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—Se te tendría que caer la cara de vergüenza, Nathaniel —me regaña Janelle, dando vueltas por mi piso como una histérica—. A mí me tienes que contar los cotilleos y prepararme para los dramas, que no soy una experta en lidiar con estas cosas para que luego no me consultes.

—Acabo de consultarte —le digo, sentado en mi sofá, mientras Jude nos mira con diversión.

—Cuando vuestras fotos morreándoos ya están por todo Internet y en varias revistas —me recrimina—. Esto no puede ser. Sois la pareja gay del año y yo me he enterado en Twitter. Esta ofensa no la olvido en la vida.

Ruedo los ojos.

—No seas dramática, que ya sabías lo nuestro —contesto—. Pero oye, que al menos yo no necesito lidiar con nada, porque a estas alturas ya me da igual. Si me ha ido bien y todo, para hacer una limpieza de clientes homófobos.

He tenido la mañana más complicada de mis meses trabajando aquí, porque en ocho horas hemos perdido veintidós clientes. La empresa sobrevivirá, evidentemente, y la mayoría de comerciales estaban que se tiraban de los pelos, pero a mí me da igual. No quiero hacer negocios con gente que odia tanto a los homosexuales como para romper acuerdos comerciales cuando se enteran de que el director de una empresa lo es —y eso que soy bisexual, pero para todo el mundo desde hace unas horas soy gay—.

Perdimos a un par cuando salieron mis fotos con Jude en la gala de la fundación Hampton, hace tiempo, pero lo más probable es que fueran tan pocos porque era una foto en baja resolución y tampoco estaba tan claro que fuéramos nosotros. Ahora hay, que haya contado, seis fotografías en alta resolución en las que salimos Jude y yo comiéndonos la boca en medio de la calle.

—Mirad esto —me dice Janelle, enseñándonos en su móvil un texto que no consigo leer, pero hay diálogos así que parece una novela—. Hace exactamente veintidós horas que han salido las fotos, y ya hay seis fanfics vuestros.

—¿Seis qué? —pregunto, levantando una ceja, y Janelle suelta un gruñido de frustración.

—Fanfics, Nathaniel, que parece que hayas nacido en el siglo XV —resopla—. Son historias escritas por fans sobre personajes literarios, de pelis, o celebridades. En esta, en concreto, estáis follando salvajemente debajo de un puente.

—Pues no suena como una mala idea —dice Jude, y Janelle olvida su porte indignada durante unos segundos para echarse a reír, pero luego se recompone.

—También hay gente en Twitter deseando que seáis sus padres, y otros deseando que ardáis en el infierno por antinaturales, o algo así, aunque estos últimos no son tantos como cabría esperar —dice con honestidad—. Ah, y algunos de mis fans quieren a Jude muerto porque, al parecer, Nate y yo somos la pareja perfecta. Hay fanfics nuestros, también, por cuando salieron fotos nuestras caminando por la calle hace siglos. Al parecer nos llaman "Natelle".

—Es un nombre feísimo —digo, haciendo una mueca de asco.

—¿Nate y yo no tenemos un nombre? —pregunta Jude, divertido.

—Oh, sí. —Janelle sonríe con perversidad—. Os llamáis Nude.

Ahí sí que empiezo a reírme yo también, y eso que hasta hace nada estaba bastante enfadado. Y no por el tema de las fotos, porque aunque me pone un poco nervioso en el fondo no me parece tan importante, es por otra cosa.

Hoy he tenido una especie de discusión con Jude. Y digo "he" porque ha sido una cosa completamente unilateral. He vuelto a casa y me lo he encontrado todo hecho una mierda, para variar, y he explotado. No le he gritado ni nada de eso, porque no soy así, pero he intentado sugerirle sutilmente que igual, ya que está todo el día en casa, podría limpiar lo que usa o recoger sus cosas del suelo, y no me ha hecho ni caso. Mi enfado ha ido escalando pero Jude parecía muy divertido con la situación, lo que me ha llevado a frustrarme porque me ha demostrado que Jude es incapaz de tomarse nada en serio.

Desarmando a Nate [Saga Smeed 4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora