Give me love (Nick Jonas y tú).

Capítulo 35.

Cuando Joseph le pidió a Demi que fuera su novia, sentí casi como si me lo hubieran pedido a mí. Estaba más que feliz por ellos y más porque mi sueño, como fan, siempre fue verlos juntos como más que amigos. Para mi ellos estaban destinados para estar juntos. Inmediatamente mi mente comenzó a trabajar a mil por hora y una imagen de Nick pidiéndome exactamente lo mismo, apareció enfrente de mí.

Eran pasadas de los dos de la madrugada cuando el auto de Nicholas se paró justo enfrente de mi casa. Todas las luces estaban apagadas, excepto la de la entrada. Al momento que apagó el vehículo suspiré con fuera involuntariamente.

“¿Cansada?” Preguntó él con voz suave.

“Un poco, estos tacones me están matando.” Me quejé

“Regalaron pantuflas y no quisiste un par.” Sentí como me regañaba. Era gracioso.

“Una dama nunca debe perder el porte. Entré con tacones, salgo con tacones.” Solté una risita.

Se volteó hacia a mí. “Siempre tan perfeccionista.” Sonrió. “Como yo.”

Ya sabía a dónde se dirigía este chico, así que abrí la puerta en mi inútil intento de salir del auto.

“No tienes ni fuerzas para huir de mi.”

•••

Agosto 23. Primer día del regreso a clases. Cool.

El verano había terminado, y ahora todo sería diferente. Muchas cosas pasaron en estos dos meses, muchas. Encontré amigos en los que realmente puedo confiar y que se que estarán ahí cuando los necesite, claro, siempre y cuando no tengan un concierto que dar. Pero sobre todo, encontré a esa persona que siempre estuve esperando. Aun no estoy segura que va a pasar con todo esto, pero sea lo que sea, creo que estoy lista.

Había olvidado cuanto odiaba este uniforme, pero era una perfecta excusa para no tener que preocuparme que usar todos los días. No había hablado con ninguno de mis compañeros… pero no era algo que me tuviera preocupada. Nadie sabía de relación tan cercana con los Jonas, ni siquiera Alison. Lo más que pueden saber es de la primera salida que tuvimos después de ir al estudio de grabación, y Alison estaba ahí.

“_______, hija, se hace tarde para el colegio.” Escuché a mi mamá gritar desde la cocina.

Miré mi iPhone. 6:30 a.m. Eso me dejaba con treinta minutos para comer algo rápido, recoger mi horario y encontrar el salón. Tomé mi mochila y bajé rápido las escaleras.

“Buenos días, mamá.” La saludé y tomé asiento enfrente del plato con desayuno. Un delicioso omelette.

“¿Lista para tu primer día?” Dijo con una sonrisa que me provocó nauseas.

“Deja de hacer eso.”

“No hice nada.” Se quejó. 

•••

Dos años más. Dos años más y me iré de este lugar. Ese era mi pensamiento mientras me acercaba a la entrada. Suspiré y di mis primeros pasos dentro del lugar. Justo como lo recordaba, nada había cambiado en estos dos meses. Las paredes eran del mismo color, las repisas tenían el mismo contenido, los casilleros tenían las calcomanías con los viejos números… en fin. Podía ser uno de los colegios más caros de la ciudad pero no era la gran cosa.

Fui hasta las oficinas donde se suponía que me darían mi horario, pero para mi sorpresa estaba completamente vacío.

“Disculpa, vengo por mi horario.” Me dirigí a la secretaría que jugaba con una pluma en su mano, y con la otra hacía los movimientos necesarios para ganar un juego de Solitario.