que probablemente me hubiera dejado pensando toda la noche si no fuera por el hecho de que me siento cansada y necesito dormir un poco.
El ruido de mi celular hizo que me despertara. No tenía ni la menor idea de que hora era, pero aun sentía que necesitaba dormir un poco más. No le tomé importancia y volví a acomodarme con el pensamiento de ‘5 minutos más, ma.’ en la mente. Pude haber estado casi segura de que estaba a punto de comenzar a soñar cuando mi teléfono volvió a emitir ese molesto ruido. Pensé en levantarme, arrogarlo por la ventana y volver a la cama. Pero mi sentido más despierto me detuvo. Toqué la pantalla con los ojos entrecerrados, eran dos mensajes. Demi.
Necesitamos hablar. Respóndeme cuando leas esto.
Sé que estás despierta, o al menos te he despertado. Lo siento. Necesito hablar contigo.
Contesté el mensaje con los ojos cerrados, pero me importó poco. No me tomé la molestia de verificar que era lo que mandaría. Dos minutos después volvió a sonar.
No tengo idea que fue lo que quisiste decir con lo anterior pero lo tomaré con un ‘está bien’. Pasaré por ti en una hora. No desayunes.
Media hora después decidí que era hora de salir de la cama y darme una lucha helada. Tomé ropa interior limpia, una toalla y entré al baño, del cual no salí hasta quince minutos después. Sequé mi cabello, lo acomodé un poco, me cambié y me maquillé un poco. Todo en veinte minutos. 10:00 A.M. Baje a la cocina para pedir permiso a mis papas, pero alguien ya se me había adelantado.
“¡______!” Gritó Demi casi corriendo hacía mi cuando me vio. Hacía dos días que no la veía.
“Es bueno saber que por fin te acuerdas de tu amiga-no-famosa.” Bromeé.
“Siempre me acuerdo de ti, tonta.” Rió.
“Sabes que siempre eres bienvenida aquí, Demi.” Dijo mi mamá.
“Muchas gracias, señora _____.” Sonrió cortésmente.
“Demi nos habló más acerca de lo del viaje a la playa.” Comentó papá. “Con tu mamá lo hablamos y decidimos que puedes ir si quieres.” Finalizó sonriente.
“¿En serio?” Me sorprendí. Ellos solo asintieron, los abracé. “¡Gracias!”
“Puedes agradecerme luego.” Dijo la chica de cabello negro. “¿Les parece si me llevó a _____ a desayunar? Hacía dos días que no nos veíamos, tenemos mucho de qué hablar.” Me miró.
“Claro, no hay problema.” Respondió papá.
“Adios.” Dijimos ambas, saliendo a la calle hacia el auto de Demi. Entramos rápido, como si alguien nos viniera persiguiendo. Me acomodé en el asiento del copiloto y abroché mi cinturón.
“¿A dónde vamos?”
“¿Importa?” Me miró y rió.
“Cierto. Pero tienes mucho que contarme.”
“Y tu ni se diga.” Y arrancó el auto.
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Give me love (Nick Jonas y tú).
FanficUn amor adictivo que puede ser enfermizo. En lo personal, es una linda y gran historia pero estaría mintiendo si dijera que yo la escribí. La re-publiqué puesto que está en tumblr. Toda buena historia merece que mucha gente la lea, ¿No es así?.