Capítulo 1: Gracias, Sombrero

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—Potter, Albus.

¿Potter, Albus? ¡Ese era él! El chico salió entre los estudiantes de primero con rapidez, pero aun así su corazón iba mucho más veloz. Ese día, era el día de la selección y ese viejo sombrero no era nada más y nada menos que el objeto que marcaría su lugar en los próximos siete años.

Desde que James, el hermano mayor de Albus, había ocupado la casa de Gryffindor Albus había estado complemente seguro de que también le aceptarían en esa casa, pero cuando recibió la carta de entrada a Hogwarts unas pocas dudas se sembraron en su mente con la terrible idea de poder caer en una casa distinta a sus padres y hermano como Ravenclaw o Hufflepuff... o incluso Slytherin.

"Tu nombre viene de dos grandes directores de Hogwarts, uno de ellos era Slytherin y la persona más valiente que conozco" había recordado su padre, pero Albus no buscaba ser valiente, sino honrar a la familia perteneciendo a la casa de los leones.

Finalmente estaba sentado en el taburete y con el sombrero seleccionador cubriéndole toda la cabeza, lo que provocó gran vergüenza a Albus a pesar de que fuera algo que les ocurrió a todos los alumnos.

—Hum... —pensaba el sombrero, Albus notó como comenzaba a temblar preso de los nervios—. "Un Potter... Interesante" —analizó el sombrero—. "Un chico valiente y leal, no extremadamente inteligente ni creativo, si se me permite decirlo..."

—Hubiera preferido que no —comentó Albus en un murmullo.

—Pareces que serías un buen Slytherin —mencionó el sombrero, Albus apretó los puños, entonces recordó que podía elegir, como su padre le había dicho en la estación.

—Quiero pertenecer a Gryffindor, como mi familia —suplicó Albus.

El Sombrero Seleccionador tardó en reaccionar unos eternos segundos produciendo a Albus algunas dudas sobre si lo había ofendido.

—Está bien, crees que puedes elegir tu casa —dijo el Sombrero—. Creo que tengo la casa perfecta para ti... ¡¡SLYTHERIN!!

El corazón de Albus dio un vuelco, le retiraron el sombrero de su cabeza de modo que pudo ver al Gran Comedor aplaudirle, pero también caras y comentarios de confusión.

Albus se quedó sentado hasta que le profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras llamara al siguiente alumno. A paso lento Albus se acercó a la mesa de Slytherin con la mirada fija en sus primos y su hermano que les levantaba el pulgar en forma de apoyo.

—¿No era la casa que esperaba el hijo de Harry Potter? —preguntó una voz, Albus se giró confuso. Provenía de un chico rubio platinado, de ojos grises y muy alto. Albus ya lo conocía, era Scorpius Malfoy, hijo del peor enemigo de su padre.

—No tengo ganas de hablar —protestó Albus.

—Vale, lo siento —murmuró Scorpius—. Pero ¿por qué te sienta mal ser de Slytherin?

—Oye, si no lo entiendes cállate, ¿vale? —se quejó Albus—. Lo que más me hace falta es que un Malfoy se meta conmigo.

—Yo no iba a meterme contigo —refutó Scorpius—. Solo quería hablar. Se te ve desanimado por ser de Slytherin y solo quería preguntarte.

—Lo siento, Scorpius —aceptó a disculparse Albus—. Es que es solo que toda mi familia cercana ha sido de Gryffindor y era lo que esperaba.

—Yo esperaba ser de Gryffindor —comentó Scorpius, Albus frunció el ceño extrañado y sorprendido.

—¿En serio? —preguntó.

—No, pero no sé de que otra forma hacerte sentir mejor —confesó Scorpius con una risita—. Pero verás si... —Albus le puso la mano en la boca antes de que Scorpius pudiera seguir, Scorpius la apartó molesto y cuando iba a protestar entendió el motivo.

—¡¡Weasley, Rose!

El Sombrero Seleccionador tardó unos segundos antes de pronunciar la casa de la joven, por una parte, Albus quería que fuera Gryffindor, pero por otra no podía evitar sentir envidia.

—¡¡Ravenclaw!!

Rose se levantó con una marcada cara de desilusión y se encaminó hacia su mesa para sentarse con Dominique, su prima de misma casa.

—Menudo año —comentó Albus—. Mi tío la desheredará.

—Mira el lado positivo —observó Scorpius—. La túnica azul le quedará mejor con su pelo pelirrojo.

Albus rodó los ojos.

—Eres un inútil, Malfoy —comentó él—. Pero aún así, me has caído bien.

Scorpius dejó escapar una sonrisa y levantó su copa para chocarla con la de Albus.

Aullidos de Venganza (Una historia de la Tercera Generación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora