Capítulo 30.

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Definitivamente alguien había estado aquí. Nick solo había traído una manta, pero amanecieron dos. Claro, ahora una era innecesaria porque la temperatura era algo alta a estas horas del día.

Lo miré por unos segundos y una sonrisa se formó en mi rostro. En el momento que iba a retirar el cabello de su cara, él comenzó a moverse, como si hubiera sentido que iba a tocarlo. Di un giro de noventa grados y me senté como rayo.

“Buenos días.” Dijo él con su voz adormecida, incorporándose a mi lado.

“Buenos días.” Repetí yo. Por alguna extraña razón no me atrevía a mirarlo. Como si hubiéramos hecho algo malo la noche anterior.

Después de unos segundos sin decir nada, él habló. “¿Sucede algo?” Me preguntó.

“No, no.” Negué. “Es solo que esto se siente… extraño.” Admití.

Sus ojos aun entrecerrados por la luz del sol. “Sí, creo que sí. Pero no debería.”

“Lo sé. Es lo más extraño.” Comencé a jugar con mis manos.

Se acomodó de forma que quedó de frente a mí, levantó mi cara y me miró. “Lo que menos quiero es que las cosas se vuelvan extrañas entre nosotros. No ahora.” Confesó.

“Entiendo.” Y lo hacía. “No acostumbró a levantarme por las mañanas y verte a mi lado. Y menos en una azotea.”

No sé cuáles fueron los pensamientos de Nick, pero el sonrió. “Tampoco es mi costumbre.” Pausó. “Mejor dejemos esta incomodidad y bajemos, tal vez los demás ya hasta nos prepararon el desayuno.” Bromeó.

“Lo dudo.” Ambos reímos.

•••

Este día lo pasaríamos en la playa. Por ser fin de semana había mucho que hacer y todo estaba muy activo por los alrededores. Decidimos dar un paseo en Jet Ski. Rentamos tres. Uno para cada pareja. Pareja de amigos en el caso de Nick y mío. Puse mi chaleco salvavidas encima de mi bikini y me dirigí a donde estaba Nick.

“¿Manejaras tu?” Le pregunté llegando por atrás. Aun no traía su chaleco puesto, dejando su formado abdomen al desnudo. ¿Les comenté que tiene muy buen cuerpo?

Me miró a través de sus lentes de sol. “Si quieres tu puedes hacerlo.” Se ofreció.

“Nunca he manejado una, pero podrías enseñarme. Pero tu primero.” Dije rápidamente.

“Por mí no hay problema.” Tomó su chaleco. “Solo me coloco esto y salimos.” Esperé ahí parada, observándolo con cuidado. “¿Qué? ¿Me lo puse al revés?” Dijo mirándose.

“No. No. Está perfecto.” Tomé las llaves que estaban en la barrita y se las arrojé. Él las cachó sin dificultad alguna.

Caminamos hasta donde se encontraba la moto acuática. Me ayudó a subir y luego subió él.

“¿Sabes que es la primera vez que me subo a una de estas?” Le dije antes de que arrancara.

Volteó su cara hacia mí. “Será divertido. Confía en mí.” No tenía que decirlo. En serio confiaba en él. Probablemente más de lo que debería. “Abrázame por la cintura con fuerza y no te sueltes porque caerás.” Me ordenó.

“Entendido, capitán.” Él rió y segundo después la moto arrancó con velocidad.

Lo abracé más fuerte de lo que debí, me pegué a él y cerré los ojos con fuerza. Pero una vez que me acostumbré, me relajé un poco. Se sentía tan bien. No era la gran fan del mar, pero conocerlo de esta forma me gustaba.

Give me love (Nick Jonas y tú).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora