Capítulo 7: Voluntarios

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1 de mayo, 21:00

Hogwarts ya sabía lo que tenía que hacer. Los supuestos cinco simulacros se transformaron en algo semanal para mayor seguridad y las clases de Ernie Macmillan o Hannah Longbottom se habían extendido para todas las edades, aunque en menor medida, por si debían enfrentarse a algo.

Los polvos de plata y díctamo se encontraban escondidos por todo el castillo y todos los alumnos debían conocer al menos cinco lugares en los que encontrar este remedio a las heridas de hombres lobo de cada planta.

Los profesores tenían hasta plan G por si algo no salía bien con varias modalidades de cada plan.

Hogwarts estaba listo.

En la cena del uno de mayo los voluntarios dieron lugar en el Gran Comedor. Muchos alumnos estaban asustados, pero todos sabían que había que mantener la calma para que todo saliera bien el día siguiente.

Los voluntarios consistían en Bill, Charlie, Percy, George, Angelina, Hermione Weasley; Ginny Potter; Andrómeda Tonks; y Teddy y Lyall Lupin como participantes en batalla y Fleur preparada para sanar a quién lo necesitase.

—Démosles una bienvenida a los voluntarios del día de mañana —ordenó MacGonagall y los estudiantes de Hogwarts aplaudieron mirando descaradamente a los hijos de éstos.

—A los voluntarios también podríais buscar si os perdéis —señaló MacGonagall y los estudiantes asintieron—. Aunque eso no debería pasar. Ahora quiero conceder a cada casa quinientos puntos por todo vuestro esfuerzo. Quiero disculparme a los alumnos que no podrán recibir la graduación que se merecen y los de primer año que estoy segura de que no es así como imaginasteis vuestro primer año en lo que es Hogwarts que es un sueño para cualquiera.

"Solo faltan tres horas para que sea dos de mayo. Para que empiece la batalla y solo quisiera deciros que no hay nada que temer. Todo el esfuerzo que habéis puesto tanto mayores de edad como menores ha sido un gesto que ha marcado Hogwarts a nuestros corazones. Si alguien pierde en esta batalla hagamos que su muerte tenga sentido. Debemos ser fuertes. Me espero mucho de cada uno de vosotros. Gryffindors, Hufflepuffs, Slytherins y Ravenclaws luchando juntos para una justicia. Protegiendo nuestro segundo hogar. Alumnos... No digo que todo vaya a salir bien, pero sé que ganaremos esta batalla."

Los alumnos aplaudieron mientras otros lloraban y se abrazaban.

—¿Alguien quiere decir algo? —preguntó MacGonagall a los profesores y voluntarios.

Ernie levantó tímidamente la mano y tomó sitio en el lugar donde debía hablar.

—Buenas noches, alumnos —saludó—. Hace... hace veinte años yo estaba sentado allí. En la mesa de Hufflepuff... yo... estaba listo para la batalla. Grité el derecho a los mayores de edad de poder batallar... —Ernie tragó saliva—. Ahora me duele que vosotros tengáis que hacer eso. —Ernie se limpió una lágrima—. Una de las razones por las que quería batallar es el que el mundo no fuera un lugar oscuro... Era que las siguientes generaciones... Que vosotros... no tuvierais que batallar nunca. —La voz de Ernie temblaba—. Ahora veo que nunca he aprendido esa lección. Esa lección que a las personas positivas nos resulta imposible de aceptar.

"Lo malo nunca se va. No siempre vamos a estar super felices. Siempre el cielo volverá a nublarse y yo no quiero que el cielo se le nuble a nadie, pero sé que es parte de vuestro crecimiento, de vuestras vidas. La batalla me cambió la vida. Me hizo ser mejor persona. Sacó de mí cosas malas, pero sobre todo se quedaron las buenas. Eso es lo que os toca a vosotros hoy. Puede que no todos pisemos el Gran Comedor para celebrar nuestra victoria. Porque habrá victoria, pero los que se hayan ido serán recordado para siempre. —Ernie sacó los cromos no oficiales de su túnica—. Estos se fueron. Nos dejaron... nos dejaron un vacío, el vacío que nos llenarán otras personas. No quiero que nadie acabe mal, pero el cielo está nublado preparado para la tormenta... Es difícil ser parte de la realidad cuando la realidad es tan cruel, pero estoy seguro de que solo vosotros podéis quitar esa tormenta... Confío plenamente en todos vosotros. Admiro a los que se enfrentan por el mundo. Bueno... Solo me queda decir que... —Ernie observó a los alumnos que iban a participar con los que había estado entrenando y cayó en lágrimas—. Que demostréis lo que habéis aprendido. Que transforméis estos duros meses de trabajo en un gran fruto. Os quiero"

Los alumnos derrababan algunas lágrimas mientras animaban gritando: "Macmillan, Macmillan".

Otros profesores también hablaron e hicieron a los estudiantes un vacío interno, pero lo que les presionaba a salir a batalla.

1 de mayo, 22:40



Aullidos de Venganza (Una historia de la Tercera Generación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora