Aullidos de Venganza (Una historia de la Tercera Generación)

Capítulo 6: Rose ya lo sabe

Albus y Scorpius habían tenido una buena hora de descanso, pero el tiempo se acabó y la siguiente clase debía comenzar.

—Herbología —leyó Albus antes de un largo bostezo.

Scorpius imitó a su amigo y se desperezó con cansancio.

—Si no hay otra opción —musitó levantándose con pereza.

Los dos amigos recorrieron el palacio hasta los invernaderos. Albus suplicaba por lo bajo que en esta clase faltara profesor, pero lamentablemente no fue así.

—Buenos días, alumnos —saludó el profesor Longbottom con una agradable sonrisa—. Muy bien, vosotros sois primero, ¿no? ¡Qué gran placer conoceros a todos!

Albus apretó la manga de la túnica de Scorpius y tiró de ella hacia los sitios más atrás.

—¿Y eso? —cuestionó Scorpius algo molesto limpiando con aire sombrío la manga de la que Albus había tirado.

—Es Neville Longbottom —explicó Albus en un susurro—. Mis padres son amigos suyos y no tengo ganas de saludar porque me da vergüenza.

—¿Por qué te da vergüenza exactamente? —preguntó Scorpius arqueando las cejas.

—Porque el desconocido de mi casa ahora es mi profesor —respondió Albus.

Scorpius subió una ceja.

—Creo que estás exagerando, Albus —opinó el chico—. Ni se dará cuenta de que estás aquí.

La clase transcurrió con normalidad. Longbottom no prestó ninguna mínima atención por Albus más que la atención que le ofrecía como alumno. Scorpius aprovechaba cualquier ocasión para susurrar "te lo dije" con aire presumido, pero al finalizar la clase Longbottom se acercó a ambos.

—Albus Potter, ¿cómo están tus padres? —cuestionó.

Albus miró a Scorpius de reojo, él se encogió de hombros. ¿Qué quería Albus mirándolo así?

—Bien —contestó al final Albus.

La conversación duró algo más. El profesor continuó preguntándole a Albus acerca de su familia, pero Scorpius no quiso escuchar. Aunque le hubiera negado a Albus que no estaba asustado le preocupaba aquella poción de la armadura.

—Adiós —se despidió Albus.

Scorpius salió de sus pensamientos al momento. Observó como Albus despedía al profesor Longbottom y luego se reunió con él.

—¿Qué clase hay ahora? —preguntó Scorpius, mientras se inclinaba a leer el horario que ya había abierto Albus.

—Defensa Contra las Artes Oscuras —respondió Albus—. ¡Ey! ¡Es con Ravenclaw! ¡Con Rose!

—Eso está bien —aceptó Scorpius.

Albus sí le había caído muy bien, pero realmente la relación que tenía con la pelirroja era neutra y le daba lo mismo pasar tiempo con ella.

Anduvieron hasta la clase donde Rose ya había llegado. Albus y Scorpius llegaron hasta ella abriéndose paso entre la gente.

—¿Qué tal las clases, Rose? —inquirió Albus con una sonrisa.

—Bien —contestó ella—. ¿Y vosotros?

—No hemos tenido pociones, pero Herbología ha sido un completo aburrimiento —contestó Scorpius.

—Ya —aceptó Rose—. Chicos, tengo algo que contaros... Creo que sé quiénes colocaron la poción en la armadura.

Scorpius y Albus compartieron una mirada y se inclinaron a ella para escucharla.

—Hombres lobo —explicó la chica.

Albus y Scorpius se incorporaron e intentaron buscar la lógica en la suposición de Rose y sin encontrarla preguntaron a la misma.

—Entre las pociones de color marrón está la poción matalobos —contó Rose—. Y el mensaje de "Queremos ser libres" es porque no quieren estar domesticados. Quieren atacarnos.

—Eso no tiene ningún sentido, Rose —protestó Scorpius—. La poción matalobos es un invento para ayudarlos.

—Ayudar a los que quieren ayuda —apuntó Rose, Scorpius frunció el ceño.

Antes de que Rose pudiera continuar con su teoría el profesor Macmillan entró a la clase. Llevaba la varita entre las manos y jugueteaba con ella moviéndola entre los dedos algo inquieto.

—Muy bien, alumnos, soy el profesor Ernie Macmillan —se presentó—. Y hoy os enseñaré a diferenciar hombres lobo a lobos normales, sé que es muy adelantado, pero creo que es un tema interesante que tratar...

Al profesor se le cayó la varita al suelo. La recogió con vergüenza y empezó con su explicación. Scorpius miró de reojo como Rose le sonreía con aire triunfador.