Samuel Díaz el médico que atendía al tío de Gloria caminaba de prisa, con nerviosismo se introdujo al aeropuerto, su vida estaba a punto de dar un giro de ciento ochenta grados, todo había empezado cuando se alió con los tíos de Gloria, esa enfermera ingenua que trabajaba solo para darles gusto a ellos.
Sus tíos y él la habían convencido de que José tenía una enfermedad cardíaca incurable, que requería de tratamientos caros para subsistir, y que a la larga necesitaría incluso de un trasplante de corazón, le habían hecho creer que se encontraba en lista de espera para recibir uno.
Lo increíble de todo era que siendo ella enfermera, jamás la habían dejado revisarlo o atenderlo en su enfermedad y el hecho de que sus largas jornadas de trabajo no le dejara mucho tiempo libre había ayudado enormemente para mantener su mentira.
Sin embargo, eso no era todo hacia unos días, unas personas extranjeras se habían puesto en contacto con él, le habían ofrecido mucho dinero a cambio de su ayuda y sobre todo le habían prometido sacarlo del país y darle trabajo en una clínica de mucho prestigio en Inglaterra.
Le ofrecían mucho pero también le habían pedido mucho, el había cumplido y ellos hasta el momento estaban cumpliendo.
Recordó como no le fue difícil deshacerse de los tíos de Gloria, también ellos habían recibido dinero por parte de esa gente y también a ellos les habían prometido sacarlos del país y darles una vida mejor a cambio de engañar a su sobrina y hacerle creer que la operación se llevaría a cabo en Londres para que ella no dudara en ir con ellos. Todo había salido según lo planeado, incluso lo que él hizo después, cuando les aplicó aquella inyección, asegurándoles que era un medicamento para el mareo porque se suponía que los tres viajarían juntos y partiría en unos cuantos minutos. No sintió remordimientos, con ellos ganaba mucho sin hacer nada, pero ahora ganaría muchísimo más, además, estaba acostumbrado a ver la muerte de cerca, era médico, y no de los buenos.
Una vez que se aseguró de su muerte, se marchó de ahí.
Ahora, varios días después, dentro del aeropuerto buscaba a la persona que le entregaría su boleto. Pronto un hombre se acerco a él.
_ ¿Samuel Díaz? - preguntó.
_ Si. - asintió.
_ Dejé su boleto en el auto. - dijo. _¿me acompaña? Vamos por el.
El médico hubiera deseado decirle que lo esperaba, pero no se fuera a arrepentir y lo dejara ahí.
Sin protestar lo siguió. Una vez fuera observó al hombre mirar en todas direcciones.
_ MI chófer debería de estar aquí. - dijo. - disculpándose. Tomó su celular y marcó, luego de cruzar unas palabras con su interlocutor colgó y se volvió de nuevo hacia él.
_ No encontraba lugar y se estacionó por allá.-señaló hacia una dirección. Luego se encaminaron hacia ese lugar.
El lo siguió sin tomar en cuenta las señales de alarma hasta que fue demasiado tarde, en primer lugar, ¿Por qué dejar el boleto en el auto? se suponía que a eso iba, a entregárselo, en segundo lugar, ¿porque estacionarse tan retirado y en un lugar solitario, si a todas luces había espacio en el estacionamiento? Y en tercer lugar, ¿no acababa él de hacer lo mismo a los tíos de Gloria, por pedido de esa gente? si se deshicieron de ellos ¿Cómo no esperar él lo mismo?
No lo vio venir hasta que apareció otro hombre que salió de las, sombras deteniéndolo, fue entonces que sintió el pinchazo, aún lo sostuvieron un rato para que no huyera hacia donde alguien lo pudiera ver y prestar auxilio, el empezó a sentir esa opresión en el pecho, esa sensación de no alcanzar a tomar aire, esa sensación de debilidad, de que su cuerpo no lo sostendría más, pero él era médico, sabia lo que venía, no era una sensación, era la realidad, no tuvo tiempo de arrepentirse de sus obras, el dolor no lo dejó pensar, ya era tarde para él. Lo último que vio fue el rostro de aquellos dos desconocidos, que luego desaparecieron dejándolo solo a su suerte, suerte que él mismo se buscó.
*****
Gloria despertó, podía moverse, ya no sentía esa pesadez en su cuerpo, ni en su cabeza aquella que no la dejaba pensar con lucidez.Miró a su alrededor, era una habitación de paredes blancas, manchas de moho se apreciaban en algunos lugares, olía a humedad y hacía frio.
En el lugar solo se apreciaba una cama que era en donde ella se encontraba y una mesita de noche, a un lado estaba una puerta, que supuso era el baño y al frente otra que sería la salida.
Intentó ponerse de pie, pero de inmediato se sentó, su cabeza le daba vueltas. Iba a intentarlo de nuevo cuando la puerta de enfrente se abrió, era una mujer vestida de enfermera, que al nada más verla salió corriendo como si hubiese visto a un fantasma, varios minutos más tarde apareció de nuevo la enfermera acompañada de una de las mujeres con las que había hecho el viaje.
_ ¿Que sucedió? - se dirigió hacia la mujer. _¿por qué estoy aquí?
No se había movido de su lugar porque sus fuerzas no se lo permitían, se sentía muy débil, tanto que hasta hablar le costaba, incluso le era difícil ordenar sus ideas para poder expresarlas.
_ Porque así conviene a nuestros intereses. - dijo con arrogancia.
_ ¿Quiénes son ustedes? - dijo alarmada.
_ ¿De verdad no lo sabes? - dijo con tono burlón. _ ¡pero claro! ¿Que se podía esperar de Justin? Hasta para escoger mujer es estúpido.
_ Yo no soy su mujer. - protesto ella.
_ De nada te valdrá negarlo. - siguió. ¿Sabes quien soy yo? Mi nombre es Sarah, soy la esposa de George su hermano, pero antes de eso fui la mujer de él, nos íbamos a casar era su prometida, pero desde entonces tenía sus ideas raras de ayudar a los que no tienen y eso me fastidiaba, y fue una lástima, porque nunca encontraré a nadie como él, ¿Sabes? Tuve que conformarme con su insípido hermano, un hombre incapaz de satisfacerme como lo hacía Justin, pero quizás ahora que regrese, antes de que su padre se deshaga de él definitivamente, pueda tenerlo aunque sea una última vez para mi. - rio burlona.
Gloria, estaba aterrada, ¿como no se dio cuenta antes?. Pero no tenía por qué dudar, el médico de su tío estaba ahí, había corroborado todo lo que esas dos mujeres decían, incluso, ellas habían demostrado que efectivamente eran doctoras, pero claro, toda la familia de Justin lo era, ¿como no las reconoció? Las había visto en los noticieros, en el funeral del abuelo de Justin, recordó que él se los había presentado uno por uno, con nombre y todo, pero las mujeres, sin excepción traían Sombrero de ala ancha y sus rostros prácticamente quedaban ocultos, si hubiese sido uno de sus hermanos o su padre, seguro los hubiese reconocido, los recordaba perfectamente.
Un escalofrío recorrió su cuerpo y supo que no estaba a salvo, pero lo peor era que la estaban utilizando a ella para hacer venir a Justin. Sintió deseos de llorar, había sido una estúpida por dejarse engañar de esa forma y ahora por su culpa él corría peligro. Sus ojos se cristalizaron, pero no le daría el gusto a esa mujer de verla asustada y llorando, ahora comprendía, Justin le había comentado lo difícil que había sido para él, el ver a su ex prometida casada con su hermano, sabia que la había amado mucho y ahora entendía, era una mujer muy hermosa, muy elegante y con mucha clase, pero con el alma podrida, pensó.
_ Tu no deberías estar despierta, alguien no hizo bien su trabajo, pero me alegro porque ahora sabes porqué estás aquí y lo que te espera tan solo por haberte relacionado con él. De verdad no puedo creer que haya caído tan bajo. - negó con la cabeza. _ pero que se puede esperar de él. - dijo burlona. _de un hombre que desprecia el buen nombre, la reputación y la fortuna, por ir a meterse con gente que no vale nada.
Ella la miró acercarse y no pudo hacer nada por evitar que le aplicara esa inyección, que no sabía que contenía.
Poco a poco su vista se volvió borrosa y la inconsciencia se apoderó de ella, su última visión fue de esa mujer y su rostro burlón.
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MI NECESIDAD DE TI No.7️⃣ /SERIE HOMBRES DE LA SIERRA
Roman d'amourJustin estaba sorprendido, ¿ella era la misma chica que lo había dejado impresionado en aquella ocación?, claro se dio cuenta de que desde entonces se le daba bien tomar lo que no era, suyo. La observo una vez más haciendo su trabajo y una sonrisa s...