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¡Hola! Parece que esta semana Wattpad no va muy fino, porque subí este capítulo ayer y no funcionaban los votos ni comentarios, además de que a mucha gente no le salía :( ¡A ver si hoy funciona mejor!
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Jude se queda dormido en el trayecto a casa. Esta vez soy yo el que va delante, al lado de Janelle, que se ha ofrecido a llevarnos porque es tarde. Mi reloj marca las dos y media de la mañana, y estoy resistiendo la tentación de echar una cabezada yo también, pero sigo dándole vueltas a lo que me ha dicho Thomas.

No sé si debería intentar hablar con Jude, no preguntándole sobre esto directamente, claro está, sino para intentar descubrir qué pasa por su cabeza. Nunca he tenido una conversación con él que pueda considerarse seria y, aunque no suelo abogar por tomarse las cosas demasiado en serio, es una persona a la que quiero pero no entiendo, y esto me está trayendo dolores de cabeza.

—¿Todo bien? —me pregunta Janelle, porque no he dicho una palabra desde que hemos subido al coche, y debe de parecerle extraño.

Me giro hacia ella, algo desconcentrado, y asiento con la cabeza.

—Todo bien —afirmo porque, aunque no termina de ser verdad, no quiero hablar de las cosas privadas de Jude con otra gente, y menos cuando él está dormido en el asiento de atrás y podía despertarse en cualquier momento—. ¿Te lo has pasado bien?

Janelle sonríe.

—Sí —responde, contenta—. Aunque me he bebido una botella entera de zumo de naranja, y eso es demasiado azúcar, sobre todo si es por la noche.

Suelto una carcajada.

—Pero si era sin azúcares añadidos —le recuerdo—. Además, solo ha sido una noche. Mañana puedes volver a tus dietas estrictas.

—Estoy un poco cansada de ellas. —Suspira—. Pero como me engorde un solo kilo, todo el mundo lo notará, y no tengo ganas de ser el foco de atención ni de leer decenas de artículos sobre cómo me estoy dejando físicamente.

Tengo que resistir la tentación de rodar los ojos, porque sé que esto es importante para ella. Puede que para mí el físico no sea un tema prioritario, aunque voy al gimnasio cuando puedo, pero no voy a juzgarla por estresarse por ello, ya que sé que nunca tendré la misma presión estética que ella tiene encima, no solo por ser mujer sino por ser una celebridad. Y me parece una estupidez que la gente valore tanto estas cosas, pero no es culpa de Janelle.

El coche para delante del edificio en el que vivo a las tres menos cinco minutos, y me desperezo antes de darle un beso en la mejilla a Janelle.

—Gracias por traernos —le digo, y luego me giro hacia los asientos traseros—. Jude, ya hemos llegado.

Él hace un movimiento casi imperceptible, que me deja ver que alguna parte de su cerebro ha registrado mis palabras, pero no se despierta, así que tengo que alargar el brazo hasta poder tocar el suyo, y le doy una leve sacudida. Él se despierta de golpe, sobresaltado, pero cuando me ve se tranquiliza.

—Hola —me saluda, arrastrando las palabras y con un tono de voz mucho más ronco de lo normal.

—Ya hemos llegado —le digo—. ¿Vamos a casa?

Él mira por la ventana, viendo la puerta de mi edificio, y asiente con una sonrisa perezosa.

Salgo del coche y aparto mi asiento para que él pueda salir. La maniobra es algo más complicada ahora que el techo del coche está puesto, lo que me hace querer meterme con Janelle por haberse gastado tanto dinero en un coche que puede resultar tan poco práctico, pero no tengo energías ni para eso.

Desarmando a Nate [Saga Smeed 4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora