CAPÍTULO 43 BERNARD

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Bernard, miraba a través de la ventana del privado del lujoso restaurante, estaba sumamente nervioso, su cuñado Justin Hamilton lo había citado, el no lo conocía personalmente, pero había escuchado hablar tanto de él, al parecer todos lo despreciaban y lo odiaban a partes iguales, incluyendo a su elitista esposa Margaret.

No sabía que esperar de él, seguramente también lo culpaba de lo que su familia había tramado en su contra, nada más fuera de la realidad, él siempre había sido un cero a la izquierda, tanto para ellos como para su propia esposa , él era el capricho de ella, el capricho que su poderoso padre le había concedido.

Recordó como dejó a sus padres en el pueblo para hacer realidad sus sueños de convertirse en médico, ellos lo apoyaron siempre, su padre era el médico del pueblo y estaba orgulloso de que su hijo siguiera sus pasos. Cuando por fin terminó logró obtener un lugar en la prestigiosa clínica del Doctor Frederick Hamilton, lugar que no cualquiera podía obtener, pero el tenía lo necesario y lo habia conseguido, sus padres no podían estar más orgullosos de él.

Todo estuvo bien, nunca se imaginó que llamaría la atención de una de las hijas del Doctor Hamilton y mucho menos que el aprobara esa relación, ella era una mujer muy hermosa, exitosa y decidida, mentiría si dijera, que no atrajo su atención, todo se dio tan rápido, el noviazgo, el matrimonio, el tenía, su futuro asegurado, hasta que un año después empezó a conocer en realidad a la mujer con la que se había casado, frívola, voluble, caprichosa, no había problema que no tuviera, que ella no fuera corriendo con su padre e invariablemente él venía e imponía la voluntad de ella, cansado y fastidiado decidió poner fin a esa situación, sin embargo, apenas mencionar la palabra divorcio, su vida se tornó un caos. Su vida profesional empezó a venirse abajo, de la noche a la mañana sus pacientes empezaron a cancelar, de inmediato fue llamado a dirección, ahí su suegro le aseguró que si no estaba dando los resultados previstos, aunque fuera el esposo de su hija, se iba a ver en la necesidad de prescindir de sus servicios. Y como si fuera una mala jugada del destino, justo en ese tiempo su padre se vio involucrado en un asunto de negligencia médica, fue acusado, hallado culpable y sentenciado a muchos años de prisión.

A partir de ahí su vida se volvió un caos, recordó las palabras, de su suegro.

_ La cárcel. - le había dicho. _puede convertirse en un lugar muy peligroso, muchas cosas pueden suceder, no me imagino a tu padre siendo atacado por los demás reclusos o siendo acosado constantemente, además tu sin trabajo, ¿quien va, a ver por tu madre? - lo miró con prepotencia, sabiendo que tenía el control de su vida. _ no creo, que sin mi apoyo y con el antecedente de tu padre, que ahora es un asesino, alguien quiera tenderte la mano, así que, yo que tú pensaría muy bien que es lo que me conviene. Mi hija está dispuesta, a perdonarte tu rabieta, y yo... A mi no me tienes muy contento, pero por ella haría una excepción, la decisión es tuya. Creo que la seguridad de tus padres vale cualquier sacrificio.

Desde ese momento él se convirtió en la marioneta de ese hombre, no lo despidió, su padre recibía protección dentro de la cárcel, su madre recibía sin falta una pensión para que no pasara privaciones, y él..., él pasó a formar parte de las posesiones de esa familia, que si decían hazte para allá, se hacía, si decían hazte para  acá, se hacía. No discutía ni se metía con ellos, pasó a ser un simple espectador de la vida que se desarrollaba a su alrededor, con una esposa manipuladora a la cual le cumplía todo capricho que ella quisiera y aun  así, sentía compasión por ella, porque a pesar de su altivez y su prepotencia estaba vacía, anhelante de atención y cariño, el cual nadie le daba excepto él cuando ella se lo permitía.

A varios meses de la detención de casi toda la familia, el seguía expectante, sabía que si interponía la demanda del divorcio, la obtendría sin problema, pero aún temía que El Doctor Hamilton lo involucrara junto con ellos sólo por venganza, además estaba su padre, no podía arriesgarse a que algo le sucediera en prisión, así que solo había estado en espera de que todo terminara y luego decidiría que acciones tomar, hasta la tarde anterior en que recibió la llamada de Justin pidiéndole verse en ese lugar.

Lo miró llegar, se veía tan tranquilo, tan seguro de si mismo que lo envidió, él por el contrario se sentía, ansioso y desesperado, esperaba que no quisiera, mandarlo a prisión junto con los demás.

_ ¡Hola! - saludó Justin cuando estuvo a su lado. _ es un placer conocerte, aunque ya nos habíamos visto, pero no nos habían presentado.  - era cierto, fue cuando lo llevaron al despacho de Frederick estando todos reunidos, luego él y Alice habían sido sacados como siempre.

Bernard saludó educadamente.

_ ¡Hola! - dijo tomando la mano que él le extendió.

_ Te preguntarás porque te he pedido que vinieras. - dijo Justin invitándolo a tomar asiento. De inmediato los atendieron.

Una vez que tomaron su pedido y el camarero se retiró Justin continuó.

_ Primero que nada necesito pedirte disculpas en nombre de mi familia por lo que te hicieron.

Él lo miró sorprendido.

_ Tan solo el haberte obligado a permanecer al lado de mi hermana, ya es mucho-dijo Justin.

_ Pensé que me habían involucrado en sus asuntos. - confesó aliviado. _te juro que yo no sabía lo que estaban tramando.

_Lo sé. - lo detuvo Justin. _ se que no tuviste nada que ver, y creo que de haber estado enterado, no hubieses participado de todas formas.

_ ¡Justin! - lo miró a los ojos. _ yo no te conozco, más que lo que ellos hablaban de ti, pero en mi opinión eran ellos los que estaban mal, todo lo que yo hice, lo hice porque no lastimaba a nadie, y creo que si me hubieran pedido colaborar en esto no lo hubiese hecho, sin embargo te digo que hay ocasiones en que te ves obligado a escoger y por mucho que te duela o que te resistas tienes que escoger lo que normalmente no harías, así que no pienses que no hubiera estado entre ellos contra ti.

_ Lo entiendo mejor de lo que te imaginas. - dijo con pesar. _pero eso se acabó para nosotros. Por lo pronto quiero hablarte de algo, pero antes quiero presentarte a dos amigos.

Ellos ya se encontraban ahí y se acercaron con discreción.

MI NECESIDAD DE TI No.7️⃣ /SERIE HOMBRES DE LA SIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora