Capítulo 3: La verdad se acerca

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Moon ya había acabado con la vida de dos estudiantes y había herido a cuatro, pero esto no le hacía sentirse bien, así que se fue a una planta en la que no había nadie. Debía saber la verdad, Greyback tenía que decírselo. Si se lo decía...

Ella participaba en la batalla de Hogwarts, porque era del colegio. Si Greyback era su contrincante... ¿Por qué la salvaría? ¿Por qué Greyback habló con Pitt antes de salir? ¿Por qué Pitt intentó matarle justo después?

Una chica se aproximó a ella con rapidez.

—¡Locomotor Mortis! —gritó mientras en las piernas de Moon aparecieron unas cuerdas que unieron ambas extremidades.

Moon cayó al suelo tras intentar andar. La estudiante se acercó a la mujer loba a paso rápido y colocó su pie sobre su abdomen.

—¿Cómo te llamas? —preguntó la chica.

Moon miró a los ojos a la estudiante que fruncía el ceño.

—Hay gente en peligro y no quiero perder el tiempo contigo —escupió la alumna—. ¿Cómo te llamas?

Apuntó con su varita a la barbilla de Moon que observaba confusa a la chica.

—Me llamo Moon —respondió finalmente.

—Moon no es un nombre —dijo la chica—. ¿Eres Melody Watson?

—¿Melody? —repitió Moon confundida.

La estudiante frunció aún más el ceño.

—Estoy perdiendo el tiempo —dijo y quitó el pie de la barriga de Moon.

Eso funcionó para que Moon le lanzara el mismo hechizo a la estudiante y lograra tumbarla.

—¿Quién es Melody Watson y por qué crees que soy yo? —inquirió Moon con la varita en el pecho de la estudiante, pero aún con los pies atados.

—Melody es una chica que se supone que cayó en la batalla de Hogwarts, pero que creemos que fue secuestrada por hombres lobo —respondió ella.

—¿Qué más sabes de ella? —cuestionó Moon con una pequeña esperanza.

—¡Weasley! —gritó una voz detrás de ellas—. ¡¡Expilliarmus!!

La varita de Moon voló por los aires. Un hombre rubio y con el ceño fruncido se acercaba a ambas.

—¿Qué haces con ella? —cuestionó él, pero entonces Moon se giró y sus ojos se clavaron en los de él.

—¡Melody! —exclamó.

El hombre rubio se abalanzó hacia ella hasta acabar en un abrazo. Moon estaba confundida.

—¿Sabes quién soy? —cuestionó.

El hombre la soltó y le miró confuso.

—¿No me recuerdas? —preguntó desanimado y Moon negó con la cabeza. La estudiante observaba confusa detrás de ellos—. Soy Ernie, tu amigo.

Moon negó con la cabeza indicando que no podía recordar.

—Los hombres lobo debieron quitarle la memoria —aventuró la alumna.

Ernie le extendió la mano a Moon.

—Por favor, confía en mí —suplicó.

Moon observó preocupada.

—No sé si puedo confiar en ti —dijo.

—No te queda otra que hacerlo —apuntó Ernie.

Moon se mordió el labio.

—Tampoco me quedaba otra que confiar en los licántropos —dijo apenada.

Ernie miró hacia abajo también triste.

—¡Espera! —exclamó Moon y sacó de su túnica una poción.

—Felix Felicis —observó la estudiante.

—Esto me enseñara si puedo confiar en ti —explicó Moon y Ernie asintió.

Ambos se miraron indecisos.

—Debes hacerlo —dijo Ernie y Moon se la tragó.

Aullidos de Venganza (Una historia de la Tercera Generación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora