Capítulo 2.

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No sé porque pero siento que hoy será un buen día, en serio puedo sentirlo. Me siento tan… viva. Con mucha energía. Ganas de vivir la vida. Si, raro. No sé qué bicho me picó.

Como siempre, al día siguiente de un concierto de los Jonas Brothers, iremos a tomar un helado a su lugar preferido aquí en Dallas. Al principio, lo hacíamos con la esperanza de encontrarnos con ellos. Pero eso nunca pasó, ahora solo lo hacemos por gusto.

Era un día algo caluroso, pero aun así era agradable. Me encantaba caminar por las calles tranquilas de Dallas. Eran casi las 6:00 p.m. cuando mi celular comenzó a sonar al ritmo de Pocket Full Of Sunshine. Lo sé, una canción algo vieja, pero hace días vi la película Easy A y no pude contenerme a ponerla como ringtone. Alison.

“¡Hey!” Saludé a mi amiga.

“______, Hola. ¿Ya estás camino a los helados?”

“Si. Solo unas dos cuadras más y llego. ¿Dónde estás?” Algo me decía que no llegaría.

“Voy camino a visitar a mis abuelos.” Lo sabía. “Lo siento mucho, fue algo de último momento. Mi mamá me obliga.”

Suspiré. “Oh, está bien. Ya estoy más cerca de un helado de vainilla que de mi casa, así que igual iré. Tal vez y esta vez sí estén ahí.” Bromeé.

“¡Saludos a Kevin!” Rió. “En serio lo siento.” Se disculpó de nuevo.

“Todo bien. Nos vemos.”

“Adiós.”

Para mi sorpresa, el lugar estaba casi vacío. Solo dos mesas ocupadas. Entre al lugar y me dirigí directamente al mostrador a pedir mi helado.

“Hola, _____.” Me dijo Liz. “Hacía rato que no venias. Adivino. Ayer. Concierto. Jonas.” Yo reí. Claro, ella lo sabía.

“Claro, es una tradición. Solo que esta vez Alison no pudo venir.”

“Si, me doy cuenta.” Hizo una pausa. “¿Lo mismo de siempre?”

“Doble de vainilla” Dijimos las dos al mismo tiempo. No espere más de tres minutos cuando Liz ya estaba de vuelta.

“Aquí tienes” Me entregó mi helado.

“Gracias.” Lo tomé y le di el dinero. Una campanita sonó, lo que significaba que alguien acababa de entrar, pero no me tomé la molestia de voltear y ver quién era.

“Tu cambio.” Me entregó unas monedas. “Espero que vuelvas pronto. Que tengas buen día.” Me sonrió.

“Lo mismo digo. Hasta pronto” Me despedí con la mano. Probé un poco de helado al momento que daba media vuelta para salir de ahí, pero justo tenía que chocar con la persona que estaba detrás de mí. Y de pronto, mi helado pasó de estar en el cono, a mi blusa, para llegar al suelo.

“Oh, genial. Simplemente genial.” Murmuré. “Y yo que pensaba que sería un buen día.”

“Yo en serio lo siento. Estaba mirando mi teléfono y no me di cuenta.” Dijo una voz masculina. Yo solo limpiaba mi blusa.

“Está bien… supongo que me lo merecía o algo así.”

“Déjame comprarte otro.” Su voz me decía que en verdad estaba arrepentido. Y fue ahí cuando levante mi cara y reconocí a la persona que tenía frente a mí. Inmediatamente mis piernas empezaron a temblar.

“N-no te preocupes, a cualquiera le sucede.” Traté de decir lo más tranquila que pude.

“No, te compraré otro helado. Y esta vez no terminará en el suelo… o tu blusa.” Rio disimuladamente. “Y no es una pregunta.” Reí.

“Esta bien.” Fue lo único que dije. No quería arruinar todo diciendo cosas sin sentido que seguramente saldrían por los nervios. Él me sonrió.

“Buenas tardes. Me podría dar un helado de chocolate y otro de…” Me miró.

“Vainilla” completé su oración.

“En un momento se los traigo. Si quieren pueden sentarse.” Dijo Liz, y me guiñó un ojo sin que él lo notara. Automáticamente nos dirigimos a la mesa más cercana.

“Siento haber arruinado tu dia.”

“Err, está bien, no te preocupes.” Dije mirando a todos lados menos a él.

“Me llamo Joseph, puedes decirme Joe” Lo miré y me sonrió. Yo sonreí también.

“Soy ______.”

 “Me gusta… tu nombre”

“¿Gracias?” Rió.

“¿Nos hemos visto antes?” me miró curioso. “Siento que ya te he visto antes, pero no te recuerdo.”  

“Tal vez…” Dije sin saber cómo contestar.

“Creo que comienzo a recordar. Ayer. Tú estabas ahí. Estabas con otra chica de cabello rubio. Primera Fila.” Sonrió satisfecho por haber recordado, y yo me sonrojé porque lo había hecho. Para mi suerte, Liz llegó con nuestros helados. Esta vez en vasitos.

“Me tomé la molestia de servirlos en vaso, así no sucederá otro accidente.” Nosotros reímos.

 “Gracias. ¿Cuánto te debo?” Preguntó Joseph.

“Oh, no es nada. Cortesía de la casa para los clientes más frecuentes.” Nos sonrió y se fue. Just The Way You Are comenzó a sonar.

“¿Hola?” Contestó Joe a la persona del otro lado del teléfono. “Solo salí a comprar unos helados” Me miró. “No, estoy bien.” Miró hacia la ventana como para asegurarse de algo. “Claro, en un momento estoy ahí. Nos vemos.” Colgó.

“Lo siento, mi papá. Quiere que vaya a… bueno, tiene algo que mostrarnos.”

“Oh, un secreto” Bromeé y el rió.

“No tanto así, pero es una sorpresa para nuestros fans.” Sonrió.

“Lo entiendo.”

“Me tengo que ir. Me necesitan allá.” Comenzamos a levantarnos de nuestros lugares para dirigirnos a la salida.

“Oh, está bien. Ve tranquilo.” Abrió la puerta para que yo pudiera salir.

“Fue un placer conocerte, _____.”

“Lo mismo digo.” Dije nerviosa nuevamente. 

 “Hasta luego” Se despidió.

“Adiós.” Respondí después de unos segundos, pero ya era demasiado tarde. El ya se había ido.

Give me love (Nick Jonas y tú).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora