CAPÍTULO 1

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Justin se cubrió el rostro, los vidrios saltaban por doquier, después de unos minutos de silencio intentó ponerse de pie, pero un nuevo estruendo, seguido de una explosión lo arrojó contra el piso.

Aturdido, intentó jalar aire hacia sus pulmones, una densa nube de humo lo asfixiaba, trató de incorporarse sin éxito, cuando sintió que alguien lo levantaba y lo sacaba casi a rastras hasta el exterior y luego lo aventaba sin consideración

Intentó incorporarse de nuevo, tenía tres pacientes que necesitan de su ayuda, miró hacia donde debería estar la pequeña clínica pero solo quedaban escombros, intentó fijar su mirada, quizás alguien los hubiese sacado como lo hicieron con él, pero sólo alcanzó a observar a sus tres ayudantes hincados cerca de lo que había sido su lugar de trabajo, varios hombres apuntaban sus armas hacia ellos.

Él se retorció de dolor, al recibir un puntapié en las costillas.

El hombre que se lo dio habló en otro idioma y varios hombres se acercaron de inmediato, luego lo tomaron entre dos y lo pusieron de pie. Miro como ataban y amordazaban a uno de sus ayudantes y lo dejaban a un lado, era el más joven del equipo y a los otros dos los hacían caminar a empujones, igual que a él y los obligaban a subir a un vehículo, poniéndose luego en marcha.

*****
Era la segunda semana de que lo tenían prisionero, por lo poco que le había podido traducir uno de sus ayudantes, estaban planeando deshacerse de ellos, solo esperarían dos días más y luego les darían muerte.

Justin, se sentía desfallecer, había sido golpeado, estaba desnutrido y sus captores no le permitían dormir lo suficiente.

Con tristeza y desesperación, recordó los primeros días de su captura, como a fuerza de torturas querían hacerlo entender lo que querían de él, no fue hasta que lo escucharon intercambiar unas palabras con uno de sus ayudantes que también tenían retenido, que se dieron cuenta de que podían comunicarse a través de él.

Y fue hasta entonces que supo que lo único que deseaban era pedir rescate por su vida.

¿Y cómo no? de alguna forma se habían enterado de su ascendencia inglesa, de que su familia era de prestigio, poderosa y con mucho dinero. Él era médico, una mina de oro en aquel país pobre y devastado por guerras sin sentido, a donde él había llegado como voluntario para dar alivio a quienes más lo necesitaban.

*****
El plazo se cumplió. Justin escuchaba el alboroto afuera de la choza donde lo tenían, lo que más lamentaba era que sus ayudantes correrían la misma, suerte que él, por boca de uno de ellos sabía que sus tres pacientes habían muerto, dos de ellos un anciano y una mujer de mediana edad realmente no tenían muchas esperanzas de sobrevivir a su enfermedad, pero otro hombre que había llegado herido de bala, ese si podía haberse salvado de haber tenido la oportunidad y lo lamentaba, por los tres, porque él debía haberlos protegido y ahora estaban muertos por su causa, porque su familia poseían lo que esa gente deseaba.

Pero su familia no estaba interesada en rescatar al hijo descarriado, al que no le importaba la riqueza, el que despreciaba su forma de vida, el que prefería regalar sus servicios, como médico que hacerse rico a costa del sufrimiento de los demás.

Ellos no habían respondido a sus llamados de auxilio y no lo harían. Sus captores estaban furiosos y se desquitaban con él, habían intentado sacar provecho con la organización para la cual trabajaba, pero ellos, aunque quisieran no tenían recursos como para pagar por él, ellos dependían de donaciones y generalmente eran en especie, medicamentos, comida, etc. Por lo tanto, no se sorprendió cuando varios hombres entraron por él y sin consideración lo sacaron a empujones, arrojándolo al piso con brusquedad.

Cuando levantó la vista, ahí se encontraban ya sus dos ayudantes, atados de manos, al igual que él.

Ellos no habían sido golpeados como él, quizás porque eran nativos del lugar y no extranjeros, sin embargo, correrían su misma suerte.

_ Nos matarán ¿cierto? - dijo en voz baja a su ayudante que estaba a su lado.

El asintió. Estaba pálido y demacrado igual que su compañero. No había salvación para ellos.

Justin miró cómo les cubrían los ojos a sus dos compañeros y luego le tocó su turno, primero recibió un fuerte golpe en pleno rostro que lo hizo caer, estaban muy molestos con él, como si él fuera el culpable de que su familia no hubiese respondido.

Después de incorporarlo de nuevo y de colocarlo de rodilla, le fueron vendados sus ojos, sintió como alguien se coloca delante de él y escucho el sonido de un arma al serle quitado el seguro. No le quedaba nada más que esperar. Era cuestión de segundos y todo habría terminado.

Había tantas cosas que se quedaban pendientes, que hubiese querido suplicar por su vida, pero sabía, que en esta ocasión de nada le valdría, su suerte estaba echada. Lo único que lamentaba era no poder despedirse de su madre y de su abuelo, estaba, seguro de que, de haber estado enterados de su situación, hubieran movido cielo, mar y tierra, pero lo hubiesen rescatado, por desgracia, él no podía valerse por sí mismo y sabía que jamás se entraría de lo que había sucedido, su padre se encargaría, de ello.

Escuchaba las voces de los hombres a su alrededor, todos eran nativos y no hablaban su lengua y el solo entendía unas cuantas, palabras, discutían entre ellos, y suponía que su discusión se debía a que unos querían terminar con ellos ya y otros querían esperar.

Sintió el arma pegada a su cabeza, el momento había llegado, instintivamente trató de cerrar sus ojos, aunque estaban ya cerrados al ser cubiertos por la venda.

Escuchó el disparo, y se estremeció de terror, pero no fue a él a quien dispararon, supuso que había sido a uno de sus ayudantes, luego se escuchó el segundo disparo y sintió como un líquido tibio caía sobre él, desesperado intento moverse, tampoco ese disparo había sido para él y supo que su ayudante que estaba a su lado había sido el siguiente y ahora le tocaba a él. Escucho más disparos y alboroto. Alguien se acercó a él y quitó su venda, pero no hubo tiempo de desatarlo, el hombre parado junto a él lo puso de pie con brusquedad y lo Instó a moverse.

Tropezó varias veces, no tenía fuerzas, sintió que otro hombre se acercaba y ayudaba al primero a sostenerlo y hacerlo avanzar, corrieron por un corto trayecto y luego lo introdujeron a una camioneta que arrancó de inmediato.

Después de avanzar por varios minutos y de que tuvo la calma suficiente como para analizar la situación, miró a su alrededor, se dio cuenta de que sus dos ayudantes también se encontraban ahí con él y al igual que él se veía desorientados y desconcertados, los tres habían sido desatados y ningún arma apuntaba hacia ellos, a pesar de que los hombres que los llevaban estaban armados.

Justin observó con detenimiento a esos hombres, se veían sucios y desaliñados, sus caras adustas daban temor, pero no les hacían daño, al menos no por el momento. Su mirada se posó en uno en especial, era un hombre alto, delgado, se veía pálido, juraría que estaba desnutrido, al igual que los demás, pero el parecía ser el líder, sin embargo, no fue eso lo que llamó su atención. Ese hombre le parecía conocido, pero no recordaba de donde.

MI NECESIDAD DE TI No.7️⃣ /SERIE HOMBRES DE LA SIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora