Capítulo 9: Huyendo de Hogwarts

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Los antiguos alumnos entraron en Hogwarts con una velocidad increíble, muchos de ellos ya habían pertenecido a la batalla de Hogwarts de dos años antes.

En el cielo empezaba a ponerse el sol. Los guerreros empezaban a dormirse y la poción de Despertares ya no daba afecto. Los hombres lobo habían acabado sus pociones Felix Felicis y eso se marcó también en sus estúpidos movimientos, pero, aunque a Moon ya se le hubiera pasado el efecto de la suerte líquida aún le quedaba algo: Recordaba quién era y eso le hacía aún más feliz.

—Una batalla de siete horas —rio Moon—. Esperaba más de vosotros.

Y dicho eso acabó con dos de sus compañeros. Algunos licántropos huían por sus vidas y otros se quedaban allí hasta que fuesen asesinados.

Las horas pasaron y Moon podía ver como su mechón plateado cada vez perdía más color indicando que la manada desaparecía con él.

Finalmente, la segunda batalla de Hogwarts finalizó antes de darse las ocho.

Los pasillos de Hogwarts eran espacios de terror y angustia. La sangre decoraba cada pasillo y cuerpos inertes de licántropos y estudiantes adornaba cada esquina.

Cuando la batalla acabó y todos los licántropos hubieran huido o hubieran quedado muertos, los estudiantes, profesores y voluntarios pasaron por las aulas que habían transformado en enfermerías a ver quién había caído.

Moon pasaba desapercibida a pesar de haber empezado en el bando contrario y mientras todos se pasaban por las enfermerías. Ella estaba sentada en un tronco de un árbol caído de las afueras del castillo justo enfrente del lago.

Se miró reflejada en las aguas y solo con verse se asustó de sí misma. Durante veinte años le habían mentido y manipulado para convertirla en la asesina que era hasta ese día.

—Hola, Melody —saludó Ernie, ella pegó un salto y se giró en el acto.

—¿Cómo sabías que estaba aquí? —preguntó con el corazón a mil.

—No te buscaba realmente —contestó Ernie sentándose a su lado—. Venía a pensar.

Ernie dejó escapar un suspiro, Moon le observó detenidamente. Sus ojos estaban hinchados y llorosos, su cara a parte de estar arañada y con pequeñas manchas de sangre y barro estaba roja.

—¿Estás bien? —cuestionó Moon—. Parece que has llorado.

Ernie miraba a un punto fijo. Abrazó sus rodillas y continuó sin mirar nada en realidad. Una lágrima rodó por su mejilla.

Moon apretó sus puños indecisa, sin saber bien como ayudar bien a quién había sido su amigo una vez.

Rodeó a Ernie con el brazo y éste abrazó la cintura de Moon, apoyó la cabeza en su hombro y dejó que las lágrimas se fueran solas.

—Ernie. —El corazón de Moon se rompía, hacía tanto tiempo que Moon no había sentido tanta empatía hacía alguien.

Ernie se soltó de Moon minutos después. Se limpió las lágrimas y miró a ninguna parte con la cabeza apoyada en sus manos.

—Mis alumnos... —Las manos de Ernie temblaban mientras él escondía su cabeza en ellas—. Ojalá esto no hubiera pasado... Esos alumnos deberían graduarse... Deberían...

Moon comenzó a acariciar la espalda de Ernie como consuelo haciendo la forma de círculos.

—Siempre tienes una manera de hacer que lo malo sea bueno, Ernie... —dijo Moon—. Y esto no lo puedes cambiar, así que levántate y cambia lo que si puedes.

Ernie dejó al descubierto su cara y apoyó sus manos en sus rodillas observando a Moon.

—Y lo que sí puedes cambiar son a las personas —decía ella—. Lo malo en bueno... Lo negativo en positivo. Haz tu magia, Ernie. No quiero que olvides esto, pero tampoco que lo recuerdes como algo malo. Solo piensa cuando pases algo malo en el presente...

—...como lo recordarás en el futuro —acabó Ernie, Moon le observó a los ojos, eso era exactamente lo que iba a decir. ¿Cómo era posible que Ernie lo hubiera averiguado?

—No has cambiado, Melody —respondió Ernie como si le hubiera leído el pensamiento—. Quiero recordar esto con un yo valiente. Uno que se haya levantado, que dolido haya sanado los corazones de muchos más tal y como tú lo has hecho conmigo.

Moon sonrió.

—Yo también quiero recordar esto como una yo valiente —fantaseó—. No como una chica dolida por haber actuado mal durante unos años.

Moon sujetó su daga.

—Quiero dejar de ser Moon y volver a ser Melody —dijo y tras decirlo cortó su mechón plateado. Observó a Ernie con los ojos lagrimosos, sintiéndose libre, entonces ambos se abrazaron.

Aullidos de Venganza (Una historia de la Tercera Generación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora