Capítulo 5: Información a Hogwarts

28 1 0
                                    

En el Gran Comedor se respiraba el aire de siempre. Había partido de Quidditch —cuál finalmente se había visto innecesario quitar hasta ahora— así que se veía un poco de nerviosismo en algunas zonas.

Cuando la directora MacGonagall se levantó y se colocó en la zona de hablar, los alumnos se miraron confusos.

—Buenos días, alumnos —saludó, hubo algunas respuestas por parte de éstos y también algunos otros que apenas atendían—. Los licántropos atacarán dentro de dos meses. El próximo 2 de mayo. Los mayores de edad para esas fechas participarán si así lo quieren alistándose en una lista que estará abierta en el aula de Defensa Contra las Artes Oscuras las próximas veinte y cuatros horas.

"Estos alumnos recibirán clases particulares acerca de Hombres lobos los sábados y domingos de cinco a siete. Si no se asisten a estas clases con regularidad, se prohibirá al alumno el acceso a batalla el 2 de mayo. Para los que no quieran o no puedan participar, ese día, deberán buscar a los profesores Flitwick, Sprout o Slughorn para ir a un lugar seguro. SI alguien quedara en el campo de batalla por despiste deberá explicar a otro profesor su situación y éste le llevará inmediatamente a la zona segura. Si alguien quiere participar como sanador en lugar de batallar deberán alistarse en la lista de enfermería donde a la misma hora que las clases de licántropos participarán en unas clases particulares de sanidad en estas heridas. Deben tener en cuenta que las batallas de licántropos son muy distintas a las de magia y que podríais presenciar de imágenes de mal gusto. Si a alguien se le ocurre ayudar de cualquier otra forma búsquenme en mi despacho durante este día. Se harán cinco simulacros durante estos dos meses. Suplico orden y nada de desesperación. Los partidos de Quidditch quedarán anulados temporalmente hasta nueva orden. Gracias y buenos días"

Unos quejidos se formaron en todo el Gran Comedor mientras otros susurraban acerca de la información de MacGonagall.

—Repito —dijo de pronto MacGonagall—. Todos los que quieran ayudar deben ser mayores de edad. Dicho esto, solo me queda decir que si alguien tiene alguna duda solo debe acudir a mi despacho que estará el día completo abierto.

Durante unos minutos un grande silencio envolvió el Gran Comedor. Algunos de séptimo y los mayores de sexto hablaban sobre la batalla y se preguntaban entre ellos quién participaría. Los amantes del Quidditch insultaban los hombres lobos y los Weasleys y Potters mantenían sus miradas en la mayor de ellos: Victoire.

—Lo haré —explicó, mientras sus primos y hermana protestaron—. Lo sé, chicos, pero es necesario.

—No es justo que nosotros no podamos hacer nada —protestó James cruzándose de brazos.

—A mí me da igual lo que hayan dicho, yo me pienso colar en la batalla como sea —se quejó Fred.

—Ya habéis oído —dijo Victoire—. Menores de edad, seguros.

—¿Y cuál es la diferencia entre un menor y un mayor? —estalló James.

—Los mayores sabemos más hechizos —recordó Victoire—. Lo siento mucho, chicos, pero ya habéis hecho suficiente. Ahora... lo siento, pero voy a alistarme —informó Victoire, después y se marchó por el pasillo.

Los menores la observaron durante un rato hasta que James tomó la palabra.

—Me sé múltiples maneras de entrar a Hogwarts por pasadizos —señaló—. Yo no sé vosotros, pero yo voy a ir a esa batalla.

—¡Y yo! —respondió Fred.

—¡Sí! ¡Y yo! —exclamó Rose.

—¡Y yo! —gritó Lucy.

—Y yo supongo que también —aceptó Roxanne.

—Puede... que yo también —dejó caer Dominique.

Fred dibujó una traviesa sonrisa en su rostro.

—Eso quería oír.

Molly y Albus se miraron preocupados.

Aullidos de Venganza (Una historia de la Tercera Generación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora