CAPÍTULO 46 EN SU BUSQUEDA

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Maratón 2o.de 4

Gloria entró a la habitación, era un solo cuarto con un baño, al fondo se encontraba una cama, una silla hacia las veces de mesita de noche, al centro se hallaba una mesa con una silla, a un lado se hallaba una pequeña hornilla para cocinar y más allá un mini refrigerador, era todo lo que había, sin embargo todo estaba ordenado y limpio.

Se acercó a la mujer que yacía en la cama, a pesar de su palidez era muy hermosa.

Al escuchar ruidos abrió sus hermosos ojos grises, ella la miro, mientras su esposo corría a  su lado.

_ MI amor. - la tomo de la mano. - ella es Gloria, es enfermera y quizás nos pueda ayudar. - dijo.

_ No quiero regresar. - dijo con voz ahogada. Aún así intentó sonreírle a su esposo.

_ No lo haremos. - apretó su agarre. _te lo prometí.

_ Prefiero morir. - dijo ella.

_ No digas eso, vamos a salir de esta....Juntos. - la miró con angustia. _lo prometimos... Hasta el final.

Ella solo asintió, su respiración era lenta y dificultosa.

De pronto se doblo de dolor, de inmediato él la revisó.

_ ¿Cuánto hace que estas así? - preguntó angustiado.

Ella no contestó, no podía y no quería, ella también era doctora y sabía... de haberle dicho solo lo hubiese preocupado más, él tenía días intentando conseguir ayuda, el saber que desde el día anterior había empezado, lo único que provocaría sería que cometiera alguna locura, y ella lo amaba tanto como para arriesgarlo de esa forma.

Nuestro bebé va a nacer. - dijo él, con la angustia reflejada en su rostro.

_Busque un taxi. - se dirigió ella al hombre. - tenemos que llevarla al hospital.

_ No tardo. - dijo él dándole un tierno y fugaz beso en los labios a su esposa. _por favor cuídela. - se volvió hacia Gloria.

_ Lo haré. - se acercó a ella.

No sabía de que forma pero tenía que ingresarla al hospital, si tan solo no hubiese dejado su celular, pero no lo tenia y esa gente estaba segura de que tampoco tenían uno. De tenerlo hubiera podido llamar a Justin, estaba segura de que él tendría la solución correcta.

*****
_ Justin. - escuchó la voz de Roberth por el otro extremo de la línea. _ Tenemos su ubicación. No está muy lejos del hospital. Tranquilizante, lo más probable es que haya acudido a alguna emergencia. Mi gente va para allá.

_ Gracias Roberth yo también salgo en este momento.

Justin colgó y sin  perdida de tiempo salió corriendo. Juan le había informado que Gloria tardaba más de lo que nunca lo había hecho, él no se preocupó porque la conocía, el hospital era su vida y solía perderse en sus actividades sin darse cuenta del paso del tiempo, sin embargo, para que Juan se quedara tranquilo decidió marcarle, después de varios minutos de intentarlo sin respuesta llamó al hospital, ahí le informaron que hacía más de dos horas, que ella había salido.

Con desesperación volvió a marcar a su celular sin resultado. Sin  perder tiempo marcó a Roberth. Desde lo sucedido con su familia él había acordado con él, de colocar un dispositivo permanente en ella para poder saber en cualquier momento su ubicación. Lo habían hecho colocándolo en uno de sus pendientes, era algo que pasaba desapercibido y que generalmente una mujer siempre llevaba consigo, claro, lo habían colocado  con el consentimiento de ella.

_ No tengo nada que ocultarte. - había dicho con su habitual sonrisa.

_ No es por vigilarte, o porque no confíe en ti. - la había abrazado él. _es porque no quiero que te suceda nada, porque no quiero que volvamos a pasar por algo como lo que sucedió.

Ella se había vuelto hacia él, había rodeado su cuello con sus brazos y lo había besado con amor.

_ Sé. - dijo mirándolo a los ojos. _que todo lo que haces lo haces por mi bien. Te amo. - lo había besado de nuevo.

Ahora no se arrepentia de haberlo hecho, ya la tenían localizada, solo era cuestión de ir por ella, esperaba con toda su alma que estuviera bien y que no contestara porque, como solía suceder, hubiese dejado su teléfono abandonado en algún lugar del hospital.

*****
Steve miró con frustración otro auto de alquiler que pasaba de largo, sin hacer caso a su señal, se dio cuenta con desesperación de que no lo lograría, nadie en su sano juicio se arriesgaria a llevarlo, su aspecto daba mucho que desear, iba a volver derrotado cuando la miró, ahí estaba la enfermera, parada a media calle deteniendo un auto, que aparte de estar obligando a detener su marcha, estaba ya ocupado por dos pasajeros.

_ Pero que sucede. ¿Está usted loca? - escuchó vociferar al chófer que segundos antes lo había pasado, sin hacerle caso.

_ ¡Es una emergencia! ¡Por favor! - pidió ella. _necesito llevar a mi amiga al hospital.

Miró como la pareja que iba en el interior se miraban desconcertados y luego asentían. Entonces el chófer se volvía más condescendiente.

El se acercó y todos se pusieron en alerta.

_Es el esposo de mi amiga. - dijo ella con rapidez antes de que se arrepintieran.

_ Solo puedo llevar a dos personas. - dijo el chófer.

Ella lo miró interrogativa.

_ Yo me voy caminando. - dijo él. _pero por favor llévelas a ellas.

_ De acuerdo, suba le indicó a la enfermera.

El se acercó al chófer y le extendió los pendientes que ella le había dado antes de que saliera de su casa. Sabía que el no tenía para pagar el importe y ella tampoco, al menos no, hasta que llegara al hospital, supuso que eso le serviría de garantía para que no rechazaran su viaje y había funcionado.

_ En este momento no puedo pagarle. - dijo él pero esto es la garantía de que le pagaremos llegando allá. La enfermera le había asegurado que ella le prestaría el dinero.

_ Con este es suficiente. - dijo el chófer tomando uno y regresandole el otro. Se veía que eran de buena calidad y valían muchísimo más que un viaje y sobre todo siendo tan cerca de ahí.

Gloria se acomodó en el auto y arrancó, eran unos cuantos metros de ahí a la casa de ellos para recoger a la mujer y de ahí irían al hospital, que también estaba relativamente cerca.

*****
Después de que el esposo de la mujer había salido, Gloria se coloco junto a ella, la estuvo revisando y dándole ánimos, pero después de veinte minutos, y de que él no regresaba, ella le pidió que fuera en su ayuda, ambas cayeron en la cuenta de que ningún taxista se arriesgaría a creerle y subirlo a su auto.

Cuando salió a la calle no lo miró por ningún lado, camino unas cuantas calles hasta una avenida principal, y lo miró, nadie le prestaba atención, fue entonces que vio el taxi que ya lo había pasado a él y se le atravesó.

*****
Justin se dirigía hacia el lugar a donde Roberth le había indicado, estaba llegando cuando recibió otra llamada.

_ Me informan que no hay nadie en el lugar. - dijo Roberth, le estamos siguiendo los pasos, en estos momentos se está moviendo, sigue cerca del hospital.

Justin estaba prácticamente en la dirección que le habían dado, aun había varios hombres de Roberth en el sitio. Se bajó y con rapidez hecho un vistazo al interior del lugar, no vio nada que pudiera ayudarlo, se despidió y se dispuso a seguir hacia donde Roberth le indicaba.

MI NECESIDAD DE TI No.7️⃣ /SERIE HOMBRES DE LA SIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora