Capítulo 9.

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El día siguiente amanecí de buen humor. No pregunten por qué. No lo sé. Después de tomar el desayuno, me di una ducha con agua fría y me vestí con unos shorts y una blusa sin mangas.

Estaba en mi laptop escuchando música y evitando a toda costa los sitios de gossip sobre las celebridades. Ya eran alrededor de las siete de la tarde, no había salido de mi casa en todo el día, pero quería un poco de aire fresco.

“Iré un rato al parque.” Avisé a mi mamá antes de salir por la puerta.

Para mi sorpresa, me encontré con un auto algo familiar frente a mi casa. El dueño de éste, recargado en el cómo si tuviera rato ahí. Sinceramente, no esperaba verlo, no tan pronto al menos.

“Hola.” Me saludó, pero sin acercarse a mi ni un poco.

“Hola.” Le dije algo confundida. “¿Llevas mucho aquí?”

“No…” dudó. “Algo. 15 minutos.” Admitió.

“No te ofendas pero, ¿Qué haces aquí?” Pregunté curiosa.

“No lo sé.” Contestó Nicholas sinceramente. “No quería estar en mi casa. Tomé mi auto y sin darme cuenta ya estaba aquí.” Se encogió de hombros. Su mirada algo perdida.

“Interesante.” Fue lo único que pude decir. Digo, no todos los días un chico se para en mi casa, y menos alguien como él. “Si no hubiera salido, ¿Hubieras tocado la puerta?”

“Probablemente no.” Lo miré no más de tres segundos, esperé a que dijera algo, pero no lo hizo y comencé a caminar hacia el parque sin decirle ni una palabra más. Pude escuchar sus pasos apresurados detrás de mí. “¡Espera!” Paré sin voltear y esperé a que llegara a mi lado y caminamos juntos.

Cuando llegamos, fuimos directamente hacia los columpios. Siempre fueron mi juego favorito. Me senté en uno y Nicholas en el que se encontraba a un lado.

“¿Te encuentras mejor?”

“Si, gracias por preguntar.” Hice una pausa. “Pensé que mi verano sería aburrido, pero me doy cuenta que no es tan malo como lo imaginé.” Le sonreí, columpiándome con más fuerza.

“¿Acaso soy la razón por la que no es tan malo?” Paré mi columpio en seco y lo miré con una cara que… “Solo bromeaba.” Rió.

“Eso espero.” Reí. Seguíamos ahí, pero no hablábamos. Cada cuanto volteaba a verlo y veía que algo en su mirada no andaba bien. Pero tampoco me atrevía a preguntarle. No quería parecer una de esas personas que quieren saber todo –son irritantes-. Verlo así me preocupaba.

“¿Te… encuentras bien?” Pregunté algo dudosa, disminuyendo la velocidad.

“Err, ¿Por qué lo preguntas?” Me miró.

“Pareces algo distraído, como si algo te molestara.” No respondió por unos segundos, hasta que me dijo algo que no esperaba escuchar. Paró su columpio.

“Terminé con Samantha. Hoy por la mañana.” Dijo ahora con la mirada perdida. Yo paré el mío.

“¿Estás… bien?” Pregunté. El negó con la cabeza. Pero que tonta, obvio que no lo está. “¿Quieres hablar de eso?”

Pareció pensarlo por unos segundos, tal vez buscando las palabras adecuadas. “Pensé que esta vez era… diferente.” Hizo una pausa. “No sé que lo que pasó. Algo no se sentía… bien. Ya no era como antes, aunque no estoy seguro de que.” Una parte de mi no lo tomó muy bien, el ver a Nick triste no era algo que quisiera ver. No sabía que decirle. “No tienes que decir nada.” Dijo como si estuviera leyendo mis pensamientos. Edward Cullen, pensé inmediatamente. Me miró a los ojos, con una mirada intensa, como si tratara de descifrar algo en ellos. Desvié la mirada. “Lo siento.” Se disculpó.

Esta era la primera vez que me encontraba en una situación así. Nunca nadie me buscaba para decirme ‘terminé con mi novio’, solo decían ‘Adivina que. Tengo novio.’. Claro, y después de eso todo era ‘Aw, mi novio esto, mi novio lo otro. Pero no me desviaré del tema.

Me levanté de donde estaba sentada y el también. Un poco dudosa me acerque más a él y lo abracé. Él no se quitó, solo me abrazó sin decir nada. En serio se sentía mal, y eso me rompía el corazón. Hablamos un poco más del tema, y creo que le sirvió un poco. Lo último que dijo fue “Gracias, ______.”

“Será mejor que regrese.” Le dije, me miró y sonrió de medio lado. En el camino de regreso, ninguno de los dos dijo algo. Justo a una cuadra antes de llegar a nuestro destino, recibió una llamada.

“Era Joe. Te manda saludos.” Hizo una mueca, no sé por qué. “Haremos una fiesta/reunión al parecer. Recién me lo dicen.” Rió. “No sé a qué se deba, pero dijo que podías venir.” Me miró como si estuviera esperando por mi respuesta.

“No lo sé. No habrá nadie que conozca y-”

“Estaremos nosotros.” Trató de convencerme.

“Lo sé, pero-”

“Pasaré por ti a las 8.” Me interrumpió. Besó mi mejilla en forma de despedida y salió casi corriendo al auto antes de que pudiera decir algo.

Give me love (Nick Jonas y tú).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora