Capítulo 9: Pequeños investigadores

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Tras contarle la idea a los chicos todos quedaron sin palabras. No solían darles información de todo y ahora querían meterlos en la investigación. No sabían sin sentirse halagados o utilizados.

—Solo tenéis que averiguar cuándo, dónde, por qué y cómo —explicó Hermione—. Nos decís lo que habéis pensado. —Hermione miró a Victoire—. Con un patronus. Ni si os ocurra enviar información tan valiosa por carta. Aquí tenéis lo que nosotros hemos averiguado. La siguiente pista tiene que ser el cuándo. El dato más importante. Por favor tener cuidado. Y esto que quede entre vosotros. Son solo vuestras investigaciones.

—Pero... —James sujetaba estupefacto los apuntes de Hermione—. ¿Esto va en serio? Lleváis toda nuestra vida llamándonos inmaduros.

—Si alguien puede hacerlo sois vosotros —explicó Harry—. Sois niños. Jugar es parte de vuestro crecimiento.

—Bueno —interrumpió Fred—. Eso de niños... Ya tenemos casi catorce años.

—Entonces supongo que pasáis de hacerlo —replicó George arrebatando a James los apuntes de Hermione y ambos protestaron.

—Haremos lo que podamos —prometió Roxanne—. Pero tampoco podemos prometer nada. Los licántropos no son Teddy. Apuesto a que sus pistas no son para bebés.

—¿Qué? —preguntó Teddy confuso.

—Si te decimos la verdad, tus búsquedas del tesoro son una basura —confesó Lily mientras Hugo asentía a su lado.

—Las hacemos por el tesoro —añadió.

—Eso da igual ahora —protestó Teddy—. Ahora tenéis la búsqueda más importante y queremos que os esforcéis en buscar las respuestas. Nosotros nos pondríamos a ello, pero tenemos que pensar en el contraataque.

—No os fallaremos —prometió Victoire—. Entre todos seguro que sacamos la solución.

—Sí, en cuanto saquen la última pista las descifraremos —añadió Rose.

—Y hablaremos con Macmillan sobre Melody —recordó Dominique.

—¿Es que soy la única que está nerviosa? —cuestionó Lucy pegando saltos mientras Albus le aseguraba que no.

—A ver si me ha quedado claro —dijo Molly—. Esperamos a que los licántropos nos den la última pista y no nos preguntamos cómo han entrado en Hogwarts.

—Añade eso a la lista —propuso Ron.

—Como no se nos ha ocurrido —dramatizó Harry sintiéndose inútil.

—Porque tampoco podemos estar en todo, Harry —respondió Ron rodando los ojos.

—Tengo ciertas dudas sobre esto —dijo Molly, pensativa.

—Vamos —animó Rose—. Harry salvó a todos en su primer año descubriendo el lugar de la piedra filosofal...

—Y yo me sacrifiqué en un ajedrez mágico —añadió Ron.

—Y yo descifré las pociones de Snape —recordó Hermione.

—Si Harry pudo —continuó Rose.

—Si Harry, Ron y Hermione pudieron —corrigió Ron.

—Nosotros también —acabó Rose.

—Rose tiene razón —dijo Harry—. No vais a ser menos que yo.

—Nosotros.

—Lo que sea —dijo Harry—. Confiamos en vosotros.

—Solo vamos a jugar un rato por dios —le quitó importancia James—. Queréis dejar de tratarnos como si fuéramos al ejército. Me dais vergüenza.

—Solo tened cuidado —insistió Ginny—. La información que disponéis vale más de lo que podéis imaginar. Protegerla como si de vuestra vida tratase y más.

—No lo dudes, tita —dijo Dominique mientras se lo quitaba a James—. Ahora está en buenas manos.

—Devuélvelo —protestó el Potter intentando quitárselo a su prima.

Mientras Dominique reía Victoire se lo quitó a ella frenando sus risas y haciendo que rieran James y Fred.

—No os fallaremos —prometió Victoire sujetando el pergamino con ambas manos.

—Pues no sabéis la desconfianza que provocáis peleándoos por el pergamino —comentó Louis levantando las cejas.

—Nos portaremos bien —prometió Victoire.

Los mayores se miraron.

—Es Victoire, podemos confiar —prometió Teddy.

Aullidos de Venganza (Una historia de la Tercera Generación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora