Levana notó que la princesa no había llegado a dormir, y era obvio que Rihán tampoco.
El oscuro hueco que había anidado en su pecho, le tenía nublada la razón.
Los únicos sentimientos que reinaban en ella eran el odio y la venganza, y sin notarlo, esto la estaba consumiendo.
Al bajar a tomar el desayuno con los demás, Levana pudo ver que Rihán y Adhara llegaban también, pero venían muy abrazados, y con cara de haber disfrutado bastante la noche.
Todos se sentaron en la mesa y antes de probar los alimentos, Rihán interrumpió después de haber elevado una oración de agradecimiento al Dios Jehová.
-Quiero anunciarles que la princesa Adhara y yo estamos comprometidos, y que prontamente buscaremos la manera de contactar a su padre. -dijo Rihán, mientras le besaba tiernamente la frente a Adhara.
Todos lo miraron boquiabiertos.
El compromiso ya era inminente, pero lo de hablar con el sultán que hacía meses no sabía de su hija secuestrada, eso sí era un tema delicado.
-Lo sé, he considerado las posibilidades de que no salga con vida de ésto, pero estamos dispuestos a enfrentar las consecuencias y luchar por vivir nuestro amor, así que, amigos, no están comprometidos a seguirnos en éste posible encuentro con la muerte. -Rihán hizo una pausa mirándolos a todos.
La declaración les resultaba desconcertante.
-Es por eso que desde hoy podrán tomar el camino que mejor les parezca. -completó abrazando fuertemente a la princesa.
-Me parece que deberías pensar esto mejor Rihán... -dijo Jalid intentando persuadirlo.
-Sí amigo Rihán, ésta decisión es verdaderamente acelerada, tal vez con la cabeza un poco más fría... -dijo Ahmed, pero fue bruscamente interrumpido por Rihán.
-No me están entendiendo, ¡la decisión ya fue tomada! -gritó Rihán encolerizado.
-Esto no es posible, ¡ésta mujer te está nublando la vista! Y lo peor Rihán, ¡eso te va a llevar a la muerte! -dijo Levana también alterada.
-¡Carajo! ¡No les estoy pidiendo su aprobación! -gritó Rihán de nuevo con furia.
Todos se quedaron en silencio observándose unos a otros.
En el fondo, todos culpaban a la princesa de la falta de sensatez de Rihán.
La princesa lo notó, y de pronto comprendió lo arriesgado que eso sonaba.
-Escuchen, yo intenté persuadirlo también, pero ésta es su decisión... -les dijo Adhara intentando calmarlos a todos.
Ninguno se atrevió a hablar.
-¿Así que vas a votarme así como así Rihán? ¿A tu mejor amigo? ¿Yo que te he seguido hasta aquí con ésta locura de la princesita secuestrada? -interrumpió el silencio Jalid, reclamándole a Rihán.
-Ah, ahora ésto te suena ilógico ¿no? -repuso Rihán muy sarcástico a Jalid. -Pero cuando tú intentabas algo con la princesa sonaba lógico... ¡Por favor Jalid! -continuó Rihán.
Jalid se sintió ofendido, y de inmediato se fue sin decir palabra alguna. Ahmed intentó calmar las cosas.
-A ver, todos tranquilos, pensemos qué haremos todos y con la cabeza más fría tendremos mejores ideas... -dijo Ahmed, esperando un llamado de atención de Rihán, pero este no llegó.
-¡Eres un idiota Rihán! No comprendo cómo esta mujer dice amarte y quiere llevarte a tu muerte... -intrigó Levana.
-¡Ya basta Levana! ¡Nadie pidió tu opinión! -le gritó fuertemente Rihán, al punto de llevarla a las lágrimas.
Ahmed, sin decir nada, tomó a Levana del brazo y con una mirada acusadora hacia Rihán, se alejó con ella lentamente.
-Mi vida, no creí que esto fuera a pasar, ellos tienen razón... -dijo la princesa con lágrimas en los ojos luego de lo ocurrido.
-No te preocupes mi vida, haremos lo correcto. No viviré como un prófugo llevándote conmigo. Estaremos juntos con o sin la aprobación de tu padre, pero eso lo vamos a averiguar primero. -dijo Rihán intentando calmar su furia, frente a los dulces ojos de su amada.
-Cariño, no quiero que mueras... -le confesó la princesa.
-Prefiero morir, a vivir sin ti mi princesa... -le respondió Rihán. -Además, tenemos al poderoso Dios Jehová de nuestro lado. -repuso besándole la frente.
Rihán abrazó fuertemente a Adhara llorando también por lo que sabía que podía venir.
-Nuestro futuro está en las manos de nuestro Dios... -le dijo Rihán a la princesa con una sincera sonrisa de confianza, mientras ella se la devolvía.
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BAJO EL HECHIZO DE ARABIA
AventuraIntérnate en las maravillosas dunas de Arabia, en donde Rihán y Jalid, dos locos aventureros, cruzarán su destino con la princesa Adhara. El amor, el odio, la pasión, la locura y los celos serán los detonantes de la magia que los envolverá, poniénd...