Capítulo 3.

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“Aun no puedo creer que no le pediste un autógrafo.”

“Alison, supéralo. Ya pasó una semana. Además, no tenia plumón ni papel.”

“¿Una foto?”

“Creo que hemos tenido esta conversación más de una vez.” Dije un poco frustrada.

Cuando le conté a mi amiga la aventura que tuve en los helados el día que me dejó plantada, ella simplemente no me creía. Creía que estaba bromeando, aunque le repetí un millón de veces que no lo estaba. Al final, me terminó convenciendo de ir a ese lugar de nuevo, solo así podría preguntarle a Liz, y confirmar que lo que le decía era verdad.

Si, ya había pasado una semana desde aquel día. Aun no podía creer que había tenido una conversación con Joe por más de 2 segundos y había obtenido más de un ‘Hola’ y un ‘Gracias. Disfruta el show’. Sabíamos que aun estaban en Texas, el tour recién había dado fin y no tenían más cosas planeadas. No por el momento. Así que seguramente estarían descansando y/o haciendo música.

“Vamos al centro comercial. Necesito comprar un vestido para la fiesta de este sábado. ¿Me acompañarías?” Me preguntó Alison.

“Er, lo pensaré” Dije haciéndome un poco la difícil. Aunque en realidad no tenía muchas ganas de ir. “¿Por qué no le pides a Michelle que te acompañe? O a Ivanna. O a cualquiera de ellas.” 

“¿Disculpa?” Preguntó ofendida. “¿Me estás culpando por querer ir al centro comercial contigo? Tú sabes que eres mi compañera de compras. Siempre vamos juntas.”

“Lo sé, Lo sé.” Suspiré. “Vamos.” Y fue entonces cuando en sus labios se formó una sonrisa.

Teníamos alrededor de tres horas ahí, y solo habíamos visitado dos tiendas. No se podía decidir entre un vestido blanco con gris y un azul estampado. No sé por qué tanto alboroto, es solo una fiesta. Solo eso. Ni siquiera sabía si yo iría. No me agradan las fiestas. Si voy, pero no es que muera por ir. Al final me termino divirtiendo. Pero no es lo mío.

“Ya regreso.”

Salí de esa tienda en busca de un Starbucks. Y no sé por qué, pero inmediatamente pensé en Kevin. Sonreí.

“¿Pensando en alguien especial?”

“Joseph. ¿Qué haces aquí?” Pregunté conteniendo la respiración. Por un momento creí que…   

“Oh, sí. Estoy bien. Gracias por preocuparte. ¿Tú cómo estás?” Yo reí.

“Gracias. También me encuentro bien. Ya no he vuelto a esa tienda de helados por temor a que termine en el piso. Pero fuera de eso, excelente.” Sonreí, y el rió.

“Creí que ya habíamos superado eso.” Bromeó.

“Algún día, Joseph. Algún día.”

Quien lo iba a decir. Después de 8 días, volvía a estar frente a frente con él. Pero los nervios seguían siendo los mismos. O tal vez un poco menos. Esperen. ¡Me recordó! ¡Se acuerda de mí! Entre tantas fans que conoce, me recuerda. A mí. Si, exagero.

“_____, te presentaré con Kevin. Sígueme.” Me sonrió y para mi sorpresa, llegamos hasta Starbucks.

“Joe, aquí estas.” Me miró.

“Kevin, ella es ______. ______, mi hermano Kevin.” El chico de ojos verdes se acercó a mí y me saludó con la mano.

“Ah, lo tengo. Ella es la chica linda a la que le tiraste el helado.”

“Gracias por los detalles, hermano.” Sentí como mis mejillas se ponían calientes.

“No es nada.” Dijo Kevin divertido.

Mi celular comenzó a sonar, indicándome que tenía un nuevo mensaje de texto.

¿Dónde estás? Ya compré un vestido. Es de color negro con detalles en plata. Creo que me he enamorado de un pedazo de tela.

 

“Uhm, lo siento chicos. Pero estoy aquí con Alison, mi amiga y…” Fue ahí cuando me di cuenta que tenía que hacer algo. “¿Podrían acompañarme a esa tienda de ahí?” Dije señalando en dirección a Charlotte Russe. “Ella me está esperando y si le digo que estuve con ustedes, no me lo perdonaría. Ella los admira.” Dije sonriendo. Y enseguida arrepintiéndome por lo que dije. ¿En qué pensaba? Seguro estaban ocupados.

“Claro”

“Si, está bien.” Ambos sonrieron y me siguieron hacia donde estaba mi amiga con una bolsa en su mano.

Give me love (Nick Jonas y tú).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora