CAPÍTULO 32 ARPÍA

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Gloria volvió una vez más de la inconsciencia, pero su cuerpo se sentía tan cansado y débil que casi no había diferencia entre estar sedada o despierta, por  lo único que valía la pena estar despierta era porque tenía la sensación de que Justin estaba a su lado y era tan real que escuchaba su voz, sentía sus brazos rodeándola, e incluso sentía, su aliento en su nuca o en su rostro cuando le hablaba, podía aspirar y su olor inconfundible llegaba hasta ella. Sabía que eran alucinaciones pero le gustaba fantasear que él estaba ahí, lo que no le agrado en esta ocasión, es que él no estaba a su lado, aún así lo escuchó gritar y revelarse, era como si lo sacaran a la fuerza de ahí, pero ¿como lo iban a sacar si todo era producto de su imaginación? Aún así le pareció tan real, que su corazón se estrujó de sólo pensar que le hicieran daño, que lo obligarán a hacer algo que no quería.

Después de eso ella sintió el vacío y la soledad, como si de verdad el hubiese estado ahí a su lado y ya no estuviera más. Con cansancio se volvió a perder en la inconsciencia.

*****
Justin había sido conducido a un elegante despacho de abogados. El momento había llegado, el que se había mantenido fuerte y peleando, ahora se sentía triste y derrotado, sabia que después de salir de ahí, ya no habría más esperanzas ni futuro para el, no se trataba de perder la herencia, en realidad no le importaba, de haberla aceptado hubiese sido por honrar la memoria y el último deseo de su abuelo, no porque la necesitará o la deseara, su sentimiento de derrota se debía a que sus amigos en los que había estado esperando todo ese tiempo le habían fallado, lo habían dejado solo en esto y eso dolía, dolía como el demonio porque él siempre había estado para ellos y no era que esperara algo a cambio, era que los consideraba sus mejores amigos, casi los únicos que tenía, los tres eran como hermanos, hasta hoy, pero que importaba ya, sabía que no saldría con vida, ni el ni Gloria y si acaso intentaba algo, si descubría a su familia ahí delante de todos, quizás salvará su vida, pero no la de ella, así que prefería continuar y que pasara lo que tenía que pasar al menos ella no sufriría y se encontrarían en el más allá.

Cuando entró al despacho estaba toda su familia presente, menos Bernard el esposo de su hermana y Alice la esposa de William, pero eso no era raro, como siempre los habían excluido de nuevo, la que no podía faltar era la altiva de su ex prometida, ella se sentía como un miembro más de la familia, no había importado con cual de los Hamilton se quedara, lo había conseguido y no dudaba que de haber podido se hubiera quedado con su padre, pero el, aún con todos los defectos del mundo había amado de verdad a su madre y la había respetado siempre, aún después de su muerte. Lo que no podía decirse de esa mujer que ni amaba a su esposo que tan orgulloso estaba de ella, mucho menos lo respetaba.

Recordó como no perdió el tiempo cuando ese día más temprano, después de que lo sacaran del cuarto del hospital y lo llevarán a la mansión de la familia para que se diera un baño y ponerlo presentable para la reunión, ocultando lo mejor posible las marcas de su cuerpo, ella se había introducido a su habitación, se había asegurado de sacar a los hombres que lo vigilaban constantemente y luego se había acercado a él provocativamente.

_ Justin... Justin... - lo abrazo por detrás, pegando su cuerpo al de el.   _ Dime que me extrañaste como yo a ti. - dijo con voz empalagosa.

El suspiró fastidiado, no tenía tiempo para eso, sus prioridades eran otras más importantes, como salvar su vida y la de Gloria.

_Tengo que vestirme. - dijo el apartándose, y abotonando su camisa que tenía a medio cerrar.

_ ¿Sabes que eres lo mejor que me ha pasado. - insistió acercándose de nuevo. _ aún hay tiempo podemos pasarla bien.

_ Tienes a mi hermano. - dijo seco.

_ Tu hermano... - rio. _ tu hermano ya cumplió su propósito, que era darme el estatus y el prestigio que buscaba, pero no se compara a ti, él jamás logrará superarte en nada. - paso sus manos por su pecho empezando a desabotonar su camisa de nuevo.

El detuvo sus manos.

_ No me interesa volver contigo. - la miró serio. - ¡por Dios! ¡Eres la mujer de mi hermano!. - exclamó.

_ ¿Y eso que? - le sostuvo la mirada. _tu y yo la pasamos muy bien, y no te he olvidado. Tu hermano jamás logrará satisfacerme como tu lo hacías.

Justin sintió ganas de vomitar de solo escuchar eso, esa mujer no tenía escrúpulos, estaba demente si pensaba que él la aceptaría de nuevo después de ser la mujer de su hermano y de haberlo abandonado a él.

_ Mis intereses ahora son otros. - se apartó de nuevo.

_ ¿Te refieres a esa estúpida que está en el hospital? - río a carcajadas. - de verdad que has caído bajo. _esa mujer es insignificante, jamás podría compararse conmigo.

_ Ya lo creo. - dijo él. _jamás la compararía contigo porque simplemente no tiene comparación. _tu fuiste una más en mi vida, ella es la mujer a la que amo.

Ella palideció, pero luego retomó su actitud altiva.

_ Solo lo dices para vengarte por haberte dejado. - sonrió. _ pero la verdad es que no me has podido olvidar, lo se, algo como lo nuestro no se olvida. Nos íbamos a casar.

_Si, pero te casaste con mi hermano. ¿Lo olvidas? Tú escogiste y por lo visto lo hiciste bien, son tal para cual.

_ Por favor no compares, tu hermano es una marioneta en las manos de tu padre, es un hombre sin voluntad propia, en cambio tú. - se volvió a acercar a él pegándose de nuevo a su cuerpo. _eres todo un hombre, fuerte, decidido, con carácter, que no duda en enfrentar a su padre, tu único defecto es que no te interesa el buen nombre y el prestigio y arrastras tu apellido por los suelos, pero eso tiene solución.

_ De verdad tengo prisa. - intentó apartarla. - pronto mi padre estará aquí. Ella se aferro a él acariciando su rostro e intentando besarlo, cuando la puerta se abrió.

MI NECESIDAD DE TI No.7️⃣ /SERIE HOMBRES DE LA SIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora